¿Alguna vez te has alejado de alguien a quien aún amabas con todo tu corazón? ¿Alguna vez has dejado ir a alguien sin quien no podías imaginar tu vida?
¿Alguna vez has dejado a alguien, sabiendo que es lo correcto y sabiendo que es la única opción que tienes? ¿Alguna vez lo bastante valiente para romper tu propio corazón?
Porque esto es exactamente lo que hizo esta chica. Fue lo suficientemente fuerte como para alejarse, aunque no quería, simplemente porque tenía que hacerlo.
Y probablemente te estés preguntando cómo lo hizo. ¿Cómo consiguió ser más fuerte que todo el dolor, que todo el amor que sentía por ese hombre?
¿Cómo consiguió ser más fuerte que ella misma? ¿Cómo venció su mente a su corazón? ¿Cómo se alejó, cuando la lo único que quería era quedarse?
No, no fue fácil. De hecho, fue lo más doloroso y desgarrador que hizo en su vida. Y le hizo falta más valor y fuerza de lo que cualquiera podría pensar.
Pero un día, simplemente se eligió a sí misma por encima de este casi amor. Se eligió a sí misma por encima del hombre que la estaba matando espiritualmente. Por primera vez, eligió amarse a sí misma más que a él. Un día, eligió salvarse a sí misma y fue la mejor decisión de su vida.
Y así de fácil, esta chica rompió todos los lazos con este hombre tóxico que estaba convirtiendo su vida en un infierno. Dejó de contestar a sus llamadas borracha y de responder a sus mensajes nocturnos. Decidió que había llegado el momento de dejar de aceptarle cada vez que intentaba volver a su vida.
Una mañana, tras pasar otra noche seguida sin dormir, se despertó y bloqueó todas sus cuentas en las redes sociales, borró todas las fotos de los dos juntos y todas las canciones que le recordaban a él. Dejó de visitar los lugares en los que sabía que podría encontrarse con él y tiró a la basura cada pequeña cosa que le recordaba a él.
Una mañana, decidió actuar como si ese hombre nunca hubiera formado parte de su vida. Decidió dejarlo en el pasado, donde pertenecía, aunque fuera lo último que quisiera hacer en la vida.
Dejó de perseguirle y de mendigar su atención. Dejó de conformarse con las migajas de su afecto y ya no lo confundía con amor verdadero.
Por mucho que la matara, miró a los ojos a la cruda realidad y vio que todas sus esperanzas y esfuerzos eran en vano. De repente, dejó de justificar su comportamiento tóxico y de buscar excusas por la forma en que la trataba.
Dejó de esperar que ese hombre cambiara y que empezara a tratarla como se merecía. Que se convirtiera en el hombre que ella había imaginado durante todo este tiempo.
Entonces, admitió que ese hombre nunca la había amado de verdad. Que ella sólo era conveniente para él y que disfrutaba del amor que ella le daba.
Aceptó que no estaba emocionalmente dañado y que ella no podía salvarlo. Por primera vez, le vio sin sus gafas de color de rosa. Y vio que no era más que un ególatra egoísta que no podía preocuparse menos por ella.
Y finalmente, recordó su valía. Recordó a la chica que era antes este narcisista entró en su vida. Recordó que ella es la única que tiene el control de su vida y que nunca debería haber permitido que un imbécil intentara siquiera destruirla.
Se dio cuenta de que ella siempre había sido más fuerte y valiosa que él. Que él era el que no era suficiente todo el tiempo y que nunca mereció que ella siquiera lo mirara.
Finalmente, se dio cuenta de que él no era el centro de su universo. Que había otras cosas y personas en las que debía centrarse.
Finalmente, se puso a sí misma en primer lugar y decidió borrar a este hombre de su lista de prioridades. Se dio cuenta de que debía centrarse en sí misma, en sus objetivos y en su propio futuro, sin ese hombre a su lado.