Debido a ese mito tonto y anticuado de que jugar duro conseguirá la atención que tanto ansía, los hombres pierden a las mujeres con más frecuencia que nunca.
Al tener esta falsa narrativa en la cabeza de que si ignoran a la mujer a la que le han echado el ojo, ella se sentirá más atraída por ellos, dan la impresión exactamente opuesta a la que realmente quieren.
Algunos hombres llegan a pensar que si la tratan mal y la hacen sentirse mal consigo misma, ella vendrá arrastrándose hacia ellos, necesitando su aprobación y validación.
Creen que sus métodos manipuladores les llevarán lejos, pero no podrían estar más equivocados.
Verán, lo que siguen olvidando es una cosa muy importante. Ese trato atroz sólo funciona con mujeres inexpertas, si eso. Las mujeres de verdad nunca caen en esa mierda. Y así es como las pierdes.
Una mujer de verdad sabe lo que quiere y cómo conseguirlo. Si la tratas mal, no tendrá tiempo para tus juegos. Esta mujer tiene una vida muy satisfactoria sin ti.
Tiene mucho que hacer y no te prestará atención si se la haces rogar.
Ella no cae tan bajo. Si la tratas bien, con amor, amabilidad y comprensión, te corresponderá y te hará sentir el hombre más afortunado de la Tierra.
Pero cuando le enseñes que sólo merece tu atención cuando tú lo consideres oportuno, se marchará y la perderás para siempre.
Cuando eres deshonesto y manipulador, la alejas. Cuando actúas como si tu tiempo fuera más valioso que el suyo, ella no lo tolerará.
Cuando la tratas como una llamada de botín y no te molestes en hacer planes por adelantado, aplastas su espíritu haciéndola sentir inadecuada.
Verás, ella sabe que cuando quieres a alguien, no puedes ocultarlo y no lo niegas. Cuando quieres a tu pareja, la colmas de afecto y le demuestras tu amor de múltiples maneras.
No le das ese trato de mierda que la hace sentirse horrible consigo misma y sacude su confianza de esa manera.
El amor verdadero es compromiso. Es honestidad, transparencia y respeto por el valioso tiempo del otro. Es saber que hoy tiene mucho trabajo, así que le envías un mensaje rápido para decirle lo mucho que la quieres y las ganas que tienes de verla.
No es salir del radar durante unos días porque quieres hacer que te eche de menos. No.
Te echará de menos mientras esté en el trabajo. Te echará de menos cuando salga por la noche con sus chicas y suene tu canción.
Te echará de menos cuando esté dormida y no estés a su lado. Y te echará de menos cuando tenga un día de mierda y no estés ahí para consolarla.
¿No lo ves? Ya tienes toda su atención y afecto. No hagas que se arrepienta de habértelo dado. Puede que lo aguante durante un tiempo porque te quiere mucho. Pero cuando se haya hartado, no volverás a sentir su calor.
La base de cualquier relación real, significativa y duradera es la sinceridad. Si le ocultas tus sentimientos, ¿cómo puedes esperar que sea tuya?
Es un libro abierto. Te dice que te quiere. Te presta atención y está ahí cuando necesitas a alguien con quien desahogarte. Y le encanta. ¡Eso es un compromiso!
Si no la correspondes, le estás enseñando que puede vivir sin ti.
Lo que pasa con las mujeres es esto. Somos perfectamente capaces de valernos por nosotras mismas. No necesitamos un caballero de brillante armadura que venga a barrernos de nuestros pies.
No necesitamos que un hombre nos ayude a ganarnos la vida porque somos exitosas y capaces por nosotras mismas. No necesitamos que nos rescaten y nos hagan sentir que les debemos algo.
Lo único que queremos es tener una relación comprometida en la que nuestros hombres nos traten con el mismo amor y respeto que nosotras les tratamos a ellos.
Si la quieres, díselo. Si la echas de menos, envíale un mensaje de texto y haz que se le humedezcan los ojos de felicidad. Si necesitas que sea tu hombro para llorar, llámala, ¡y allí estará!
Ignorar no te llevará a ninguna parte. No te hace ganar puntos. Todo lo que hace es hacerle ver lo idiota que eres.
Dedícale tu tiempo, atención y sinceridad. No desaparezcas cuando las cosas se pongan feas, y demuéstrale que no todos los hombres son iguales.
Sé su hombre en los buenos y en los malos momentos, y será tuya para toda la vida.