Lo admito. Siempre me han gustado los chicos malos. Tal vez sea porque pueden hacerte sentir protegido de una manera que nadie más puede.
Simplemente saben mostrar su lado masculino y mezclarlo con su lado tierno, de modo que parece perfectamente equilibrado. Pero, este equilibrio me ha costado los nervios y me ha creado heridas en el corazón.
He decidido que ya no persigo a los malos porque esta vez quiero algo diferente. Quiero sentirme apreciado, respetado y querido.
Ya no quiero luchar por amor. Estoy cansada de ello.
Después de perseguir a las malas, he olvidado lo que se siente al estar con las buenas. He olvidado lo que se siente al ser la prioridad de alguien y no sólo otra muñeca de juguete.
Me ha llevado tiempo acostumbrarme a estar rodeada de chicos buenos, y al principio fue muy duro. No sabía cómo sentirme o si era la decisión correcta.
Pero, resultó que los chicos buenos dan otro significado al amor y al afecto.
Aquí tienes 5 datos sorprendentes que he aprendido sobre los chicos buenos después de perseguir a los malos.
1. Aprecian su tiempo.
Mientras que a los chicos malos no les importa una mierda si vas a esperarles un par de horas para aparecer en una cita nocturna, los chicos agradables son completamente diferentes. Los chicos buenos se asegurarán de llegar antes porque aprecian tu tiempo y no quieren que les hagas esperar.
Los chicos majos siempre encontrarán tiempo para responder a tus llamadas, independientemente de lo que estén haciendo en ese momento. Puede que estén en el trabajo o en una reunión, pero nunca perderán la oportunidad de devolverte la llamada cuando termine.
No quieren que te preocupes por ellos ni que pienses que les ha pasado algo malo.
Quieren asegurarse de que estás sano y salvo porque tu bienestar es su prioridad número uno.
2. Quieren complacerte de todas las formas posibles.
Los chicos buenos no son egoístas cuando se trata de complacerte en la cama. Les preocupa más complacerte a ti que a ellos mismos. Los chicos buenos siempre se asegurarán de que tú acabes primero porque su naturaleza altruista se lo ordena.
Así que no tienes que preocuparte de que sólo quieran hacer el trabajo. Invertirán todo su cuerpo y alma en lo que estén haciendo en ese momento, y te harán sentir como si fueras la única chica del mundo.
3. No les interesan los juegos mentales.
Si hay algo que los chicos buenos realmente odian, es juegos mentales. Sienten aversión hacia cualquier tipo de manipulación y autoridad impuesta.
Los chicos majos quieren que te sientas digno y apreciado, hagas lo que hagas o digas lo que digas. Aunque no tengas razón, no te guardarán rencor solo para hacerte sentir mal contigo misma por algo que hayas hecho o dejado de hacer.
No les interesa hacerte sentir mal. Su motivo oculto es tu felicidad y tu despreocupación.
Por eso es tan fácil enamorarse de ellos, porque nunca puedes tener dudas sobre su lealtad.
4. Son hacedores y no habladores.
Los chicos buenos no dicen una cosa y luego no se preocupan de si crees que es verdad o no. Si te dicen algo, se asegurarán de haberlo demostrado con sus actos.
Saben que los hechos hablan más que las palabras, y harán lo que sea para demostrártelo.
Si un buen chico te dice que te quiere, tocará tu canción favorita con su guitarra o gritará desde el rascacielos más cercano lo mucho que te quiere.
Los chicos buenos siempre se esforzarán por demostrarte hasta lo imposible. Lo intentarán hasta que lo consigan, y eso es lo que les hace perfectos.
5. Siempre te tratarán como a una dama.
Los chicos majos te abrirán las puertas. Se levantarán y te traerán un vaso de agua en mitad de la noche, te comprarán comida, cocinarán deliciosos platos y te harán sentir como en casa. Siempre cuidarán de ti y te pondrán en primer lugar, independientemente de la situación.
Los chicos buenos te darán su corazón y nunca te pedirán nada a cambio. Te tratarán como te mereces y te querrán como nadie más podría hacerlo.