La definición del autodesprecio
Según la definición de autodesprecio, es el odio hacia uno mismo. Pero no es tan sencillo: también es una creencia profundamente arraigada de que no eres suficiente y de que no eres digno de amor propio.
Como persona que se odia a sí misma, siempre estás en busca de tus nuevos defectos. Te abruman las dudas sobre ti mismo y los pensamientos negativos de los que simplemente no tienes fuerzas para deshacerte.
Te consideras inútil, inadecuado e insuficiente. No sabes qué hacer con tu vida. Estás convencido de que todo tu odio hacia ti mismo está justificado y tu autoconcepto está prácticamente arruinado.
5 fuentes inesperadas de autodesprecio
El odio a uno mismo siempre tiene sus razones, aunque no necesariamente tengas que identificarlas de inmediato. Para vencerlo, tienes que llegar al fondo de tu condición.
Tienes que encontrar sus causas profundas y el punto de partida de tu naturaleza autocrítica.
Trauma pasado
En la mayoría de los casos, los pensamientos negativos relacionados con el autodesprecio no aparecen de la nada.
Según la psiquiatría y la psicología, este estado suele estar causado por arraigadas traumas pasados que quizá ni siquiera conozcas.
Sentirse así suele estar estrechamente relacionado con experiencias negativas de la infancia. Casi todas las personas que se odian a sí mismas han pasado toda su vida escuchando críticas.
Desde que tienes uso de razón, nunca fuiste lo bastante bueno para tus padres. Quizá te comparaban con un hermano más exitoso o nunca creyeron en ti.
Por otro lado, tu historia romántica también podría haberte provocado autodesprecio. Si en el pasado alguien que te importaba mucho te abandonó emocionalmente, es posible que hayas empezado a culparte por ello.
En cualquier caso, lo importante es que sepas que cada una de nuestras experiencias nos convierte en las personas que somos hoy.
Puede que estés convencido de haber olvidado algún trauma, pero créeme: todos están profundamente grabados en tu salud mental.
Agradar a la gente
Hagas lo que hagas, nunca podrás complacer a todo el mundo. Así que, ¿para qué molestarse en intentarlo?
Ya es hora de que te des cuenta de que tus rasgos de complacer a la gente te llevaron a esta condición en primer lugar.
En realidad, el proceso es bastante sencillo: haces todo lo posible por caerle bien a alguien; te esfuerzas por agradarle y, finalmente, no obtienes la reacción que esperabas.
No te aprecian como deberían, ni te quieren, a pesar de todos tus esfuerzos. Como resultado, empiezas a culparte por ello.
No ves a las personas que te rodean como demasiado exigentes. No las consideras desagradecidas ni desconsideradas.
En lugar de eso, te odias a ti mismo por no ser capaz de cumplir sus expectativas poco realistas. Parece una locura, lo sé.
Sin embargo, si haces un poco de introspección, empezarás a admitir que esto ha estado pasando dentro de tu cabeza durante años.
Entorno hipercrítico
Nos guste admitirlo o no, los demás tienen un impacto significativo en nosotros. Al fin y al cabo, todos somos seres sociales que vivimos en una relación simbiótica con otras personas.
Por lo tanto, su influencia es inevitable. Esto se aplica especialmente a nuestros seres queridos.
Verás, tus pensamientos y sentimientos autocríticos tienen un origen.
Si has pasado la mayor parte de tu vida rodeado de personas que te han dejado claro que no piensan mucho en ti, tu autoestima nunca ha tenido la oportunidad de crecer.
Si estás rodeado de quienes siguen disminuyendo tu autoestima y no dejan de decirte que nada de lo que haces es suficientemente bueno, las consecuencias serán devastadoras.
Sabiendo todo esto, uno no puede evitar preguntarse: "¿Acaso Me odio debido a mi entorno hipercrítico?"
Para que quede claro: no estoy intentando liberarte de responsabilidad y echar toda la culpa de tu estado a otra persona.
Sin embargo, lo cierto es que la autocrítica aparece a veces como resultado de la desaprobación.
Perfeccionismo
La siguiente causa posible de autodesprecio es el deseo de ser perfecto. No importa si otros te han impuesto esta aspiración o si eres tú quien persigue el perfeccionismo por su cuenta.
La conclusión es la misma: cada vez que te das cuenta de que tu vida no está impecable y de que no eres intachable, empiezas a odiarte a ti mismo.
Con el tiempo, has adoptado la idea de que sólo ser el mejor es suficientemente bueno. Esta mentalidad te ha inspirado para ser mejor, lo cual es increíble.
Sin embargo, por otro lado, también ha tenido un efecto negativo en tu salud emocional y mental. Básicamente, te machacas cada vez que no cumples tus elevados estándares.
Cada vez que notas una imperfección en tu carácter o cada vez que tu vida no es exactamente como quieres, te consideras un fracasado.
Normas sociales
Compararse con los demás es un gran no-no, a menos que quieras acabar con un montón de odio a ti mismo y duda de sí mismo. Sin embargo, eso es exactamente lo que haces.
Cuando miras a tu alrededor, parece que a todo el mundo le va mejor que a ti. Tus amigos del instituto son empresarios de éxito; algunos viajan por todo el mundo, los dos siguientes han formado una familia, etc.
En cualquier caso, todos tienen un aspecto fantástico y, al parecer, están viviendo su mejor vida.
Al menos, eso es lo que tienes la oportunidad de ver en sus perfiles de las redes sociales o cuando te cruzas con ellos. Ves a tus amigos y a desconocidos que siempre tienen una sonrisa en la cara.
Entonces miras más de cerca tu vida con todas sus imperfecciones. Te miras en un espejo, escribes tus logros en un papel y ¿qué conclusión sacas?
Pues eres miserable comparado con ellos. En consecuencia, tus sentimientos de inutilidad desencadenan un episodio depresivo.
De repente, tu crítico interior se despierta al darte cuenta de que nunca serás capaz de cumplir esos estándares sociales. Nunca serás tan atractivo, inteligente o exitoso como se espera de ti.
7 síntomas de una mentalidad de autodesprecio
Bueno, para hacer algo con tu odio hacia ti mismo, en primer lugar, tienes que estar seguro de que eres una persona que se odia a sí misma. Ahora que estás seguro del significado del odio a uno mismo y de sus causas, es hora de analizar los síntomas.
Autocrítica
Cuando definas el autodesprecio, lo relacionarás con la autocrítica y la autoconversación negativa que influyen en tu salud mental negativamente.
Has pasado la mayor parte de tu vida pensando negativamente sobre ti mismo, tus acciones y tus decisiones.
Hagas lo que hagas, otro podría haberlo hecho mejor. Cualquier cosa que consigas, podrías haberla hecho mejor.
Te suena familiar, ¿verdad? Pase lo que pase en tu vida, siempre tienes la culpa de todas las consecuencias negativas, que acaban despertando tu deseo de autolesionarte.
Cuando te pones a pensarlo, no tratas así a los demás. Cuando otra persona comete un error, estás dispuesto a evitar que se sienta responsable.
Sin embargo, cuando se trata de tu vida, de repente te conviertes en el mayor crítico.
Duro amor propio
Cuando utilizas el amor duro con alguien, no permites que se salga con la suya en sus errores. Sabes de lo que es capaz y no le permites hacer nada por debajo de sus capacidades reales.
Básicamente, actúas con dureza y les tratas como si no les quisieras para inspirarles a hacerlo mejor. Eres un capullo con ellos para que asuman la responsabilidad de sus vidas y para que puedas ayudarles a largo plazo.
En tu caso, no estás aplicando el concepto de amor duro a tu pareja, a un amigo o a un hermano, sino a ti mismo.
Aunque este tipo de enfoque puede ayudar en ciertos escenarios, te ha arrojado al abismo de la desesperación y el auto-odio en tu situación.
El peso de las redes sociales
Hoy en día, el síntoma más común de autodesprecio se ve a través del comportamiento de alguien en las redes sociales. Facebook, Instagram y Snapchat no te sirven para estar en contacto con tus amigos o para hacer negocios.
En cambio, te afectan de numerosas formas negativas. Sientes esa pesada carga cada vez que abres tu News Feed. Sientes la necesidad de impresionar a todos esos desconocidos en tu teléfono, y has dejado de disfrutar de la vida.
Te has obsesionado con la impresión que dejan tus cuentas. Te pasas horas y horas mirando las fotos de los demás y comparándote con ellos.
Al parecer, tu vida no es tan impresionante como la de ellos. No tienes suficiente dinero, no viajas tanto como te gustaría y tu aspecto no es tan impresionante como el de tus seguidores.
No destinado a ser amado
Las personas que se odian a sí mismas están convencidas de que son no destinado a ser amado. Al fin y al cabo, si no puedes obligarte a amar a la persona que eres, ¿qué puedes esperar de los demás?
Naturalmente, esto no podría estar más lejos de la realidad. Sin embargo, así es como funciona tu mente: crees que estás destinado a morir solo y que nadie se preocupa por ti.
No me refiero sólo al amor romántico. No crees que exista una sola persona en tu entorno que se preocupe de verdad por ti.
Peor aún, en el fondo crees que no mereces el afecto de nadie. Estás convencido de que no hay absolutamente nada que amar de ti.
No mereces la atención, el tiempo ni el esfuerzo de nadie. ¿Por qué? Porque no vales nada.
Si esto es algo con lo que te sientes identificado, no sólo sufres de baja autoestima, sino que también eres culpable de odio hacia ti mismo.
Envidia
Odio tener que decírtelo, pero si eres un egoísta, lo más probable es que también seas una persona envidiosa.
En lugar de trabajar en ti mismo, te centras en los logros de los demás. Todo el mundo parece tener más éxito que tú, y eso te come vivo.
Pero, déjame hacerte una pregunta: ¿cómo te afectaría que ellos lo tuvieran peor?
¿Tendrías dinero suficiente por arte de magia si ellos perdieran todo el suyo? ¿Florecería tu carrera en el momento en que la suya fracasara? ¿Tendrías una vida amorosa feliz si la suya fuera miserable?
Usted y yo sabemos la respuesta. Entonces, ¿cómo te afectan a ti sus logros? Exacto, no te afectan.
Te pido que digas "no" a la envidia. Créeme: no hace daño a nadie más que a ti.
Miedo al fracaso
"Y tú preguntas: '¿Y si me caigo?' Oh, pero mi amor, '¿Y si vuelas?'" - Erin Hanson
Lo que te impide alcanzar la grandeza es tu miedo al fracaso. Evitas correr riesgos porque no crees en ti mismo.
Tus dudas sobre ti mismo no te permiten pensar que tendrás éxito. Así que piensas que es mucho mejor no intentarlo en absoluto. Acabas fijándote objetivos de bajo esfuerzo sólo para evitar la posibilidad de fracasar.
No es el único, porque a nadie le gusta perder. Sin embargo, el fracaso forma parte de la vida, nos guste o no.
Disculparse constantemente
El último síntoma, pero no por ello el menos importante o común, de odio a sí mismo es la necesidad constante de disculparse.
Mira, decir que lo sientes cuando haces mal a alguien es señal de que eres una buena persona que tiene modales.
Sin embargo, hay una gran diferencia entre ser cortés y disculparse todo el tiempo por el más mínimo inconveniente.
Al hacerlo, estás demostrando al resto del mundo que te consideras culpable de todo lo que ocurre.
Si alguien te da un puñetazo, probablemente te disculparías porque tu cara se interpuso en el camino de su puño.
Lo que intento decirte es que tu odio a ti mismo te ha hecho andar con pies de plomo alrededor de los demás sin exigir ningún respeto a cambio.
4 métodos infalibles para superar el autodesprecio
Por suerte para ti, es posible vencer estos sentimientos de autodesprecio y cambiar el concepto que tienes de ti mismo. Aquí tienes una guía paso a paso sobre cómo hacerlo de la forma más saludable posible.
Autoperdón
Ante todo, hay que adoptar el arte de autoperdón. Recuerda que todos cometemos errores, así que ¿por qué tomarte tan en serio los tuyos?
Esto no significa que no debas aprender de tus malas decisiones, sino que debes dejar de castigarte por ellas.
Perdónate por todas las veces que has roto tu propio corazón, por cada persona tóxica que has dejado acercarse a ti y por todas las oportunidades perdidas.
Además, perdónate por todas las veces que no te respetaste, apreciaste y amaste lo suficiente.
Dejar atrás el pasado
Otra cosa a la que debes dejar de aferrarte es a tu historia. Esto está muy relacionado con el auto-perdón.
A menudo, tu autodesprecio tiene su origen en las cosas que hiciste o dejaste de hacer en tu pasado.
Quizá no soportas mirarte cada vez que recuerdas cómo te dejaste tratar.
Quizá te odias por no haberte arriesgado hace años. O quizá tu odio hacia ti mismo proviene de la forma en que trataste a quienes no lo merecían.
Todo esto significa que eres consciente de ti mismo, lo cual siempre es bueno. Sin embargo, no conseguirás nada si te aferras al pasado.
No se puede cambiar nada al respecto, así que ¿qué sentido tiene pensando demasiado? Por favor, haz todo lo posible por dejar atrás el pasado.
Sé valiente y lánzate a tu futuro, porque es lo único en lo que puedes influir.
Desintoxicar su círculo social
No me importa si tus padres, hermanos o amigos de la infancia son los que te hacen sentir que no vales: DEBES cortar con ellos.
Si es necesario, intenta buscar otro trabajo o incluso múdate a otra ciudad para alejarte de todos los que alimentan tus inseguridades.
Créame: no son cambios demasiado radicales. Es algo que hay que hacer.
Tu salud mental tiene que ser lo primero si quieres algún tipo de mejora.
Además, ya eres consciente de que las opiniones de los demás influyen en tu sentido del valor, así que tienes que deshacerte de todos los que difunden negatividad.
Desintoxica tu círculo social y rodéate de aquellos que no aportarán nada más que positividad a tu vida, y estate con gente que te ayude a encontrarte a ti mismo y te eche una mano para levantarte desde abajo, en lugar de enviarte allí.
Autocompasión
El siguiente paso en el proceso de superar el autodesprecio es la autocompasión. Seguro que sabes de qué estoy hablando.
Después de todo, eres un empático cuando se trata de otros, ¿verdad? Entiendes su punto de vista y encuentras justificación para sus pésimas acciones.
Básicamente, no piensas en ellos como malas personas por tomar una decisión equivocada.
Eres así con todo el mundo, no sólo con tus seres queridos. Posees empatía, incluso con personas que no conoces.
Para ser precisos, eres así con todo el mundo menos contigo mismo. Al contrario, no dejas de juzgarte por cada pequeño error que cometes.
Es como si sólo fueras duro con la persona que más deberías querer. Cuando se trata de ti, no hay excusas. Eres la única persona en el mundo a la que no se le permite hacer nada mal.
Pues eso tiene que cambiar cuanto antes. Para empezar, intenta pensar en ti como en un amigo.
¿Qué consejo le darías a tu ser querido si se encontrara en una situación similar a la tuya? Seguro que le animarías y destacarías todas sus cualidades positivas y su lado bueno.
¿Qué te impide tratarte a ti mismo de la misma manera? No seas tu propio crítico interior.
Para terminar:
Sé que lo mejor sería que chasquearas los dedos y te deshicieras del autodesprecio para siempre. Por desgracia, las cosas no siempre salen tan bien como uno espera.
La verdad es que te has pasado años despreciándote. Así que no puedes cambiar toda tu mentalidad de la noche a la mañana.
Sin embargo, te aseguro que lo conseguirás. Lo único que tienes que hacer es ser perseverante y no rendirte nunca.