Hoy en día, seguir siendo amigo de un ex ya no es un tabú.
Es un escenario completamente plausible de ocurrir tras una ruptura y cada vez más gente gravita hacia mantener a sus ex al alcance de la mano.
Las razones son numerosas.
A veces, simplemente no puedes dejarlos ir por completo, por lo que es más fácil tenerlos en tu vida en cualquier capacidad.
Y a veces, quieres seguir formando parte de su mundo para ver cómo les va después de la ruptura y con quién pasan el tiempo.
Probablemente tus razones sean totalmente inofensivas y sin segundas intenciones, mientras que las suyas podrían muy bien ser todo lo contrario...
Se ha informado ampliamente de que los individuos que tienden a aferrarse a sus ex parejas mucho después de la ruptura tienen tendencias narcisistas y psicopáticas.
Los narcisistas y los psicópatas pueden detectarse con relativa facilidad por su exagerado sentido del yo y su enorme ego.
Son charlatanes con escasa o nula capacidad de sentir, mimetizándose con su entorno para encajar y encontrar las presas que consideran más fáciles de manipular y doblegar.
Cuando están en una relación, tienen esa capacidad de hacerte sentir como un pedazo de mierda inútil y hacer que todo parezca culpa tuya.
Te seducen, te desarman y te conquistan, sólo para destrozarte por completo pieza a pieza, hasta que toda tu confianza en ti mismo y tu fe se han marchitado.
Necesitan estar en una relación para que su ego crezca y tener algo de lo que alimentarse.
Eres su salvavidas y no te van a soltar así como así. Ni por asomo.
Si alguna vez te has relacionado con un individuo tan perturbador, probablemente te encuentres en esta situación y te preguntes cómo demonios dejaste que te tomaran por tonto.
No lo hagas. Esta es su especialidad. Esto es lo que hacen.
La mayoría de las veces se hace a la perfección y hasta que no te han utilizado en todo lo que necesitaban y han alimentado su ego, nadie se entera.
Pero lo más inquietante de todo esto es su falta de voluntad para dejarte en paz incluso después de que hayas encontrado la salida.
De algún modo, siempre parecen aferrarse a ti desde una distancia segura, intentando abrirse paso de nuevo y derribando tus barreras una a una.
Los narcisistas y los psicópatas son individuos que carecen de empatía, son egoístas, egoístas, manipuladores y de naturaleza extremadamente vengativa.
Así que hagan lo que hagan y por pequeña que te hagan sentir, que sepas que nunca eres tú.
Si te apetece tu ex o alguien cercano es una amenaza potencial en este sentido, corra y aconseje a cualquier persona relacionada con ellos que haga lo mismo.
Cuando los narcisistas y los psicópatas experimentan rechazo, son incapaces de afrontarlo de una manera conocida por ti, por mí y por muchos otros.
Inmediatamente activan el modo de ataque.
Su ego está herido, su sentido del orgullo en peligro y harán lo que sea para seguir conectados a ti, ya que perder no es algo que puedan tolerar.
Cuando les tratas como ellos te tratan, sienten la necesidad de vengarse y van a por todas.
Se aferran a aquellos que son empáticos, considerados y compasivos, porque esos son todos los rasgos que necesitan en su vida diaria para poder manipularte para que seas lo que demonios necesiten de ti.
Y cuando le quitas eso a tu narcisista, no se lo va a tomar bien.
Cuando les enfrentes al rechazo, encontrarán la manera de quedarse.
Van a jugar bien sus cartas.
Intentarán recuperarte, pero no te dejes engañar.
Es sólo por sus razones egoístas y egoístas.
Te necesitan únicamente para llenar el vacío que les queda tras tu marcha.
La mayoría de las veces, querrán tenerte cerca por razones prácticas y sexuales.
Si algo de esto le resulta familiar, es muy posible que tenga entre manos a un narcisista o a un psicópata.
Si tu ex parece que sólo te necesita para sentirse mejor consigo mismo y para utilizarte por razones de índole sexual o manipuladora, capta la indirecta y huye de él todo lo que puedas.
No pararán hasta clavarte sus garras una vez más, demostrándose así a sí mismos que son los amos de su pericia.
Pero ahora lo sabes mejor. Nunca debes dejarlos ir para la segunda ronda.
Una vez que encuentres la manera de salir de la telaraña de tu narcisista, nunca mires atrás y deja que su ego alcance el punto más bajo ignorándolo hasta el fin de los tiempos y dándole a probar de su propia medicina.