En nuestra vida nos enfrentamos a muchos altibajos, a veces incluso a diario. Trabajamos todos los días para que nuestra vida sea hermosa, aunque nuestro cuerpo esté cansado, nuestra alma nunca está encendida. Entonces, ¿qué ocurre cuando nuestra alma está cansada, exhausta y agotada?
Cuando estamos agotados y exhaustos emocional y mentalmente, lo que ocurre es que lo sentimos en todo el cuerpo.
¿Has podido sentir últimamente que el agotamiento te cala hasta los huesos? ¿Te has dado cuenta de que todo tu comportamiento está cambiando y no te explicas por qué?
Si ese es el caso, deberías estar atento a estas señales que muestran que en realidad estás emocionalmente agotado y que necesitas actuar de inmediato. ¿Por qué? Porque no es ninguna broma.
1. No puedes dormir bien
Por muy cansado que estés, por muy agotado que te sientas, por muchas ganas que tengas de dormir... ¡no puedes! La cabeza te da vueltas y el techo parece cada vez más borroso, pero a pesar de que los ojos te pesan tanto, ¡tu cerebro se niega a callarse!
Tu cerebro está lleno de pensamientos sobre personas y situaciones que te ponen ansioso y suena como el zumbido de las moscas en tu cabeza.
Una buena idea es darse una ducha caliente antes de acostarse para relajar los músculos. Bebe leche caliente antes de acostarte, porque el calcio es bueno para la relajación, y ponte una meditación guiada para dormir profundamente.
2. Tiene mala salud
Estar emocionalmente agotado realmente le da a tu cuerpo una gran paliza. Lo que significa que esto también puede afectar a tu sistema inmunitario hasta el punto de que enfermes con mucha facilidad.
Puede que te sientas constantemente cansado y que haya días en los que te duelan los huesos hasta el punto de no poder ni levantarte de la cama.
Date todo el descanso que necesites, hasta que tu cuerpo vuelva a sentirse bien. Come bien y descansa. Incluso si eso significa decir "no" a reuniones importantes y demás. Tu cuerpo necesita amor.
3. Se irrita con facilidad
Cuando tu día no va bien y estás rodeado de gente que no sabe cómo hablarte correctamente sin ser unos gilipollas tóxicosEstá bien estar irritado.
Pero si te irritan hasta los comentarios más insignificantes, que no te harían estallar tan fácilmente en un día normal, entonces debes estar atento a estas situaciones desencadenantes.
¿Qué es lo que más le irrita? ¿Qué te enfada tanto? Trabaja en ello y averigua qué está pasando dentro de ti y, si es necesario, tómate un descanso de toda esa gente. No puedes ser un buen amigo ni un buen empleado si empiezas a romper cosas en un momento dado.
4. No tienes motivación
Todas las cosas que te hacían feliz hace sólo unos días ahora son sólo necesidades más que placeres para ti. Te encantaba tu lugar de trabajo, te encantaba la gente que te rodeaba, te encantaba ayudar a todo el mundo, pero ¿ahora?
Nada.
Por eso tienes que anotar todas tus motivaciones, desde cuando empezaste tu trabajo, cuando empezaste tu relación. ¿Qué es diferente ahora? ¿Puedes cambiarlo?
Recuerda que tu propia salud es mucho más importante que un buen trabajo o una buena relación. Si tu salud está dañada, ¿quizá ha llegado el momento de dejarlo?
5. Se siente más ansioso de lo habitual
Un gran signo de agotamiento emocional es que estás más ansioso de lo normal. Todo te altera, tu cerebro no quiere callarse y tus pensamientos se desbocan.
Te dan tales ataques de ansiedad que últimamente también lloras con mucha facilidad. Llorar parece algo habitual ahora.
Si este es tu caso y sientes que tu ansiedad está empeorando, asegúrate de que tus pies tocan el suelo, respira hondo y piensa que lo que está ocurriendo sólo está en tu cabeza.
¡A veces incluso esas mismas meditaciones guiadas funcionan!
6. Nada te da alegría
¿Qué es la vida si no podemos disfrutarla? Te sientes tan agotado emocionalmente que tu felicidad no aparece por ninguna parte. Sonríes en contadas ocasiones.
¿Se te han acercado algunas personas para decirte que pareces agotado y exhausto y no han dejado de preguntarte si estabas bien?
En lugar de caer en este abismo, ¿qué tal si sales de ahí? Mientras descansas tu cuerpo y recargar las pilasRecuerda lo que te hizo feliz.
Recuerda todas esas "pequeñas" cosas que antes te mantenían tan feliz y alegre. Haz una lista de esas cosas, compra cosas y ve a lugares que contribuyan a tu felicidad.