Lo has intentado todo, desde meditar hasta leer todos los consejos sobre la verdadera felicidad, pero sigues sintiendo que no eres lo bastante bueno.
Y lo peor de todo es que ni siquiera recuerdas cuándo empezaste a sentirte así.
¿Sucedió mientras crecías o naciste con un crítico interior que de alguna manera no puedes apagar (ni siquiera por un segundo)?
Sentir que no eres lo suficientemente bueno es una de las cosas más agotadoras del mundo y el proceso de superación requiere comprensión, determinación y paciencia.
Requiere aprender el arte del amor propio.
Es cuando estás convencido de que, hagas lo que hagas o digas lo que digas, nunca será suficiente para los demás ni para ti.
Es cuando tienes miedo de cometer errores en la vida porque te hacen sentir como el último fracaso.
Hay muchas razones para sentirse menos digno, ser sensiblee, y repitiendo constantemente pensamientos negativos en tu cabeza, y esas razones suelen estar relacionadas con problemas muy arraigados.
Antes de profundizar en las cosas que debe recordar cuando esté sentir que no eres lo suficientemente buenoPero, en primer lugar, analicemos las posibles raíces de ese sentimiento:
7 razones comunes por las que sientes que no eres lo suficientemente bueno
1. Tienes suposiciones ocultas sobre el mundo debido a algunos acontecimientos pasados
Una de las principales razones por las que sentimos que no somos lo bastante buenos radica en el pasado y en acontecimientos anteriores.
Cuando somos niños, absorbemos todo lo que nos rodea: la forma en que la gente habla, camina y, lo que es más importante, la forma en que se comporta en determinadas situaciones.
Conectamos todo y enmarcamos esos recuerdos en un compartimento especial de nuestro cerebro llamado supuestos ocultos.
Cuando somos niños, no comprendemos que todo sucede por una razón ni las verdaderas razones que hay detrás de ciertas acciones.
Así que hacemos suposiciones. Creamos nuestras propias creencias sobre por qué suceden las cosas y las relacionamos con nuestras propias y únicas razones.
Por ejemplo, si un niño se despierta un día y se da cuenta de que uno de sus padres se ha ido, no entenderá realmente por qué ha ocurrido.
Lo único que el niño sabe es que quiere a su padre o a su madre y que ahora se han ido. La suposición oculta aquí es: "Si alguien te importa, te abandona".
Esta suposición oculta se convierte en una cuestión muy arraigada y pasa a formar parte de la vida cotidiana del niño y luego de su vida de adulto.
Estas suposiciones funcionan a nivel subconsciente, lo que significa que no serás realmente consciente de ellas, pero seguirán activas en segundo plano.
Y esa creencia o suposición central es lo que puede hacerte sentir que no eres lo bastante bueno, que no mereces amor y que necesitas ganártelo.
Este miedo puede obligarte a no dejar que nadie se acerque a ti.
2. Eres demasiado autocrítico
¿Has escuchado alguna vez tus pensamientos con atención? ¿Te has dado cuenta de que 90% de las veces tus pensamientos son negativos y que rara vez piensas en algo positivo?
A menudo nos convencemos de que la razón por la que sentimos que no somos lo suficientemente buenos es algo o alguien más.
Pensamos que no somos lo suficientemente buenos porque alguien dijo algo insultante o nos dio por sentado.
Pero, a veces, somos nosotros mismos la razón por la que nos sentimos así. El cerebro humano es complejo y complicado.
Si dejamos que nuestros pensamientos prevalezcan sin interferir nunca, podríamos encontrarnos en el reino de la duda sobre nosotros mismos, faltos de autoestima y con una baja autoestima.
Una dosis sana de autocrítica es motivadora, pero una tóxica es destructiva. Y es entonces cuando empezamos a preguntarnos: ¿Por qué no soy lo bastante bueno?
No hay ninguna razón real para ello, pero nos sentimos así porque dejamos que toda la negatividad penetre en nuestros pensamientos e influya en nuestro comportamiento.
Sólo hay una persona que puede silenciar a tu crítico interior, ¡y eres TÚ!
Puedes hacerlo practicando pensamiento positivoLa autoconversación y la meditación.
Si haces todas estas cosas con regularidad, notarás una mejora significativa en lo que se refiere a tu autoestima y, con el tiempo, serás menos autocrítico y te odiarás menos a ti mismo.
Te darás cuenta de que eres suficiente.
3. Te rodeas de personas demasiado críticas y/o críticas
En mi opinión, una de las cosas más tóxicas del planeta es estar rodeado de gente crítica y que juzga.
Todos sabemos que los seres humanos pueden ser realmente tóxicos (sobre todo cuando tienen un mal día).
Apuesto a que en la vida de todo el mundo hay algunas personas que son excesivamente críticas y/o críticas.
Esas personas pueden ser tus amigos, tus padres, tus familiares, tu pareja o gente cualquiera de las redes sociales.
Y esas personas tienen el poder de cambiar la calidad de toda tu vida en un segundo. Siguen todos tus movimientos y se mueren de ganas de lanzarse a criticarte.
Digas lo que digas o hagas lo que hagas, siempre encontrarán la manera de convencerte de que no estás haciendo algo bien, de que eres incapaz de conseguir algo o de arreglar algo.
O juzgan tus decisiones y elecciones aunque no sea asunto suyo.
Al hacerlo, están implantando sutilmente en tu cerebro el mensaje de que no eres lo bastante bueno. Y con el tiempo empezarás a creértelo.
Si este es tu caso, tienes que defenderte y dejar de pasar tiempo con esas personas tóxicas (o al menos minimizar el tiempo que pasas con ellas si no puedes permitirte el lujo de evitarlas por completo).
4. Tuvo padres muy exigentes, críticos o distantes.
Como persona que tuvo unos padres muy críticos, me identifico totalmente con este tema. Así que empecemos primero por el aspecto crítico.
Hay una delgada línea entre la crítica sana y la crítica tóxica.
La crítica sana es criticar a tu hijo de vez en cuando para motivarle a hacer algo mejor, mientras que la crítica tóxica es cuando criticas constantemente a alguien.
Es cuando nunca dices nada positivo a tu hijo, sino que sólo lo reconoces cuando hace algo mal.
Entonces el niño empieza a pensar que no es lo bastante bueno porque nunca se le elogia, sino que sólo se le critica. Y esos niños se convierten en adultos que siguen pensando que no son lo bastante buenos.
Además, si los padres son demasiado exigentes, no dan al niño espacio para cometer errores.
A menudo exigen la perfección y cuando los hijos no son capaces de alcanzar o no llegan a los niveles imposibles de sus padres, empiezan a sentirse mal consigo mismos.
Los padres distantes hacen que los niños sientan que no son lo bastante buenos porque nunca muestran ningún tipo de afecto y no colman a sus hijos con el amor incondicional que es la esencia de una crianza feliz.
(En la mayoría de los casos, los padres tampoco experimentaron ese amor, por lo que no saben lo que es el amor incondicional).
Los niños que nunca han experimentado el amor incondicional de sus padres corren un alto riesgo de convertirse en adultos que nunca se sentirán lo suficientemente buenos porque no fueron merecedores del amor de sus padres.
Véase también: 10 malditas buenas razones por las que es lo suficientemente buena
5. Sus padres no pudieron ofrecerle estabilidad o protección
No todos los niños tienen la suerte de tener padres capaces de ofrecerles estabilidad y seguridad. Algunos padres libran sus propias batallas con el alcohol, las drogas, o sufren ansiedad y depresión.
Estos padres no suelen ser capaces de enseñar a sus hijos amor incondicional y para que se sientan protegidos.
Como están luchando contra sus propios demonios, no tienen tiempo suficiente para estar al lado de sus hijos.
Y por eso, los niños empiezan a sentir que ellos son la razón por la que su(s) progenitor(es) está(n) ausente(s) o por la que está(n) bebiendo.
Los niños no tienen la capacidad de pensar racionalmente, por lo que su única conclusión será que están haciendo algo terriblemente mal y obligando a sus padres a hacer cosas que normalmente no harían.
Empiezan a sentir que no son lo bastante buenos desde su más tierna infancia y este sentimiento les persigue también en su edad adulta.
Cuando crecen, empiezan a buscar la estabilidad y la protección en otra parte (en sus parejas) o se sienten atraídos por los fóbicos al compromiso porque a menudo sienten que necesitan competir por el afecto y la aprobación de otras personas.
6. No recibiste suficiente atención y amor de niño
Como ya se ha mencionado, el amor incondicional es una de las cosas más importantes cuando se trata de una crianza sana y feliz (especialmente a una edad temprana).
Si tus padres no te dieron suficiente atención y amor cuando eras niño, es muy probable que esa sea la razón por la que piensas: No soy lo bastante bueno.
De niño, probablemente pensabas que tú eras el problema, que eras la razón por la que tus padres nunca te abrazaban ni te daban un beso de buenas noches.
Los niños hacen eso. Conectan los puntos a su propia y tonta manera.
No tienen capacidad para comprender los problemas profundos que subyacen a este fenómeno.
En la mayoría de los casos, los padres que no prestan atención ni colman de amor a sus hijos tampoco lo recibieron de sus padres.
Es como una cadena sin fin que hay que entender y romper en pedazos para que algo cambie. Pero es más fácil decirlo que hacerlo.
Por suerte, la mayoría de los niños aprenden valiosas lecciones del comportamiento de sus padres y no hacen las mismas cosas a sus futuros hijos.
Si a alguien le faltó el amor de sus padres, sabe cómo se sintió al respecto y por eso promete que nunca repetirá los mismos errores que sus progenitores. Pero algunas cosas permanecen o apenas cambian.
Esos niños seguirán sintiendo que no son lo bastante buenos hasta que se den cuenta de que la falta de atención y amor de sus padres no fue culpa suya.
7. Ha tenido alguna experiencia traumática en el pasado
Abuso físico, abuso sexual, abuso emocional... Hay muchas categorías y subcategorías de abuso y estas tres son las más comunes.
Ahora bien, mucha gente piensa que el maltrato emocional es algo que no deja cicatrices porque no son visibles como en el caso del maltrato físico.
Puede que esas cicatrices no se vean en el cuerpo de una persona, pero están profundamente arraigadas en su alma.
Tal vez recuerden a una persona esos acontecimientos dolorosos cada día y, con el tiempo, esos sentimientos empeoren cada vez más.
Se convencen de que no son lo bastante buenos, de que la razón por la que les ha ocurrido algo malo es que se lo merecían (aunque no sea así).
Es muy difícil convencer a los niños de que algo no es culpa suya. Se convierten en adultos que siguen creyendo que son malas personas aunque no hayan hecho nada malo.
Las experiencias traumáticas son como fantasmas: tienden a seguir a una persona durante toda su vida.
Buscar ayuda o consejo profesional es a menudo lo único que puede hacerles sentir mejor consigo mismos y con todo lo que han pasado.
10 cosas que debes recordar cuando sientas que no eres lo bastante bueno
Ahora que ya hemos terminado con la lista de razones comunes por las que no nos sentimos lo suficientemente bien, es hora de sumergirnos en el departamento de autoayuda.
Cuando empieces a sentirte así, acuérdate de lo siguiente:
1. No tienes que ser esclavo de tu crítico interior
Todos tenemos nuestro crítico interior, pero algunos son más ruidosos y otros menos intrusivos. Lo que tienes que hacer es pensar por qué tuviste ese pensamiento negativo en primer lugar.
¿Te repites en la cabeza que eres demasiado vago porque aún no has hecho algo? En ese caso, deberías empezar a hacer algo al respecto. Deberías arremangarte y empezar a trabajar.
Y deberías decirte a ti mismo que tu falta de voluntad para hacer algo en este momento no te convierte en un vago o en una mala persona.
Todos tenemos días en los que estamos un poco apagados y nos sentimos menos motivados para hacer nuestras tareas diarias.
Eso no nos hace menos dignos o no lo suficientemente buenos. ¡Es hora de empezar a marcar la diferencia y evitar que ese crítico interior te convierta en esclavo de tus propios pensamientos!
2. Cambia tu mentalidad por una más positiva
Siempre que empieces a sentir que no eres lo bastante bueno, es importante que te desprendas de esa ilusión.
Necesitas cambiar tu mentalidad por una más positiva que te ayude a destruir la negativa.
Piensa en todos los momentos felices del pasado, en tus logros, en algo bonito que hayas hecho por alguien; piensa en tus seres queridos y en todas las demás cosas que hacen que tu corazón lata más deprisa.
Tienes que volver a encontrar el lado bueno de las cosas recordando todas las cosas positivas de tu vida.
Al principio no será fácil. Notarás la batalla entre tu lado positivo y tu lado negativo, pero si te mantienes persistente, ¡seguro que consigues que prevalezca el positivo!
3. Crear una lista de recuerdos positivos
Una vez que hayas terminado de contemplar todas las cosas positivas de tu vida, es conveniente que las escribas en un papel para que siempre tengas un recordatorio cuando lo necesites.
Crea una lista de recuerdos positivos con todas las cosas positivas que se te ocurran sobre ti, tu estilo de vida, tu personalidad, etc.
Piense en los momentos en los que se sintió realmente feliz haciendo algo, en los que hizo algo inspirador y en los que ayudó a alguien que lo necesitaba.
Cuando empiezas a sentir que no eres lo bastante bueno, es muy importante que te recuerdes a ti mismo todas esas cosas, porque son tu motivación y la prueba de que eres suficiente.
4. Deja de compararte con los demás
Reconozcámoslo. Nunca ha sido tan fácil compararse con los demás como hoy en día.
Todas esas personas perfectas de la televisión, todas esas personas ricas y perfectas de las redes sociales, tus vecinos, tus compañeros de trabajo, tus amigos, tu familia. La lista es interminable.
No hay ni una sola cosa ni una sola persona con la que no puedas compararte (incluso me comparo con mi gato, sip).
Cada vez que ves a alguien "más guapo" o que está más asentado en la vida que tú, automáticamente empiezas a compararte con él y, como resultado, empiezas a sentir que no eres lo suficientemente bueno.
Es importante recordar que la hierba no es más verde al otro lado de la valla.
Es importante estar agradecido por lo que ya tienes. (Y es importante dejar de compararse con los demás).
Véase también: Lee esto cada vez que empieces a compararte con una chica más guapa
5. Minimiza el tiempo que pasas en las redes sociales
Como ya hemos mencionado, las redes sociales son uno de los factores que más pueden arruinar nuestra salud mental y hacernos sentir que nunca seremos lo suficientemente buenos, por mucho que nos esforcemos.
Las redes sociales nos convencen de que existen vidas perfectas y de que nosotros también podríamos vivir esa vida perfecta si empezáramos a vestirnos como ellos, a comportarnos como ellos y a vivir como ellos.
Por si te preguntas quiénes son "ellos", me refiero a todos esos (autoproclamados) influencers.
Para evitar una sobredosis de comparaciones, tienes que reducir al mínimo el tiempo que pasas en las redes sociales y hacer otras cosas que, sin duda, te llenarán más.
6. Aumenta tu autoestima haciendo algunas cosas buenas por ti mismo o por los demás.
Es una forma estupenda de sentirte mejor al instante. Cuando sientas que no eres lo bastante bueno, haz una lista de las cosas que podrías hacer para ayudar a alguien o para ayudarte a ti mismo.
El acento se pone en hacer algo agradable que le alegre el día a alguien o en hacer algo agradable para uno mismo que le haga sentirse orgulloso de sí mismo.
Puede ser cualquier cosa, desde ayudar a alguien con sus tareas hasta reorganizar tu vestuario.
Una vez que lo hayas hecho, asegúrate de darte una palmadita en la espalda y decir en voz alta: ¡He hecho un gran trabajo! ¡Soy increíble!
7. Celebrar las grandes y pequeñas victorias
Una de las razones por las que muchas personas empiezan a sentirse mal consigo mismas es porque sólo celebran sus grandes victorias (como terminar la universidad, conseguir un trabajo o similares).
Se olvidan de todas esas pequeñas victorias que también significan mucho.
Pequeñas victorias como levantarse de la cama por la mañana, prepararse el desayuno (agradeciendo la oportunidad de prepararlo), superar los miedos, ir al gimnasio cuando uno se siente fatal, etc.
Hay miles de pequeñas victorias que nos acompañan a lo largo del día y, si les prestas atención (y no sólo a las grandes), te darás cuenta de tu poder y potencial ilimitados.
8. Desahogarte te hará sentir mejor al instante
Cuando sientes que no eres lo suficientemente bueno, ¿sueles reprimir esos sentimientos? ¿Te dices a ti mismo que lo que sientes no es algo que debas compartir con los demás?
Si este es tu caso, piénsatelo otra vez. En lugar de reprimirte, DEFINITIVAMENTE deberías hablarlo todo con tu mejor amigo, un familiar o alguien cercano.
Porque cuanto más lo reprimas, más intenso será el sentimiento.
Si no te sientes cómodo hablándolo con alguien, existe otro método llamado llevar un diario.
Escribe tus sentimientos y pensamientos en tu diario con regularidad o siempre que te apetezca. Esto tendrá el mismo efecto que si hablaras de ello con alguien.
9. Centrarse siempre en el proceso y no en el resultado
Este concepto es realmente brillante. Cuando estaba en la universidad, nunca jamás pensé en el día en que por fin obtendría mi diploma (y sería feliz el resto de mi vida).
En lugar de eso, me centré en el proceso. Me centré en cada uno de los exámenes y cada vez que aprobaba uno, lo veía como una pequeña victoria.
Una victoria tras otra, y ya está. Si te centras en el proceso, estarás más presente y serás más realista en cuanto a tus expectativas.
No pensarás que no eres lo suficientemente bueno, sino que te centrarás en hacerlo lo mejor posible en cada situación.
10. Centrarse en los desencadenantes de la negatividad y deshacerse de ellos (o minimizarlos).
Ya hemos enumerado un desencadenante negativo: las redes sociales. Cada persona tiene muchos desencadenantes y a menudo ni siquiera somos conscientes de ellos.
Así que es hora de pensar qué cosas te hacen sentir mal y tienen una influencia negativa en tu psique. Esas cosas pueden ser las personas, tus creencias, tus hábitos, etc.
Una vez que los hayas identificado, céntrate en deshacerte de ellos (o al menos en minimizar su impacto).
Y recuerde: no está solo.
Por si no te lo han dicho últimamente, eres importante, eres increíble y te quieren. Tu pasado no define tu presente ni tu futuro.
Eres un ser humano valiente que ha pasado por muchas cosas. Has luchado, has llorado, tu corazón se ha roto en pedazos, pero nunca te has rendido.
Nunca has renunciado a ser tú. Un ser humano imperfectamente perfecto con la fuerza de un guerrero. Así que, ¡no te atrevas a pensar que no eres lo bastante bueno!
Véase también: Este año por fin sé que soy lo suficientemente bueno