Acabas de tener una pelea, la décima consecutiva. Tu hija no deja de ser mala contigo, a pesar de que se fue de casa hace años. Las peleas se suceden y no puedes evitar preguntarte: ¿por qué mi hija adulta es tan mala conmigo?
Hay muchas razones por las que una hija adulta puede ser grosera con sus padres. Una de ellas puede ser que esté intentando consolidar su independencia y su edad adulta.
Otra razón puede ser que su familia no tenga buenas dotes de comunicación. También puede ser que esté luchando con problemas de salud mental o de abuso de sustancias, lo que puede dificultar que se relacionen con los demás de forma adecuada.
Sea cual sea la causa, estoy aquí para ayudarle a comprender a sus seres queridos e intentar ayudarles a afrontar sus sentimientos negativos. Juntos, podéis emprender cualquier cosa. Estoy aquí para contarte las posibles razones por las que tu hija adulta te odia, y darte algunas soluciones.
9 respuestas: ¿Por qué mi hija mayor es tan mala conmigo?
¿Por qué mi hija adulta es tan mala conmigo? He aquí algunas posibles razones:
1. Celos
Los celos son una parte normal de la infancia y de la vida en general. Es el sentimiento más natural que experimentamos. Los celos son una respuesta natural al hecho de que no siempre podemos tener todo lo que queremos.
La razón por la que tu hija puede ser mala contigo es que está celosa de alguien o algo de tu familia. Los celos no siempre son malos porque pueden motivar a la gente a esforzarse más para conseguir lo que quiere o necesita.
Sin embargo, se convierte en un problema cuando la persona que siente celos se centra demasiado en sí misma y en sus propias necesidades en lugar de centrarse en la felicidad de la otra persona. Esta es una lección que tu padre o madre debería enseñarte.
2. Sin mecanismos de afrontamiento
La hija adulta es mala porque no tiene mecanismos de afrontamiento. No es capaz de afrontar sus problemas y por eso es mala con la gente que la rodea.
Sus padres no están ahí para ofrecerle seguridad y consuelo. No es capaz de hacer frente al estrés y la ansiedad, por lo que arremete contra los demás.
Los hijos adultos que carecen de mecanismos de afrontamiento son más propensos a ser mezquinos. Suelen carecer de las habilidades necesarias para afrontar el estrés y la ansiedad. Cuando experimentan una situación estresante, a menudo se vuelven y arremeten contra los demás en lugar de resolver sus problemas de forma constructiva.
3. Controlarla
Si la controlaste durante toda su infancia, es probable que vuestra relación paterno-filial esté estropeada ahora, y que fueras definitivamente una madre tóxica o padre.
Se ha descubierto que los padres que controlan demasiado a sus hijos suelen crear un ciclo de malos tratos a largo plazo. Esto puede hacer que el niño se vuelva resentido y mezquino con los demás, incluso cuando crezca y se mude de casa.
Ni que decir tiene que serán muy resentidos y malos con sus padres. Si a un niño no se le permite hacer lo que quiere, se enfadará y arremeterá contra los demás.
4. Afrontar el trauma
Hay muchas razones por las que las hijas adultas pueden ser malas con sus padres, pero una de las más comunes es el trauma. Cuando una hija ha sufrido un trauma, sus padres pueden haber sido las únicas personas con las que se sentía segura.
Pero ahora que es adulta, puede que le cueste confiar en los demás y abrirse a ellos. Esto significa que su madre o su padre ya no son las únicas personas que pueden estar a su lado cuando lo necesite.
Los padres deben saber esto para no tomárselo como algo personal y, en su lugar, intentar comprender por qué su hija puede estar actuando así y qué pueden hacer al respecto.
5. Viejos patrones de comportamiento
Afrontémoslo, tú era un padre perezoso, y siempre tuviste a tu hija siendo mala contigo. Es habitual que los padres sientan que se les culpa constantemente de las acciones de sus hijos, pero no siempre es cierto. A menudo somos nosotros los catalizadores de su mal comportamiento.
Como padres, no podemos culpar a nuestros hijos de nuestros propios defectos o errores. Tenemos que ser responsables de nuestros propios actos y no echarles la culpa a ellos, lo que sólo hará que se resientan y se enfaden con nosotros.
Sólo se puede solucionar este problema tan antiguo hablando con su hijo y visitando a un terapeuta familiar. De lo contrario, el problema acabará agravándose y le estallará en la cara.
6. Demostrar que es mayor de edad
Algunas hijas pueden sentirse víctimas de sus padres, mientras que otras pueden no saber cómo separarse de la vida de sus progenitores. También es posible que algunas nieguen quiénes son realmente y qué necesitan para triunfar.
Tu hija no está siendo mala con sus padres porque sea adulta. Al contrario, está siendo mala con ellos porque no puede demostrar que es adulta. Sigue intentándolo sin éxito.
Los padres deben recordar que lo más probable es que este comportamiento provenga del miedo o la ira; no es algo personal.
7. Demasiada presión
La presión de vivir en un mundo en el que hay que ser perfecto todo el tiempo puede hacer que muchas personas se sientan como en una montaña rusa emocional. Tu hija se desahoga siendo mala contigo.
No es raro que una hija se sienta sometida a demasiada presión y descargue su frustración y maldad contra sus padres. Este problema no tiene fácil solución.
Se puede ayudar asegurándose de que existe comunicación entre la hija y sus padres. Ten cuidado, presionar más a tu hijo puede hacer que toda la relación se venga abajo. Incluso podría llevar a cortar lazos contigo o distanciarse.
8. La ignoró
La ira de una hija hacia sus padres puede desencadenarse por sus acciones pasadas. Si un padre no se interesa por la vida de su hija, o si la ignora, puede hacer que la hija se sienta enfadada y dolida.
Para solucionarlo, debes intentar compensar sus errores del pasado demostrando que ahora te interesa la vida de tu hija. Así demostrarás que te preocupas por sus sentimientos y que quieres compensar lo que hiciste mal.
9. Tomaba decisiones por ella
Imagínate no haber tomado ninguna decisión en tu vida. Te dicen cómo vestir, comer, qué hacer y cómo hacerlo. No es un fenómeno extraño.
La hija puede haber sentido que no se le prestaba suficiente atención o libre albedrío; como si sus padres desatendieran sus necesidades, que es parte de por qué su familia no se preocupa por ella. Puede que esté intentando llamar su atención siendo mala con ellos.
Si siempre ha sido una "buena chica" y nunca ha dado problemas a sus padres, ha alejado todas sus emociones. Cree que, como ellos tomaron decisiones por su hija, ahora su hija es mala con ellos de adulta.
Desacuerdos constantes entre los padres y un hijo adulto
Padres e hijos tienen desacuerdos de vez en cuando. Suele ser porque no coinciden en sus opiniones o no están de acuerdo en cómo manejar una situación.
Padres e hijos adultos suelen tener desacuerdos sobre diversos temas, como la educación y la carrera profesional del hijo, su estilo de vida y sus hábitos, su cónyuge o pareja y cuestiones relativas a la manutención económica.
Hay muchas razones para estos desacuerdos. Una de las razones es que los padres son más propensos a juzgar a sus hijos adultos por sus decisiones que viceversa. Otra razón es que los padres pueden ser más rígidos y tener menos tolerancia al cambio que sus hijos.
Lo entiendo, sigues preguntándote por qué mi hija de 30 años o mi hija de 20 me odia. La mayoría de los padres se enfrentan a estas preguntas a lo largo de su vida.
Los padres no están acostumbrados a que sus hijos tomen decisiones por sí mismos, algo a lo que usted se enfrenta ahora debido a su edad. Quieren que se les consulte todo y no se sienten cómodos con este nuevo nivel de independencia.
8 maneras de tratar a los hijos adultos
Los padres sienten que han perdido el control sobre la vida de sus hijos, y sus hijos, que ya son adultos, no quieren ser controlados. Esto puede provocar mucho resentimiento por ambas partes, que puedes solucionar de estas maneras:
- Pon límites: Tu hijo adulto ya no es un niño y tiene su propia vida. Por eso pueden abordar su mal comportamiento por sí mismos. Límites saludables son las reglas acordadas por ambas partes para crear más paz y menos conflictos. Como padre, usted sabe qué es lo mejor para su familia.
- Basta de derechos: No, tu hijo no tiene derecho a faltar al respeto a otros miembros de la familia. De este modo, no son más que un hijo adulto irrespetuoso. Este sentimiento suele provocar desacuerdos entre los padres y sus hijos adultos. Póngale fin abordando el problema.
- Hable con sus familiares: Usted no permitiría que su hija tratara a sus propios hijos con rudeza. Por eso recomiendo hablar con todos los miembros de la familia sobre este problema.
- Aborde su propio comportamiento: Es una situación difícil, pero hay que ser honesto. ¿Has tratado bien a tu hija últimamente? Piénsalo bien y ponte en su lugar. También puedes escribir un carta a esta hija irrespetuosa.
- Deja las rabietas: Cuando empiece una rabieta, aléjate y no les des la satisfacción de observarla o prestarle atención. Un buen padre no dejará que el comportamiento de su hijo influya en su autoestima.
- Acude a un terapeuta familiar: Al igual que con asesoramiento de parejaspuede abordar el comportamiento de su hija a través de un terapeuta. Es importante recordar que tanto los padres como los hijos tienen sentimientos iguales o parecidos. Un terapeuta puede ser de ayuda en esta situación porque ve todos los lados de la historia.
- Aborde su estilo de crianza: Todos somos seres humanos, y es habitual que estemos a la defensiva sobre aquello en lo que creemos. El comportamiento grosero de su hija puede provenir de su adolescencia en la escuela secundaria, que vio como un adulto joven de usted. Asegúrate de ser sincero contigo mismo.
¿Por qué me odia mi hija adulta?
Muchas hijas están resentidas con sus padres porque sienten que sus madres no las comprenden o no les dan suficiente libertad.
La verdad es que hay muchas razones diferentes por las que una hija puede odiar a sus padres, pero la mayoría de ellas pueden resolverse si ambos intentan comunicarse entre sí.
Una relación madre-hija o relación padre-hija ies muy delicado. Es muy importante asegurarse de que tanto la madre como la hija están de acuerdo; de lo contrario, habrá problemas.
Por eso, cuando una hija hiere a su madre o a su padre siendo rencorosa, pueden surgir enfermedades mentales y distanciamiento. Pero no, no hay hija-odia-madre síndrome. Es difícil entender por qué nuestros hijos crecen y se convierten en adultos que no están en contacto con nosotros.
Cuando un niño entra en la adolescencia, empieza a desarrollar su propia identidad y quiere separarse de sus padres.. Esto a menudo puede provocar sentimientos de ira y resentimiento hacia sus padres.
Pueden tener la sensación de que se les obligó a ser adultos demasiado pronto o de que no tuvieron la infancia que merecían. Las razones pueden ser numerosas.
Los padres deben recordar que no es infrecuente que los hijos se sientan resentidos hacia ellos cuando entran en la edad adulta, aunque la relación fuera estupenda antes.
¿Por qué las hijas son malas con sus madres?
Puede que tu hija sea mala contigo sin motivo debido a sus propios problemas vitales y a una posible enfermedad mental. Por supuesto, hay algunas razones para tal comportamiento.
Por ejemplo, la madre es demasiado controladora, entrometida, insolidaria o ausente.. También es posible que la madre juzgue demasiado y no respete los límites personales de su hija.
La sociedad tiende a dar por sentado que madres e hijas deben mantener una estrecha relación entre sí. Sin embargo, no siempre es así. Hay muchas razones por las que un hija y madre podrían no llevarse bien Bien.
Es posible que las madres no dediquen suficiente tiempo y atención a sus hijas porque tienen que trabajar mucho o están ocupadas con otras cosas.
Es posible que no hayan sido cariñosas cuando la hija era pequeña, por lo que la hija se siente desatendida por su madre e intenta vengarse de ella.
Las niñas pueden sentir que sus madres son demasiado estrictas o exigentes, y por eso quieren rebelarse contra ellas.. Las hijas pueden sentir que sus madres no las comprenden porque son más comprensivas con los hijos que con las hijas.
Sé cómo te sientes, mi hija también es mala conmigo. Y a veces siento que mi hija adulta también me odia. En la mayoría de los casos, simplemente nos sentimos así, y no es cierto que tu hija te odie.
Comprenderla
Es normal que una hija adulta sea grosera con sus padres. No es porque no los quiera, sino porque quiere afirmar su independencia y madurez. Pensamientos como mi hija mayor me odia o por qué mi hija mayor es tan mala conmigo no te llevarán a ninguna parte.
Lo mejor es que hables con tu hija de tus sentimientos y de por qué te resulta difícil aceptar su comportamiento. También puedes intentar darle algo de espacio sin ser demasiado controlador o sobreprotector.
En cualquier caso, espero que este artículo te haya ayudado a entender cómo afrontar estas emociones y qué las provoca y te haya puesto en el camino de la comprensión. Recuerda que la clave está en entender cómo se siente tu hija, no solo en centrarte en tus propios sentimientos.