Tener una relación problemática es horrible.
Estar con alguien que te hace daño cada día y no llevarte bien con tu pareja son dos de las cosas que pueden estresarte hasta el punto de que simplemente ya no sepas hacia dónde te diriges con tu vida.
Además, te hace sentir miserable y no ves salida a esta situación.
Pero admitámoslo: ninguna relación es perfecta y todos hemos tenido problemas con nuestra pareja en algún momento de nuestra vida.
Aunque estos problemas no deberían convertirse en norma, lo cierto es que forman parte de la vida, aunque no te hagan sentir lo mejor posible.
¿Pero sabes qué no debería ser natural y normal? ¿Sabes qué es mucho peor que tener problemas de pareja?
Es tener problemas de pareja con alguien con quien no tienes pareja.
Cuando te encuentras en este tipo de situación, probablemente estás recibiendo todos los lados negativos de una relación.
Te sientes como si te hubieran cogido, como si no pudieras ligar con otros hombres y como si no pudieras conocer a nadie nuevo. Tienes la parte en la que el chico con el que sales está celoso.
Tienes las peleas, las discusiones y los regaños. Tienes los lloros y las partes molestas.
Te toca la parte en la que te comparas con todas las demás chicas cercanas a este hombre con el que estás liada.
Te toca la parte en la que se espera de ti que estés a su lado siempre que necesite tu presencia.
Llegas a la parte en la que sabes que quieres a este chico, aunque obviamente él no te corresponde porque se niega a etiquetar las cosas y porque se niega a comprometerse contigo.
Y la mayor parte del tiempo, realmente sientes que es tu novio.
Al fin y al cabo, cuando están juntos, la two de ti actuar como una pareja de verdad y tienes todos los problemas de una relación.
Pero la diferencia entre este tipo de relación y una relación romántica de verdad es que no tienes las partes buenas.
No tienes a alguien que sea tu pareja en ningún sentido de la palabra. No tienes a alguien cuya mano puedas coger con orgullo delante de todo el mundo.
No tienes a nadie que abrazarte hasta que te duermas. Alguien que te dé un beso de buenos días o te envíe un mensaje de buenas noches.
No tienes a nadie que te acompañe a bodas y otras ocasiones importantes.
No tienes a nadie con quien sorprenderte el día de tu cumpleaños a medianoche. No tienes a nadie con quien celebrar el Año Nuevo o San Valentín.
No tienes a nadie que te espere en la puerta cuando llegas del trabajo agotado y cansado.
No tienes a nadie a quien cuidar cuando estás enfermo o simplemente que esté a tu lado cuando necesitas a alguien con quien hablar.
No tienes a alguien que sea sólo tuyo. No tienes al hombre fiel y leal que necesitas.
No tienes a nadie que puedas presentar a tus amigos y familiares. No puedes decir que tienes pareja.
No tienes a tu otra mitad o a tu más uno. No, tampoco tienes ninguna de estas cosas cuando estás soltero.
Pero cuando es así, sabes que estás solo en el sentido romántico y no tienes el estrés que conlleva esta casi relación.
También sabes que estás disponible para otros hombres y que puedes ponerte en el mercado de las citas cuando te apetezca.
Así que si cree que su casi relación es digno de todos los males que estás pasando, lee todo esto y piensa en todo lo negativo que te está aportando y piensa en todo lo positivo de lo que te estás privando.
Y estoy seguro de que cambiarás de opinión.
Estoy seguro de que verás que estás perdiendo el tiempo con alguien que no quiere comprometerse contigo y que probablemente nunca cambiará de opinión.
Verás que en realidad estás atrapado en una relación sin etiquetas, cuando eso es lo último que quieres.
Verás que te mereces a alguien que te llame orgullosamente su novia. Que te mereces a alguien que sea tuyo y que te quiera de verdad.