Dicen que lo peor que puedes experimentar en lo que se refiere al romance es amar a alguien que no te corresponde.
Es dar amor no correspondido a alguien a quien no le importas un bledo.
Sí, estar en este tipo de situación te hace sentir no deseado y rechazado.
Te hace preguntarte por qué no puedes ser suficiente para que un chico al menos te dé una oportunidad e intente quererte.
Sin embargo, le aseguro que hay una realización mucho peor que ésta.
Es mucho más doloroso y devastador ver que alguien a quien le dedicaste toda tu vida y a quien le diste todo tu corazón nunca te amó como tú lo amaste.
Es dudar de toda tu relación y de cada una de las palabras y acciones de este chico.
Dudaba de que los mensajes de buenos días, las llamadas nocturnas, los besos, los abrazos y las declaraciones de amor fueran reales.
Es mirar a los ojos a la cruda verdad y ver que siempre fuiste tú el que más se esforzó, el único que luchó por esa relación, el único que la impulsó y el que más se preocupó en todo momento.
Es ver que nunca se te ha apreciado, respetado o querido lo suficiente.
Es preguntarse si todos los años que pasaste junto a este hombre fueron en realidad una pérdida de tiempo y energía.
Que todos tus esfuerzos fueron en vano y que nunca llegaste a ocupar en su corazón el lugar que merecías.
Cuando tu relación llega a su inevitable final, no puedes evitar preguntarte: ¿has pasado todo este tiempo siendo engañado?
¿Te mentiste a ti misma, pensando que este hombre te quería tanto como tú a él porque la amarga verdad era demasiado para soportarla?
No puedes evitar rebobinar en tu mente cada uno de los días que pasasteis juntos, buscando señales de su indiferencia que claramente ignoraste.
Buscas pistas perdidas, cuestionando todo lo que los dos teníais y todo lo que compartíais.
Te sientes estúpido y humillado.
Te culpas por no haberte dado cuenta y por no haberte quitado antes las gafas de color de rosa.
Además, si este hombre, al que diste tu máximo esfuerzo, no pudo cuidarte lo suficiente, ¿qué puedes esperar de los demás?
Si tu amor incondicional obviamente no fue suficiente para él, ¿te hace indigna de que alguien más te trate diferente?
¿Es usted no destinado a ser amado?
¿Deberías haberte esforzado más por ganarte su corazón? ¿Podrías haber hecho más?
No te preocupes; todas las mujeres en tu situación tendrían exactamente los mismos pensamientos pasando por su cabeza.
Y no estoy aquí para juzgarte por pensar o sentir así.
En cambio, estoy aquí para rogarte que no te avergüences ni te culpes porque deberías estar orgullosa.
Después de todo, sabes que diste lo mejor de ti y no es culpa tuya que se lo dieras a la persona equivocada.
No es culpa tuya que este capullo no viera tu valor a tiempo y no se diera cuenta del amor que te mereces.
Estoy aquí para rogarte que seas feliz y agradecida por el hecho de haberte librado de un tipo que es obviamente incapaz de amar, un tipo que te haría sentir para siempre como una emocionalmente mujer abandonada y un tipo que nunca tuvo la capacidad de convertirse en el hombre que necesitabas que fuera.
Ahora no lo ves, pero al perderlo, en realidad ganaste.
Tienes la oportunidad de conocer a un hombre que te devolverá todo el amor que reciba de ti, un hombre que nunca dejará de descubre tu verdadero valor y un hombre que seguirá recordándote lo mucho que significas para él.
Habrá un hombre que nunca te hará cuestionar sus sentimientos y que nunca te hará dudar de tu propio valor.
Un hombre que te dejará entrar hasta el fondo y un hombre que te ayudará a despertar las emociones que ni siquiera sabías que tenías.