No hace falta ser un científico para saber la respuesta: a nadie le gusta el silencio sepulcral en la cama ni ser el único que habla o grita. Simplemente, no sienta bien.
Pero hay más cosas para los hombres y cómo se sienten con las mujeres ruidosas en la cama, así que hemos decidido recopilar algunas reflexiones y "palabras de sabiduría" sobre este tema. ¿Qué les pasa a los hombres con las mujeres ruidosas?
Es una forma segura de excitarlos.
Si subes el volumen o le pones un poco de picante a tus palabras, puedes cambiar las cosas sin ni siquiera esforzarte demasiado.
Y seamos sinceros, nada nos excita tanto como un gemido o una expresión de excitación y placer bien calculados.
Si aún no te sientes cómodo haciendo ruido, recuerda que cualquier cosa es mejor que estar callado.
Empieza con cosas pequeñas; gemidos y respiraciones agitadas servirán, hasta que des rienda suelta a tu poder sexual. Y créeme, lo tienes dentro, más de lo que puedas imaginar.
A nadie le gusta la sensación de follarse a un monje silencioso
O un cadáver. Lo siento, señoras, pero si no quieren que su hombre se sienta incómodo al hacer el amor con ustedes o que se ablande al instante, suban el volumen.
A nadie le gusta la sensación de tener una estrella de mar en la cama, tumbado inmóvil con los miembros extendidos mientras tu pareja hace de las suyas.
No hace falta que grites como las estrellas de cine para adultos, un simple gemido y un "Sí, cariño" bastarán hasta que te sientas cómoda gritando.
Y una vez que le cojas el truco, una vez que te des cuenta de que no hay nada de lo que avergonzarse (a menos que estés haciendo el amor en un sitio donde no deberías), tú mismo notarás la diferencia.
Las mujeres ruidosas son seguras de sí mismas
Toda mujer que no se avergüence de su cuerpo, que no se avergüence de su sexualidad y no tenga vergüenza ni miedo de admitir que disfruta con lo que hace, es una mujer a la que todos admiran y quieren tener.
La confianza es un rasgo sexy que nunca envejece ni se desvanece, especialmente en la cama.
Y no tienes que parecer una estrella de cine, no tienes que tener el cuerpo perfecto de gimnasio, sólo ser dueño de quién eres y de lo que haces.
Demuéstrales que te quieres y que no tienes miedo de demostrarlo, enséñales cómo quererte como es debido y, bueno, cómo hacerte gritar más fuerte. Ningún hombre podría resistirse a ese reto.
Puede crear una fantasía pervertida
Las conversaciones sucias, la respiración agitada, los gemidos y los gritos crean una cierta atmósfera en el dormitorio que da lugar a un montón de fantasías pervertidas que pueden experimentar sin que tú ni siquiera te esfuerces.
Quizá sueñe con ser el mejor hombre que hayas tenido, y ahora puedes asegurarle que lo es (aunque no lo sea).
Y para algunas personas, es exhibicionista, como la emoción de que te pillen o de que los demás sepan que estás practicando sexo.
Muestra lo que realmente te gusta
Los hombres se sienten inseguros sobre sus habilidades amatorias y a menudo buscan la aprobación de sus parejas.
Hacerles saber que están haciendo algo bueno o quizá no tan bueno es algo que os alegrará a los dos.
Necesita oír que es bueno, así que decirle: "Más fuerte. No pares", o simplemente gimiendo un poco más fuerte cuando dan en el clavo, es suficiente para que capte la indirecta.
Y, bueno, a ti te conviene que él sepa lo que te excita y lo que seguro que no.
Se sienten como una estrella de cine para adultos
Ah sí, este es uno de los favoritos de todos ellos, y de nosotros, para ser sinceros. A todos nos encanta sentirnos dioses del sexo y ¿qué mejor manera de hacerles sentir así que haciendo ruido?
Sobre todo cuando sabes que hablar y gritar te ayuda a respirar durante el coito, lo que luego te ayuda a relajarte y a alcanzar el clímax más fácilmente.
Déjate llevar por el momento, no pienses en las consecuencias.
Si estás constantemente preocupado, tratando de guardar silencio, no hay forma de que puedas experimentar completamente el hacer el amor y ese es un castigo que nadie debería sufrir.
Estás conectado con tu sexualidad, lo que hace que ellos también lo estén.
Todos somos maniáticos sexuales, de un modo u otro. Ocultar nuestros deseos, enterrarlos en lo más profundo, no nos hace ningún bien.
Da rienda suelta a la bestia sexual que llevas dentro, grita si quieres, gime y muévete.
Sé la mujer que nunca olvidará, porque ya lo llevas dentro.
Sólo tienes que dejar a un lado el miedo y la timidez, porque ninguna gran historia de sexo empieza diciendo: "Él/ella era tan dulce y tranquilo". Sentirte en contacto con tu cuerpo es un afrodisíaco contagioso.
Una de las formas de entrar en contacto con tu sexualidad es dedicar tiempo a conocerte a ti mismo, a saber qué te gusta, qué hace que tu motor se ponga en marcha.
No necesitamos a un hombre para llegar al clímax, pero sí que nos sentimos bien cuando lo tenemos a nuestro lado, pero ¿de qué sirve tenerlo ahí si no sabemos qué hacer con él?
Las parejas que gritan juntas permanecen juntas
Está demostrado que ésta es la correcta. Las parejas que emparejan sus expresiones al hacer el amor, ya sea gimiendo, hablando o gritando, desarrollan un vínculo íntimo más profundo que las que no lo hacen.
Encontrar a alguien que satisfaga tus necesidades y se adapte a tu "nivel de griterío" es algo que no te encuentras todos los días.
Porque sin palabras, sin mucha filosofía, simplemente sabéis que tenéis química, porque vuestros cuerpos reaccionan el uno al otro y no hay palabras más fuertes que eso.
Que te pillen es la mitad de la diversión
Katy Perry lo dijo bien; "Que te oigan rugir". En serio, no hay nada como sentir que estás al límite, que estás haciendo algo que no deberías, porque hay muchas posibilidades de que todo el mundo a tu alrededor sepa lo que estás haciendo. ¿Y qué si lo saben?
Todos lo hacemos, ¿cuál es el problema? Así que, la próxima vez que oigas a alguien gritar, dile: "¡Vamos, chica!" y sigue adelante.
Porque ellos aprendieron a divertirse como nunca, ¿qué te impide a ti hacer lo mismo?