No creo que tengas ni idea de lo que has hecho. No creo que seas consciente del daño que has hecho. Tomaste el corazón de alguien y lo rompiste.
Tomaste la confianza de alguien y jugaste con ella. Tomaste amor y diste dolor y miseria a cambio. ¿Hay un crimen más grande que éste?
Se suponía que las cosas no iban a ir así. Ella debía amarte y tú debías corresponderle. Se suponía que ella te daría sus esfuerzos y tú los igualarías.
Ella te dio su confianza y se suponía que debías mantenerla, pero en lugar de eso sólo le mostraste el gran error que cometió. eligiéndote a ti.
Ella fue a por todas, literalmente, con todo su corazón eligió amar. No pensó en las consecuencias y ¿sabes por qué? Esta chica que rompiste no tiene un hueso malo en su cuerpo.
Por eso. Ella pensó que sólo porque te ama, tú elegirías amarla también. Ella nunca haría nada para lastimarte y por eso pensó que tú tampoco la lastimarías.
Tomaste todo y diste nada a cambio. En lugar de amarla como se merece, le enviaste señales contradictorias, flirteaste con otras chicas, nunca estuviste ahí cuando te necesitó y ni por un segundo te preocupaste por ella.
Pensaste que ella es un pozo sin fin y que tendrá una abundancia de amor inagotable para dar. Pero estabas equivocado.
Su corazón se secó. Siguió dándote su amor hasta que no le quedó nada. Si le hubieras correspondido, si la hubieras tratado como se merecía, podría haberte amado durante mil años más.
Pero en cambio la rompiste. Y al romperla, lanzaste una avalancha de otras cosas malas que vinieron y la cambiaron.
Rompiste su confianza.
Lo peor es que no tiene ni idea de lo pesadas que son estas palabras. Esta chica que confiaba en los demás tan ingenuamente ya no confía en nadie.
Ya no cree que todas las personas sean buenas. Ya no cree que el amor pueda cambiar el mundo.
Era una criatura tan emocional y hermosa y tú la arruinaste. Porque esta chica no confía en su propia sombra, y mucho menos en otra persona. Y esta está en ti.
La hiciste construir muros.
Ya nadie puede llegar a ella. Simplemente no deja entrar a la gente después de lo que le hiciste.
Antes de ti, creía que todo el mundo merece una oportunidad y que nadie es culpable hasta que se demuestre lo contrario. Ahora es todo lo contrario.
Toda persona que se acerca a ella es culpable de los crímenes que ha cometido. Ve a todos los demás como potenciales rompecorazones y por eso siempre está con un pie en la huida.
Sus muros son tan altos que la Gran Muralla China la envidiaría.
Le rompiste el alma.
¿Sabes ese espíritu libre que tenía y esa positividad que sembraba allá donde iba? Bueno, todo eso se ha ido ahora gracias a ti.
La gente la recordaba por su sonrisa y por las sonrisas que arrancaba a los demás. La recuerdan como un alma inquieta que nunca se daba por vencida.
Se la recuerda como una chica que levantaba el ánimo de los demás y ahora sólo nos llegan historias de cómo era antes.
La convenciste de que el amor verdadero sólo existe en los cuentos de hadas.
Lo hizo todo bien. Se esforzó mucho. No cometió ni un solo error. Y aún así no recibió el amor que merecía. Debería haberlo hecho, pero no lo hizo.
Esta chica que llevaba su corazón en la manga, esta chica que amaba sin esperar nada a cambio, esta chica que creía en el amor más de lo que creía que la tierra es redonda ya no cree que el amor exista en absoluto. Tú le hiciste esto.
La introdujiste en el dolor.
No sólo le has introducido el dolor, sino que lo has convertido en el componente principal de su vida. No es que ella lo quiera, pero no sabe cómo deshacerse de él.
Los tiempos en que se levantaba feliz y con ganas de aprovechar el día son para ella como un recuerdo lejano. Ahora, apenas se obliga a salir de la cama y se arrastra a lo largo del día, sólo deseando que llegue la noche para poder dormir y no pensar en lo que le ha traído quererte.
Le quitaste su luz y la empujaste a la oscuridad.
El daño que has hecho es inmenso. Si miras en su corazón, no verás amor, ni luz, ni final a la vista, porque le has abierto el corazón y se lo has quitado todo.
Vertiste tu veneno en su corazón y ahora lo que era rojo y brillante se ha convertido en oscuridad.
Hará falta un milagro para deshacer el daño que has hecho.
Pero es por ti por quien temo.
Esta chica no hizo daño a nadie. Y se merece todo lo mejor del mundo. Por ahora, sólo ha recibido lo peor, te tiene a ti. Pero esto no significa que nunca se levantará. Pero tú...
Puede que ahora te sientas superior. Puede que hayas tenido tus cinco minutos de fama. Podrás presumir de haberte portado bien, pero no durará.
Una vez que el karma te alcance -saber que el karma siempre viene a cobrar-, una vez que los favores sean devueltos, y una vez que la vida te golpee hasta lo más bajo, no estoy seguro de que seas capaz de volver a ponerte en pie.
Para ser honesto y tal vez incluso un poco cruel, por las cosas que le hiciste, no mereces nada más que ser dejado en el fondo donde podrás sentir cómo se siente realmente la oscuridad.
Tus escritos me ayudan a sobrellevarlo. Estoy donde tú estás. xo