Cuando quieres a alguien, se lo demuestras cada día. Cuando amas a alguien ya no eres la persona más importante de tu vida.
Cuando amas a alguien, tu mundo cambia. Te ves junto a esa persona el resto de tu vida. La pones la primera en tu lista de prioridades.
Pero amar a alguien no significa que tengas que ignorar todo lo demás en tu vida.
Amar a alguien no significa que dejes de ser tú mismo, que dejes de hacer cosas que hacías antes de conocerle. Nunca dejas de lado a tus amigos y aprovechas ese tiempo para salir con la persona de la que estás enamorado.
Cuando amas a alguien, no renuncias a las personas ni a las cosas que amas. Simplemente haces sitio para alguien nuevo.
Los introduces en tu vida y los conviertes en una parte de ella, no en el todo.
Cuando amas a alguien, no te pierdes en pensamientos incapaces de hacer nada bien. Eso no significa que tengas que ponerte en último lugar y sacrificar tus sueños para hacerle sitio.
Cuando quieres a alguien, significa que le dejas entrar en tu vida. Pasas tiempo con ellos, te preocupas por ellos, quieres que sean felices.
Cuando amas a alguien, tienes que tener más cuidado con lo que haces. Tienes que tener en cuenta sus sentimientos.
Tienes que pensártelo bien antes de hacer algo. Tienes que estar seguro de que tus acciones no les harán daño.
Ya no estás solo y no puedes hacer lo que te dé la gana. Si les quieres, cambiarás un poco.
No quiero decir que vayas a ser una persona diferente, sino que vas a mantener algunas cosas bajo control, para no herir sus sentimientos sin querer.
Cuando amas a alguien, cada día va a ser un reto más. Cada día serás responsable de los sentimientos de otra persona.
Sin embargo, amar a alguien también significa que tendrás que dejarle solo de vez en cuando. No podrás estar a su servicio cada minuto del día.
A veces, no podrás contestar al teléfono cuando te llamen o no podrás ir con ellos al cine porque le prometiste a tu amigo que veríais esa película juntos.
Amar a alguien no significa que tengas que poner tu vida en pausa.
Tienes que preocuparte por su felicidad, y tienes que mostrarles amor incondicional.
Pero sería una tontería por su parte esperar que lo dejes todo, por importante que sea, cuando quieren estar contigo.
Eso no es amor; eso es ser egoísta.
Cuando quieres a alguien, tienes que mostrar comprensión. Hay que ser compasivo y tener en cuenta los sentimientos de la persona.
Cuando amas a alguien, no lo ignoras. No lo descuidas.
Les incluyes en las cosas que haces porque te importan. No te quedas mirando la tele cuando intentan hablar contigo.
No les cuelgues el teléfono sólo porque no estés de humor para hablar. No hieres sus sentimientos sólo porque ese día no te sientes lo suficientemente feliz.
No los destruyas con tu negatividad. Te alejas hasta que te sientas mejor.
Cuando quieres a alguien, lo llevas cerca del corazón. Cuidas muy bien de ellos.
Siempre haces un esfuerzo adicional para hacerles felices. Reorganizas tu agenda, te esfuerzas por hacerles un hueco en tu vida.
Les sorprendes. Les compras regalos. Les llevas a un sitio bonito en el que nunca han estado. Quieres que cada momento sea memorable.
Cuando amas a alguien, no sientes que sea una carga. No sientes que estás malgastando tu energía. Sientes que has encontrado la parte de ti que te faltaba.
Cuando quieres a alguien, te aseguras de que se sienta querido. Te aseguras de que no les falte de nada.
Asegúrate de que sean felices. Porque si empiezan a buscar lo que les falta, lo encontrarán, y no será contigo.