¿Ha tenido alguna vez un mejor amigo, en el verdadero sentido de la palabra?
A hermanatu otra mitad y alguien que esté a tu lado en los días buenos y malos, en las buenas y en las malas?
¿Alguna vez has tenido a alguien a quien llamar en mitad de la noche, cuando no te encuentras bien?
¿Una persona que no es tu familia por sangre sino por elección?
Si lo ha hecho, sabrá que un verdadero amigo nunca te deja pasar solo por nada malo en la vida.
Sabes que es alguien que permanece a tu lado durante todas tus pesadillas, incluida una de las peores cosas que toda chica puede experimentar: un desengaño amoroso.
Sí, probablemente te dijo que ese chico no era el adecuado para ti desde el principio.
Probablemente te advirtió de sus numerosos defectos, que tú no percibiste.
Esta chica vio los verdaderos colores de este hombre antes que tú. Ella leyó a través de sus palabras dulces y su exterior encantador.
Vio que podías hacerlo mejor y que él nunca te mereció.
Vio que era un chico inmaduro que no podía aguantar a una mujer fuerte como tú.
Ella sabía que él no era bueno. Ella sabía que él acabaría haciéndote daño y que acabaría rompiendo tu corazón en pedazos, exactamente como lo hizo.
Sin embargo, una vez que todo lo que te advertía se hizo realidad, no oíste ninguna repetición del te lo dije.
No la oíste regañar diciendo que deberías haberlo sabido o llamándote estúpida por creer en sus mentiras.
En su lugar, ella estaba allí cogiéndote de la mano como todas las veces hasta ahora.
No, no te metió prisa y nunca intentó obligarte a hacer las cosas a su manera.
No te estaba diciendo que ya era hora de que olvidaras y seguir adelantecuando obviamente aún no estabas preparada para dar ese paso.
No te juzgaba por tardar tanto en curarte ni te empujaba a tus límites.
Sin embargo, ella estaba allí para comprenderte y darte el apoyo que necesitabas desesperadamente.
Estaba ahí para acudir a ti, incluso cuando tú no le tendías la mano, y para saber lo que necesitabas antes de que tú mismo lo supieras.
Esta chica no te perdió de vista ni un minuto.
Te aguantó incluso cuando eras imposible de manejar e incluso cuando estaba demasiado ocupada con su propia vida.
Estuvo ahí todo el tiempo, secándote las lágrimas y prometiéndote que te recuperarías.
Asegurándote que vendrían cosas mejores y rogándote que tuvieras fe.
Ella estaba allí, escuchando tus interminables historias que había oído un millón de veces.
Escucharte contar cada detalle de vuestra relación, a ti decir lo mucho que sigues queriendo a ese capullo y a ti llorar tu pasado.
Ella estaba ahí, cuando necesitabas a alguien para acosar a tu ex o su próxima novia.
Justo ahí para maldecir el día en que nació, para hablar mierda de él y de todo lo que te hizo.
Ella estaba ahí para creer en ti, incluso cuando tú no lo hacías y para animarte en los momentos en los que pensabas que nunca serías capaz de olvidarle.
Ella estaba allí para salvarte de él.
Para ahuyentar todos tus demonios del pasado y ayudarte a dar un paso hacia el futuro.
Esta chica estuvo a tu lado en todas tus noches de insomnio, cuando necesitabas a alguien que te hablara o simplemente alguien que se sentara en silencio.
Alguien con quien contar y alguien que te devuelva la fe en la humanidad.
Ella estaba allí para salvarte de tus propios malos juicios.
Está ahí para evitar que envíes todos esos mensajes de los que acabarías arrepintiéndote, que ligues con el primer chico que te gustó sólo para vengarte de tu ex y para evitar que pierdas la dignidad.
Era tu ángel de la guarda y tu hombro sobre el que llorar.
La luz al final del túnel y el resquicio de esperanza.
Lo bueno en todos tus días malos.
Y para eso están los verdaderos amigos.
Porque un verdadero amigo nunca te dejará pasar solo por una angustia.
En cambio, estará a tu lado para recoger tus pedazos rotos y pegarte de nuevo.
Y eso es algo por lo que siempre hay que estar agradecido.