Siempre he sido esa chica que daba el ciento diez por ciento a alguien que me daba menos del cien por cien.
Siempre he sido esa chica que tenía que encontrar un poco más de cariño para compensar la falta de afecto que recibía a cambio.
No digo que nunca me hayan querido, ni que no me puedan querer.
Pero de lo que me he dado cuenta recientemente es de que siempre tengo que ser yo la que dé más porque, de lo contrario, temo quedarme nada de nada.
Y esto es algo difícil de decir en voz alta, que estoy seguro que cualquiera que haya luchado con este terrible sentimiento puede entender.
Nunca le diría esto a nadie cara a cara. Me da demasiada vergüenza sentirme así.
Pero es mi verdad y tengo que vivir con ella.
No sé si hay algo malo en mí que me hace difícil amar completa e irrevocablemente... pero seguro que a veces lo siento así.
Incluso con mi último novio, me sentí exactamente así. Sabía que le importaba hasta cierto punto. Sabía que sentía algo por mí.
Pero yo no era suficiente. Yo no era su prioridad. Nunca fue a mí a quien dejaría donde estuviera en un instante y vendría a estar a mi lado.
Yo era más bien una opción decente, pero si había alguien por ahí que era más guapo y más supermodelo, yo estaba seguro en el segundo plano.
Y dolió mucho.
Pero mi problema era que nunca hablaba. Nunca dije nada.
Simplemente acepté aquella situación de mierda como lo que era porque pensé que era mejor que te dieran amor a trozos que estar completamente sola.
Pero la auténtica verdad sobre ser constantemente la chica que ama más de lo que es correspondida es que está harto.
Ya no acepta sólo la mitad de la atención y la mitad del amor de nadie.
¡Lo quiere todo o nada! Porque, ¿adivina qué?
Esos idiotas que la consideran indigna de toda su atención son los que tienen problemas.-NO a ella.
Los que tratan a las personas a las que se supone que aprecian como una opción son los que al final van a acabar picando.
Es sólo cuestión de tiempo.
Durante mucho tiempo he vivido con esa sensación de picazón dentro de mí, como si tuviera algún defecto.
Durante mucho tiempo me sentí poco guapa, poco inteligente o poco interesante.
Durante demasiado tiempo he aceptado mucho menos de lo que merezco y sé que no soy la única que se siente así.
Sé que hay tantas chicas ahí fuera que temen el rechazo hasta el punto de aceptar cualquier amor que se les ponga por delante.
Pero lo cierto es que quienes se niegan a darte todo lo que mereces y no te tratan con el máximo respeto no son más que gilipollas disfrazados que no merecen ni una sola lágrima tuya.
Son ellos los que deberían sentirse así, NO tú.
Eres una mujer perfectamente buena, amable, inteligente y hermosa que encontrará su final feliz.
Y esos imbéciles acabarán solos porque no pueden entregar todo su corazón a una sola persona.
En cierto modo, deberías sentir lástima por ellos. ¿Y qué si ese idiota no pudo darte todo su amor?
¿Y qué si sólo aparecía la mitad de las veces que lo necesitabas?
Eso no significa que tú tengas la culpa. Significa que es un idiota inútil que no podría ver algo bueno aunque lo tuviera delante de sus narices.
Así que no te preocupes por él y por todos los que son como él.
Ellos son los que un día acabarán mendigando las migajas de tu amor. Te lo prometo.
Quizá no mañana y quizá no hasta dentro de unos años.
Pero cuando haya pasado el tiempo suficiente y siga viviendo esa vida de soltero superficial que no le llevó a ninguna parte, volverá arrastrándose.
Pero la única diferencia es que esta vez, serás tú quien le dé la espalda.
Serás tú quien decida que no es suficientemente bueno para TI.
Y esa va a ser una de las sensaciones más satisfactorias que hayas sentido nunca.
Mirándole directamente a los ojos con un corto y dulce, "¡No!" mientras le mostraba la puerta.
Y entonces, nunca tendrás que volver a pensar en él. Porque es demasiado cobarde para enfrentarse a ti nunca más.
La verdad es que ser una chica que ama más no es tan malo cuando realmente lo piensas.
Porque te enseña a tener paciencia y te muestra lo resistente que eres.
Aprendes a ser la mejor y más fuerte versión de ti mismo y ¿no es algo por lo que estar agradecido?
Si no hubieras pasado por todo eso, no serías consciente de lo que eres capaz de soportar.
Si todos esos imbéciles no hubieran sido tan gilipollas, probablemente no serías capaz de apreciar lo bueno de tu vida como lo haces ahora.
Y eso es lo que te hace mejor que ellos.
De esto se aprende y se crece. ¿Y ellos? Siguen siendo los mismos chicos inmaduros que no saben apreciar a una buena mujer ni aunque su vida dependiera de ello.
Y al final, eres el único que sale de esto como un ganador...-en todos los aspectos que realmente importan.