Realmente no vi venir esto. ¿Cómo iba a saber que significaría tanto para mí?
¿Cómo no enamorarme de tus ojos chispeantes cuando me mirabas, de tu sonrisa perfecta y dulce y de tus caricias que me hacían sentir como nunca antes me había sentido?
Lo admito.Me enamoré de ti...sin ni siquiera saberlo.
Me enamoré tanto de ti que me perdí por completo intentando que te fijaras en mí. Y durante todo ese tiempo, me negué a creer que nunca serías mía. Soñaba despierta con nosotros y con nuestra perfecta vida futura.
Pensaba que nos casaríamos, tendríamos hijos y viviríamos felices para siempre.
Pensé que eras lo que había estado buscando durante tanto tiempo y que nunca me decepcionarías. Pero lo hiciste. Y rompiste mi corazón en pedazos tan pequeños que ya no se pueden arreglar.
Me quedé con el corazón sangrando, rogándote que me miraras y me curaras con un solo toque.
Te rogaba que te quedaras conmigo porque mi orgullo no significaba nada para mí comparado con mi amor por ti.
I estaba dispuesta a hacer cualquier cosa por el hombre de mis sueños. Y no me importaba lo que dijeran los demás al respecto con tal de ser feliz. El caso es que no pude conseguir lo que más ansiaba porque no sentías ni la mitad de lo que yo sentía.
No sabías que pensaba en ti todo el día y que me perdía totalmente cuando pasabas cerca de mí.
Con cada palabra que salía de tu boca, me derretía, aunque sólo fuera un "hola" mientras pasabas.
Cada vez que te veía, mi corazón empezaba a latir más rápido y sentía que me iba a desmayar.
Estaba tan nerviosa intentando impresionarte pero nunca pude llegar a ti con la suficiente profundidad como para que me tuvieras en cuenta.
Para ti, yo sólo era una chica mona con la que te divertías cuando tu mujer no estaba.
¿Y sabes qué era lo peor de todo? Me conformaba con tener sólo un poco de ti.
Era mejor tener una parte de ti que no tenerte en absoluto. Y eso también funcionó para ti. Me tenías siempre que querías y yo me comportaba como si fuera mi última vez cada vez que estaba contigo.
Lástima que no supiera que nunca serás mía, no porque no fuera posible, sino porque tú no lo querías.
No pensaste en mí como alguien con quien pasar el resto de tu vida.
Sólo querías tenerme cuando querías y no pensabas en mis necesidades. Y mi única necesidad no era acostarme contigo, abrazarte o besarte.
Mi necesidad esencial era tenerte como mi mejor amigo, mi alma gemela y mi media naranja..
Quería que lucharas por mí...pero ni siquiera pudiste hacer eso. Fuiste un cobarde por hacer que me enamorara de ti, sabiendo que nunca me corresponderías con las mismas emociones.
Viste una gran oportunidad y la aprovechaste sin preguntarme qué quería. Y yo sólo esperabatu amor. Sólo eso. Pero te perdiste de ver lo increíble que era.
No viste mi espíritu divertido, mi temperamento alegre y mi apoyo cuando lo necesitaste.
Te perdiste de ver todas las cosas buenas de mí porque sólo te interesaba explorar mi cuerpo en lugar de mi corazón.
Y el principal problema era que no queríamos las mismas cosas.
Éramos dos mundos diferentes que nunca lo lograrían. E incluso si no sé por qué nuestros caminos se cruzaron, Todavía me alegro de haberte conocido. No por ti, sino por la lección de vida que aprendí mientras estuve contigo.
Aprendí que la forma en que me trataste no es la forma en que un hombre enamorado debe tratar a su dama.
Estar enamorado es mucho más que eso: mucho más amor, afecto y apoyo.
Significa no intentar moldear a tu mujer para convertirla en alguien que no quiere ser, sólo para que tú puedas ser feliz. Es aceptar a la persona que amas tal y como es y no intentar cambiarla a menos que ella lo desee.
Así que, si alguna vez lees esta carta, quiero que sepas que estaba locamente enamorado de ti y que no me arrepiento de ello.
Al final, por mucho que lo intentes, no puedes controlar tus sentimientos. Puedes dejarte llevar o dejar que todo fluya.
Verás, probé las dos opciones y me gustó más la segunda. Cuando te deje irFinalmente me encontré a mí mismo.
Por fin he vuelto a quererme a mí misma y, para ser sincera, es el único amor que necesito.