Tuve un problema de adicción. Vaya, no puedo creer que diga esto tan fácilmente.
La verdad es que se siente tan liberador decirlo en voz alta, teniendo en cuenta que he pasado años intentando huir de ello y tratando de negarlo.
Y es especialmente liberador poder hablar de ello en pasado. Poder decir que tuve ese problema, pero que ya no lo tengo.
Pero la verdad es que tengo un problema de adicción desde hace años.
Y sé que mucha gente me juzgará cuando se entere de esto. Sé que muchos dirán que me lo merecía y que mi adicción fue exclusivamente culpa mía.
Y no intento negarlo. No intento huir de la responsabilidad: mi adicción fue realmente culpa mía y no debería culpar a nadie por ello.
Pero tampoco nadie debería juzgarme por ello. Porque nadie sabe todo lo que he pasado en la vida.
Nadie sabe qué me llevó a esto y nadie sabe qué o quién influyó en que me convirtiera en adicto.
Pero no estoy aquí para hablarte de eso.
No estoy aquí para contarles la historia de cómo me convertí en adicto o cómo viví mi adicción. Solo voy a decirte que, por suerte, esta parte de mi vida ya ha quedado atrás.
No estoy aquí para hablarte de mí o de mi vida sin ti. Estoy aquí para hablarte de ti.
Porque nunca sería la persona que soy hoy si no fuera por ti. Porque probablemente ni siquiera estaría vivo si no fuera por ti.
Estoy aquí para hablarle de la manera me salvastesin intentarlo nunca.
Cómo me ayudaste a resurgir de mis cenizas y cómo eres responsable de que mi vida haya vuelto a empezar.
Estoy aquí para darle las gracias, aunque ninguna palabra podría ser suficiente por todo lo que hizo por mí.
Puede que te sorprendan estas palabras porque nunca hemos hablado de esto.
Quizá te sorprenda que tú, de entre todas las personas que hicieron todo lo posible por ayudarme, seas el responsable de mi recuperación.
Pues la verdad es que sí.
Y lo que te hace destacar es el hecho de que fuiste el único que vio más allá de mi adicción. El único que vio más allá de mi crisis, más allá de mis depresiones y mi ansiedad.
No digo que actuaras como si yo no fuera un adicto, porque eras muy consciente de mi problema. Pero no me veías sólo a través de mi adicción.
Eras el único que nunca me definió por mi adicción y que no me veía como un adicto, aunque eso era exactamente lo que era.
En lugar de eso, me viste como una persona, con todas mis cualidades e imperfecciones. Me veías como una persona que tenía un problema de adicción.
Y tú fuiste el único que me demostró que yo era mucho más que un adicto. Que tenía mucho más que ofrecer y que tenía mi valor, que no estaba en absoluto relacionado con mi adicción.
Fuiste el único que consiguió despertar a la persona que era antes de que mi adicción se apoderara de mí.
El único que me hablaba de otras cosas aparte de mi adicción, de mis intereses y de mis planes de futuro.
Ahora me doy cuenta de que lo hacías porque eras el único que creía que yo tenía futuro.
Porque fuiste el único que creyó en mí, incluso cuando todos los demás, incluido yo mismo, nos dimos por vencidos ante la posibilidad de que alguna vez me recuperara.
Ahora me doy cuenta de que eras la única que estaba dispuesta a aceptarme como era realmente, aunque eso significara aceptar mi adicción como parte de mí.
Ahora sé que fuiste el único que consiguió cambiarme, sólo porque tú nunca lo intentaste.
Ahora sé que fuiste el único que amaba a mi verdadero yo. Y eso es algo que siempre agradeceré.