Estimado "Salvador",
¿Quién iba a pensar que te daría las gracias después de todo lo que me has hecho? ¿No está la vida llena de sorpresas? En un momento te estás muriendo por dentro y en otro por fin eres libre: eres la persona más feliz del mundo.
Bueno, querida, gracias por darme el don de la libertad. Gracias por regalarme la vida. Gracias por hacerme ver que soy mucho más de lo que pensaba.
Gracias por golpearme hasta la muerte emocional. Sólo entonces podría haber nacido de nuevo. Sólo entonces, cuando no tenía nada más que perder, pude darme cuenta de lo que me estaba perdiendo.
Gracias por hacerme ver que necesito un hombre a mi lado-no a ti, ni a una sucia cucaracha, sino a un hombre de verdad.
Gracias por hacerme ver que no puedo caer mucho más bajo de donde estoy ahora. He tocado fondo. Esa caída me hizo entrar en razón. Ese golpe en la cabeza fue lo mejor que me ha pasado nunca.
Por primera vez, aquel torrente de sangre no fue en vano. Por primera vez, caer inconsciente fue un hermoso sueño y no una pesadilla.
Todas las veces anteriores, cuando me hacías caer inconsciente, soñaba contigo. Nunca quise despertar porque sabía que despertaría a tu lado. Porque sabía que mi pesadilla nunca terminaría.
Esta vez era diferente. Esta vez quería despertar y luchar. Y lo hice.
Luché con todo lo que tenía. Pensé que ya no lo tenía en mí.
Durante un breve periodo de tiempo, me lo quitaste-junto con mi orgullo, amor propio, autoestima e independencia.
Pensé que no era nada sin ti. Tenía miedo de vivir mi vida sin ti. Pensaba que eras tú quien iba a ayudarme.
Nunca pensé que eras tú quien me sujetaba.
Cada segundo que pasaba contigo era como intentar nadar en un profundo y vasto océano frío sin ayuda en el horizonte. Nadé y nadé, pero algo tiraba de mí hacia abajo: eras tú.
Ya no. Aquella horrible noche fue la noche en que por fin me zafé de tus garras. De repente, vi la orilla y pude nadar hasta tierra firme.
Todo comenzó con una simple pregunta aquella noche. Una pregunta que se convirtió en una explosión. Gritabas, eso no era nada nuevo. Me acostumbré a tus notas agudas cuando me gritabas. Era como si estuviera escuchando las notas más bellas que alguien haya escrito jamás.
Entonces, se puso duro. Me tiraste al suelo como si fuera un trozo de nada. Me arrastraste por el pelo con tus puños llenos de él. Tus manos frías y despiadadas me rodeaban el cuello.
Estaba rogando que me mataras. No, no lo hiciste. Me mantuviste colgando en una delgada línea entre la muerte y la vida. Sólo para hacerme sufrir.
Lo último que recuerdo fue un golpe frío y seco en la cabeza. Y eso fue todo. Pensé que por fin había muerto. Pero en lugar de eso, tuve un sueño.
El sueño más hermoso. El sueño que finalmente me liberó. El sueño que dijo: "¡Contrólate!"
Gracias por eso. Gracias por llevarlo un poco más lejos de lo que querías.
Ese pequeño paso extra que diste significó mucho para mí.
Me liberó.
Atentamente,
Su ex amante
Este era yo el 6 de abril de 2018. Él soy 100 libras más ligero que él fighttill yo estaba agotado