La primera vez que oí la frase la vida es un maratón, no sprintme sentí atraído al instante a seguir esta idea. Me inspiró a pensar en todas las cosas en las que fallamos cuando se trata de buscar la verdadera felicidad.
Cuando observas tu vida como un maratón y no como un sprint, te centras más en el proceso y no sólo en la línea de meta.
En lugar de satisfacerte con a corto plazo objetivos y felicidad, empiezas a ver cosas en modo a largo plazo.
Nos hemos pasado la mitad de nuestra vida corriendo, para luego agotarnos y volver a empezar de nuevo. En esta carrera desenfrenada que es la vida, nos hemos olvidado de encontrar nuestro propio ritmo.
Lo queremos todo y lo queremos ahora, pero no estamos preparados para invertir, superar nuestros límites y perseverar.
Un estilo de vida instantáneo y moderno nos anima constantemente a correr un sprint y alcanzar nuestros objetivos de la forma más rápida posible.
Sin embargo, correr un maratón es algo totalmente distinto. Requiere una estrategia, devoción, voluntad y equilibrio.
A diferencia de un sprint, un maratón no sólo pone a prueba nuestra resistencia, sino que desafía nuestra fortaleza mental y la capacidad de seguir avanzando cuando todos los demás (incluidos nosotros mismos) lo más probable es que abandonáramos.
Ser corredor de maratón significa trabajar constantemente en uno mismo, lo cual es un proceso a largo plazo y no se consigue de la noche a la mañana.
A continuación encontrarás consejos que te ayudarán a convertir tu vida en un maratón y a encontrar tu propio ritmo.
Sin embargo, antes de eso, definamos primero un maratón y comparémoslo con un sprint (nuestro estilo de vida moderno) para ver cómo está afectando a la calidad de nuestra vida.
Correr un maratón no es fácil, pero es el único camino hacia la verdadera felicidad
Para entender el concepto de que la vida es un maratón, tenemos que compararlo con el proceso de preparación para una carrera de maratón y lo que viene después.
Una cosa es segura, correr un maratón o medio maratón no es fácil. Para poder correr uno, hay que entrenar durante mucho tiempo, dedicarse a fondo en el día a día y ser constante.
Te comprometes contigo mismo y con tu cuerpo en aras de un objetivo a largo plazo.
Como ves, correr un maratón no es sólo correr esa carrera y seguir viviendo tu vida como te plazca. Es más bien un estilo de vida que requiere autodisciplina y dedicación pura.
Abarca los dos aspectos de nuestra vida: el físico y el mental.
Hay que mantenerse activo y correr con regularidad, comer alimentos sanos y cuidar la ingesta de calorías.
En otras palabras, tienes que cuidar tu cuerpo y evitar comer alimentos poco saludables o cualquier otra cosa que pueda disminuir tu rendimiento.
Además, hay que prepararse mentalmente para la próxima carrera.
De hecho, cada día de tu vida es una nueva carrera en la que te esfuerzas por ser la mejor versión de ti mismo y evitar tentaciones que no te benefician de un modo u otro.
Por supuesto, llegarán días en los que te hartarás de todo, incluido tu régimen saludable autoimpuesto, y tu fortaleza mental se pondrá a prueba.
Pero sabes que si te rindes ahora, no podrás rendir, así que te esfuerzas más y encuentras nuevas formas de motivarte.
Y esa es la verdadera belleza y la clave del éxito y la felicidad.
Tras meses de duro entrenamiento, por fin está listo para correr el maratón.
Durante el maratón, habrá momentos en los que serás tú quien lleve la iniciativa y los demás se esforzarán por seguir tu ritmo, pero luego cambiaréis los papeles.
El maratón en sí es una montaña rusa mental.
Habrá momentos en los que tendrás ganas de rendirte, pero cuando pienses en todos esos momentos de tu duro entrenamiento y régimen, seguirás adelante por muy duro que sea en ese momento.
Seguirás motivándote porque es la única forma de alcanzar el línea de meta. Y cuando lo alcanzas, el maratón no termina ahí.
Hay muchas cosas que suceden entre la salida y el final de la carrera. Después de terminar, evaluarás tu rendimiento como maratoniano para saber cómo puedes mejorarlo la próxima vez.
Pensarás en todas las cosas que podrías haber hecho de forma diferente durante la carrera y las convertirás en importantes lecciones de vida.
Mientras piensas en todo ello, estarás descansando para que tu cuerpo y tu mente puedan recuperarse.
Una vez que te sientas preparado para la siguiente carrera, repetirás todo esto, pero sólo que esta vez recordarás que no debes repetir los mismos errores.
Y también recordarás que la vida es un maratón, no un sprint.
Los peligros de un estilo de vida moderno e instantáneo
Aunque el estilo de vida moderno nos ha traído muchas ventajas, me atrevería a decir que las desventajas prevalecen. Nunca hemos estado tan conectados, pero nos sentimos más solos que nunca.
Tenemos acceso instantáneo a todo. Si no me crees, párate un momento y mira a tu alrededor.
Nos gusta pensar que los dispositivos electrónicos, smartphones y similares se han convertido en nuestros sirvientes, pero la verdad es otra.
No nos sirven a nosotros, sino que nosotros les servimos a ellos y, por ello, estamos pagando un alto precio tanto física como mentalmente. Nunca hemos estado más impacientes, ansiosos o deprimidos.
Estar constantemente ocupados se ha convertido en nuestro lema de vida, que ha pasado factura a nuestro salud mental y cómo funcionamos en general.
Pasamos la mitad de nuestro tiempo quejándonos de las cosas en lugar de estar agradecidos por todo lo que ya tenemos. Queremos conseguir más y más, pero no estamos dispuestos a hacer ni un solo esfuerzo para lograrlo.
¿Por qué? Porque nos hemos acostumbrado a las soluciones instantáneas, a pasar el tiempo en el mayor enemigo virtual llamado redes sociales y a esperar encontrar la felicidad en algún lugar entre artificial y demencial.
Nos hemos vuelto impacientes, exigiendo que cada aspecto de nuestra vida vaya como queremos en lugar de esforzarnos por encontrar un equilibrio entre la vida laboral y personal con nuestro propio esfuerzo.
Tenemos acceso instantáneo a nuestros amigos y familiares, pero nunca nos habíamos sentido tan distantes.
Recuerdo que cuando era pequeño, ni yo, ni mis amigos ni nadie de mi familia teníamos móvil. ¿Y sabes una cosa? Te aseguro que nunca habíamos sido tan felices.
Si necesitabas contactar con alguien que no estaba cerca, tenías que ir a su casa o llamarle al teléfono de su casa (en vez de al móvil) y rezar para que contestara.
Si no, repite todo el proceso.
Y ninguno de nosotros perdió la cabeza ni se impacientó. No me canso de repetir lo liberador que fue no estar constantemente pegados al teléfono, como hoy.
En lugar de escribirnos constantemente, nos esforzamos por crear conexiones poderosas en persona.
No pasábamos la mitad del tiempo preocupados por esos fenómenos modernos de "no me devuelve el mensaje" o "visto pero no respondido" y cosas por el estilo.
No perdíamos el tiempo siguiendo a todos esos influencers en las redes sociales (no olvidemos que ese es su trabajo y que les pagan por ello diferentes empresas).
En cambio, nos divertíamos de otras formas no virtuales y más productivas.
Así pues, hoy tenemos modelos autoproclamados (también conocidos como influencers), teléfonos inteligentes y acceso instantáneo a todo, pero nunca nos hemos sentido tan distantes de nuestro sentido común y del resto de la especie humana.
Véase también: Equilibrar estos 10 aspectos de la vida es la clave de la verdadera felicidad
El mundo online se ha convertido en la nueva realidad
Desde los juegos en línea hasta las redes sociales, hay tantas cosas que uno puede hacer en Internet sin sentir la necesidad de volver a la realidad durante horas.
Pero esta práctica nos ha aislado unos de otros y el mundo online se ha convertido en la nueva realidad.
Cuanto más tiempo pasamos conectados, más nos desconectamos del mundo real, de nuestras necesidades y objetivos.
Nos pasamos horas y horas observando lo que hacen los demás en este mundo artificial para olvidarnos de los problemas reales y de las cosas con las que tenemos que lidiar en el mundo real.
Y es entonces cuando empezamos a huir de nuestros problemas, cuando nos volvemos inquietos y empezamos a descuidar la necesidad de rituales de autocuidado.
En lugar de salir a pasear, socializar y visitar tiendas en persona, optamos por comprar cosas en pijama con un solo clic.
A veces es una solución práctica, pero a la larga no es más que una receta para aislarse del resto del mundo.
Pasar tiempo al aire libre se ha convertido en el mundo desconocido
Antes, los niños pasaban todo su tiempo libre jugando al aire libre y hoy sólo juegan y "socializan" en el mundo online. Lo mismo ocurre con los adultos.
Preferimos ver una película online y comer toneladas de helado que pasar tiempo al aire libre y mantenernos activos.
Dado que los padres son los mayores modelos de conducta de los niños, me temo que estamos condenados a largo plazo (si nada cambia).
Pasar tiempo al aire libre, jugar al aire libre, descubrir cosas nuevasobservar el cielo, las flores y los árboles se ha convertido en el mundo desconocido.
¿Desde cuándo la realidad se ha convertido en una segunda realidad, algo a lo que tememos enfrentarnos?
Nos escondemos detrás de nuestras máscaras, nos negamos a admitir que algo va terriblemente mal en nuestro estilo de vida aunque seamos perfectamente conscientes de ello.
Básicamente, no tenemos tiempo para estar en el mundo real porque estamos preocupados por crear la vida perfecta en Internet.
Y por todo ello, nos alejamos de nuestro verdadero yo, de nuestros amigos y de nuestra familia. Creemos que estamos viviendo la vida pero, en realidad, estamos corriendo un sprint en el que la línea de meta es una ilusión.
6 maneras de convertir tu vida en un maratón y liberar tu potencial ilimitado
Una cosa es segura: estamos donde estamos en este momento y no podemos simplemente decidir convertirnos en hippies y descuidar toda la tecnología moderna y los años de éxito evolutivo.
Sin embargo, lo que sí podemos hacer es crear un equilibrio y salvarnos de las cadenas del estilo de vida instantáneo y moderno. Y así es como podrás hacerlo:
Socializar con otras personas en la vida real (y no sólo virtualmente)
Debido a nuestro ajetreado estilo de vida, a menudo nos olvidamos de mantener conexiones saludables con otras personas.
Es cuando llegas a casa del trabajo, enciendes la televisión y simplemente envías un mensaje a tu mejor amigo o a otra persona con algo como: "¿Qué pasa?".
Esa frase se ha convertido en la cumbre de nuestras conversaciones modernas, así que pasas un rato enviando mensajes de texto, pensando que has cumplido con tu dosis diaria de socialización.
Por muy ocupado que estés, siempre puedes organizar tu agenda de modo que pases más tiempo con los demás en la vida real y no sólo virtualmente.
En lugar de limitarse a tomar café en la cafetería más cercana, piense en algunos actividades emocionantes que podríais hacer juntos.
Sé creativo con el tiempo que pasas con otras personas porque un día podrías levantarte y arrepentirte de no haberlo hecho.
Esto se explica perfectamente en mi canción favorita de Lewis Capaldi, "Before You Go", que escucho una y otra vez:
"Me quedé en el camino como todo el mundo
Te odio, te odio, te odio, pero me estaba engañando a mí mismo
Nuestro cada momento, empiezo a reemplazar
Porque ahora que se han ido, todo lo que oigo son las palabras que necesitaba decir
Nunca era el momento adecuado, siempre que llamabas
Fue poco a poco hasta que no quedó nada de nada
Nuestro cada momento, empiezo a reproducir
Pero todo lo que puedo pensar es en ver esa mirada en tu cara..."
Practicar el autocuidado
Me he dado cuenta de que vivimos en un mundo en el que el término autocuidado a menudo se confunde con egoísmo. Sé que las cuatro primeras letras son iguales, pero aun así, cuidar de uno mismo no tiene nada que ver con ser egoísta.
En cambio, es algo necesario para tu salud y tu bienestar general, porque la vida es un maratón, no un sprint, y tienes que prepararte en consecuencia.
He aquí algunas formas básicas de practicar el autocuidado:
Duerma lo suficiente
Asegúrate siempre de que duermes lo suficiente porque esto influye mucho en tu funcionamiento diario.
Si no duermes lo suficiente, tu rendimiento en el trabajo disminuirá, te irritarás con facilidad y por no hablar del posible desarrollo de enfermedades mentales.
Dormir lo suficiente es esencial para nuestro bienestar.
Haga ejercicio regularmente
Sé lo que estás pensando. "Pero no tengo tiempo para eso". Sí, sí tienes tiempo para eso porque debería ser una de tus prioridades y la gente suele utilizar la falta de tiempo como excusa.
Si organizas tus actividades en consecuencia, seguro que tendrás tiempo para dedicarte a ti mismo. Ir al gimnasio tres o cuatro veces por semana o simplemente dar un paseo es algo que todos podemos y debemos hacer.
Comer sano
No dejes que los encantos del estilo de vida moderno te conviertan en un adicto a la comida rápida. No seas tan cruel con tu cuerpo porque se merece que lo alimentes y lo cuides (igual que tu mente).
Intenta comer alimentos sanos (más saludables) siempre que puedas y créeme, notarás la diferencia en poco tiempo.
Véase también: Por eso debes confiar en el calendario de tu vida
Salga de su zona de confort y explore cosas nuevas
Para evitar caer en una rutina aburrida, asegúrate de ampliar tus horizontes y explorar cosas nuevas a tu alrededor.
Puedes visitar un museo, conocer gente nueva (porque la gente nueva te aportará nuevas perspectivas) y hacer lo que te apetezca.
En lugar de buscar soluciones instantáneas y leer posts sobre redes socialesEncuentra un libro interesante y empieza a leerlo.
Conozca nuevas culturas, dedíquese a una nueva afición o apúntese a una nueva clase sobre algo que siempre quiso aprender.
Respira, relájate y disfruta.
Practicar el desinterés
Lamentablemente, la mayoría de la gente se ha centrado sólo en recibir en lugar de dar. Esto se aplica tanto a la vida amorosa como a la vida en general.
Cuando necesitamos ayuda de los demás, les juzgamos si no tienen tiempo o no están dispuestos a ayudarnos.
Y cuando otros necesitan nuestra ayuda, hacemos lo mismo con ellos. En lugar de practicar el dar y el recibir, sólo esperamos recibir sin corresponder.
Una forma de practicar el altruismo es trabajar como voluntario (en refugios de animales, de personas sin hogar, etc.) y contribuir a tu comunidad.
Además, esfuérzate por incorporar el altruismo a tu vida diaria.
Simplemente saludar a extraños con una sonrisa acogedora, ayudar a los ancianos a cruzar la calle y gestos similares son cosas que devuelven la fe en la humanidad.
Dicen que el cambio viene de nuestro interior, así que sé tú quien empiece a cambiar las cosas y a hacer del mundo un lugar mejor.
Desarrollar la espiritualidad
La espiritualidad no está necesariamente relacionada con la religión, como mucha gente cree, porque es mucho más que eso.
Las actividades espirituales abarcan la meditación, rezar, descubrirse a sí mismo y conecta con tu verdadero yo.
También incluye la comprensión y el cuestionamiento constante de cómo y por qué las cosas funcionan como lo hacen.
La espiritualidad es también esas largas conversaciones sobre cualquier cosa y todo a altas horas de la madrugada con alguien que te entiende.
Es estar dispuesto a cuestionar constantemente tus creencias y adquirir nuevas perspectivas y, como resultado, esto te ayudará a mejorar y evolucionar.
Vive el momento y escucha a tu instinto
Una de las principales razones por las que tendemos a pasar la mayor parte de nuestro tiempo en el mundo virtual es porque tenemos miedo de vivir el momento.
Mira a tu alrededor, activa tus cinco sentidos y disfruta del momento.
No huyas de ti mismo ni de tus problemas, sino que ve las cosas como son y trabaja para mejorarlas. Además, ten el valor de aceptar las cosas que no puedes cambiar.
Escucha siempre a tu instinto porque tu cuerpo y tu mente saben lo que es mejor para ti y están intentando guiarte. Así que no ignores esas vocecitas en tu cabeza que te dicen cuándo algo está mal o bien.
¡Conviértete en la mejor versión de ti mismo!
La única forma de convertirse en la mejor versión de uno mismo es esforzarse constantemente, ser persistente y no rendirse nunca, por difíciles que sean las cosas en ese momento.
La única forma de ser verdaderamente feliz es crear un equilibrio en todos los aspectos de tu vida y reducir el tiempo que pasas en el mundo virtual. Tienes que aprovechar tus pasiones y la esencia de tu ser.
Sólo entonces podrás descubrir y liberar tu potencial ilimitado. La vida es un maratón, no un sprint, así que deja de correr y empieza a vivir.
Véase también: Esto es lo que la vida significa para mí