El amor es más que palabras vacías. El amor no es sólo un sentimiento, sino también todas las acciones que lo demuestran. No solo se dice que se ama, también se demuestra.
Cuando te preocupas por alguien, no permites que vea que le das la espalda. No permites que se sientan indeseados o como si no merecieran amor.
No rompes su corazón dándote por vencido. Te quedas y luchas todo lo que puedes.
Cuando alguien te importa y prometes quedarte, haces todo lo posible por cumplir tu promesa.
Luchas contra todo y contra todos los que se interponen en este mundo y contra ese alguien a quien amas.
Demuestras lo mucho que esa persona significa para ti quedándote incluso cuando otra persona se habría marchado hace mucho tiempo. Porque amas de verdad cuando eres feroz en el amor.
Cuando quieres a alguien y has prometido quedarte, estás en ello para lo bueno y para lo malo. No sólo amas las partes bonitas, sino también las feas.
No sólo aceptas lo bueno, también aceptas las imperfecciones. No juzgas a la persona que amas por los errores que comete, sino que la amas aún más por ser humana.
Cuando amas a alguien, nunca dejas de mostrarles tus sentimientos. Nunca dejas que se pregunten qué es lo que sientes por ellos.
Nunca les confundas diciéndoles sólo lo que sientes: demuéstraselo también. Nunca dejes de mostrar tu afecto; nunca dejes de dar tu amor.
Cuando quieres a alguien, nunca dejas de decirle lo mucho que significa para ti. Nunca dejas que olviden tus sentimientos. Nunca les dejas creer que otra persona ha ocupado su lugar.
Te aseguras de que sepan lo mucho que significan para ti. Le repites día tras día lo feliz que eres de tener a alguien como él en tu vida.
Nunca dejas de mencionar cómo te completan y cómo tu vida probablemente no sería la misma sin ellos.
Cuando te preocupas por alguien, no te detienes ante el primer bache del camino, ni ante el segundo, ni ante el quinto, ni ante el centésimo quincuagésimo.
No renuncies a tu amor ni a las personas cuando encuentres el primer obstáculo en tu relación.
Así no se hace el amor. Te quedas y esperas a que pase la tormenta.
Haces todo lo que puedes para salvar de la tormenta a los que te importan y la observas como una prueba de tu amor en la que demuestras realmente tus sentimientos y en la que mantienes tu promesa de que te vas a quedar.
Cuando te preocupas por alguien, nunca dejas de intentarlo. No descansas ni un minuto.
Los llevas siempre en el corazón. Y nunca te permites cansarte de intentarlo.
Escuchas lo que tienen que decir. Presta atención a sus sentimientos y necesidades.
Sigues intentando satisfacer sus necesidades y ser el la mejor versión para ti también para ellos.
Te quedas incluso cuando te dicen que no. Porque sabes que te presionan más cuando más te necesitan.
Así que.., vosotros no alejaseis. Te quedas y les demuestras tu amor.
Les ayudas a superar sus inseguridades y todo lo que les hace cuestionarse vuestra relación.
Nunca dejas de intentarlo por la gente que te importa. Nunca dejas de intentarlo por las personas que se preocupan por ti y por las que más te importan.
Nunca renuncias a amarlos y nunca te cansas de ese amor.
Pones todo tu empeño en mantener encendido el fuego y nunca renuncias a luchar por los que te importan.
Porque hay muchas cosas a las que puedes renunciar, pero nunca debes renunciar al amor que merece estar en tu vida.