Es un debate eterno: ¿Debo seguir a mi cabeza esta vez o a mi (quién sabe por cuántas veces roto) corazón? Si confiamos demasiado en nuestro corazón, podría influirnos para tomar decisiones impulsivas que pueden acarrear graves consecuencias.
Hace poco conocí a un guapo desconocido en el bar. Intercambiamos números y seguimos enviándonos mensajes en los días siguientes. A primera vista, supe que había algo raro en él.
Con su desordenado pelo negro y sus tatuajes en los brazos, parecía un tipo malo (muy malo).fxv
Pero, sus ojos avellana tenían esa chispa que me decía: Sólo soy un chico inocente. Nunca te haré ningún daño.
Hizo su lado malo tan increíblemente atractivo a mí que ni siquiera podía pensar razonablemente con mi cabeza. Al instante me enamoré de él con el corazón.
Aunque sabía que era malo, no dejé que mi mente interfiriera. Sólo quería sentirme despreocupada porque estaba harta de pensar demasiado.
Sólo quería seguir a mi corazón.
Dos semanas después recibí una llamada. Mi amiga me dijo que lo había visto en un hospital. Me dijo que había tenido una sobredosis. Fui inmediatamente y me di cuenta de que su mujer estaba allí con su hijo de 3 años.
Salí corriendo y me quedé helada de incredulidad. Fue entonces cuando me di cuenta de que debería haber seguido mi cabeza en lugar de mi corazón.
Pero, oye... Al menos otros podrán aprender de mis errores.
He aquí mi lista de razones por qué deberías seguir a tu cabeza en lugar de a tu corazón:
1. Eres más razonable
Cuando sigues a tu cabeza, es más probable que pienses de forma razonable y no impulsiva. Sopesarás todos los pros y los contras de tu decisión.
Sé que mata toda la alegría, pero así no tienes que tener miedo ni sentirte inseguro sobre el resultado de tu decisión. Tienes que aprender a separar la razón de tus sentimientos, para poder cambiar cuando quieras.
Sé que es difícil, pero una vez que lo domines, te sorprenderá lo mucho que ayuda esta estrategia.
2. Ves sus lados buenos y malos más claramente
Cuando pienses con la cabeza y no con el corazón, distinguirás más fácilmente entre su lado bueno y su lado malo. Por ejemplo, si sabes que es malo, no encontrarás excusas para ese comportamiento.
Tu cabeza te dirá que te alejes y pienses en tu próximo movimiento. Te gustará como persona completa y no tendrás segundas intenciones sobre su lado malo.
Así, el vínculo tendrá unos cimientos más sólidos y no será tan fácil destruirlo.
3. Es más fácil evaluar la situación (cuando estás a punto de romper con él)
Cuando tengas dudas sobre si romper o no, tu cabeza te dirá una cosa y tu corazón otra. Si escuchas a tu cabeza, evaluarás la situación más fácilmente.
Tendrás una mejor percepción de todo lo ocurrido. No tendrás remordimientos de conciencia por haber roto con él porque estarás cien por cien segura de que estás haciendo lo correcto para ti.
4. Estarás más libre de estrés
Cuando sigas a tu cabeza, si te dice algo insultante o te hiere de una forma u otra, no te lo tomarás demasiado en serio. Estarás más libre de estrés y te importará una mierda lo que los demás piensen de ti.
Estar más libre de estrés te ayuda a ser más productivo en tu vida diaria. Así, cuando laves los platos, no pensarás en algunas cosas no tan agradables que te ha dicho en efecto.
Las cosas malas no se pegarán a tu corazón porque tu mente les dirá inmediatamente que se vayan.
Cuando algo se te pega al corazón, es muy difícil deshacerse de ello.
Tu corazón tiene que digerir cada pensamiento que pasa por tu cabeza. Por eso debes ser amable con tu corazón.
5. Menor probabilidad de acabar con el corazón roto
Si sigues tu cabeza y todo lo anterior disminuirás tus posibilidades de acabar con un corazón roto. Cuando amas a alguien con la cabeza, ves las cosas como son.
Pero, cuando amas a alguien con el corazón, estás cegado. La frase El amor es ciego existe por una razón.
El amor es ciego cuando se ama con el corazón. Pero, cuando tu corazón se canse de estar roto, aprenderás a amar con la mente.