¿Alguna vez has sentido que eres demasiado... pegajoso? Yo sí. Pero bueno, ya sabes lo que dicen, el primer paso para resolver un problema es admitir que existe.
No es que siempre fuera consciente de ello, ¡simplemente un día me di cuenta de que tenía problemas! Llegué a casa del trabajo y me sentí increíble. Por alguna razón estaba muy contenta, pero mi compañero estaba claramente enfadado porque su día no había sido tan bueno.
Me pregunto qué pasó después. Me sentí más molesto y triste que él. Mi estado de ánimo siempre dependía de cómo se sentía como si fuéramos la misma persona.
Y eso era sólo la punta del iceberg. Pronto empecé a darme cuenta de todas las señales que confirmaban que yo era codependiente como el demonio. Puede que tú también lo seas si te suenan.
1. Tu felicidad depende de su estado de ánimo
Como ya he dicho, esta fue una de las primeras señales que me avisaron de que algo no iba bien. Ese día estaba dispuesto a afrontar cualquier reto, pero si estaba malhumorado, lo tiraba todo por la borda. Si estaba entusiasmado me alegraría aún más.
Es una locura cuando pienso en ello, Literalmente, nunca fui realmente yo misma. Definitivamente me llevó algún tiempo darme cuenta de que mi bienestar no debería depender tanto del suyo.
Sé que es difícil porque cuando quieres a una persona, sientes una fuerte empatía. Sin embargo, no es sano dejar que nuestro mundo gire en torno a otra persona.
2. La seguridad es tu mejor amiga
Ya sabes, esos días en los que nada parece ir bien y lo único que podría mejorarlo todo es oírles decir, "Todo irá bien"?
Esa era mi vida, cada día. Desde preguntarle si me quiere y si todo va bien hasta preguntarle por decisiones de mi propia vida, Necesitaba desesperadamente seguridad en todos los aspectos de mi vida.
Aunque nunca le molestaba, me daba cuenta de que a veces estaba agotado, y tampoco era la mejor manera de que yo afrontara mis inseguridades.
Así que empecé a dar pequeños pasos, aumenté mi confianza y aprendí a confiar en mí misma. Me centré en las cosas que afectaban positivamente a mi autoestima y empecé a escribir en un diario. Cada mañana escribía al menos tres cualidades que tenía y tres cosas de las que me sentía orgullosa. Sinceramente, ¡me cambió la vida!
3. Si temes algo, es acabar solo
¿Alguna vez te ha asaltado una oleada de preguntas aterradoras, preguntándote qué pasará si acabas solo, sin el amor de tu vida?
Si la idea de estar solo te aterroriza hasta el punto de preferir seguir en una mala relación que estar soltero, tienes un problema. Lo que me ayudó fue aprender a disfrutar pasando tiempo conmigo misma. Sí, has oído bien.
Haría las cosas que me gustan e intentaría encontrar la alegría en la soledad. Tienes que saber que estar solo no es tan solitario como algunos podrían pensar.
4. Dejas todo a un lado para pasar tiempo con ellos
Recuerdo cuando hice una fiesta de cumpleaños e invité a algunas personas, pero mi mejor amiga me dejó plantada en el último momento porque su novio quería ir al cine con ella.
Sí, lo sé, les quieres más y no quieres perder el tiempo, pero también deberías quererte a ti misma y aprende a pasarlo bien sin ellos. Si trasladamos toda nuestra energía a otra persona sólo para no molestarla, debemos preguntarnos si eso es amor de verdad.
Hacer esto sólo hará que te sientas vacío y que seas aún más codependiente porque no sabrás qué hacer contigo mismo cuando ellos estén ocupados.
5. Límite es una palabra desconocida en su diccionario
Límites: a menudo los pasamos por alto, pero son realmente importantes en todos los aspectos de nuestra vida y en todas las relaciones.
A veces ni siquiera te das cuenta de que le has permitido todo a alguien sólo porque les quieres. Pero créeme, lo sabrás cuando te quiten todo tu espacio personal, invadan tu intimidad, hieran tus sentimientos y se desentiendan fácilmente. ¿Por qué? Porque tú lo has permitido.
Seguramente no será fácil al principio, pero tienes que enseñarte a ti mismo a decir que no y a establecer límites que no te gustaría que nadie traspasara. Notarás un cambio instantáneo en cómo te sientes y los demás también te mostrarán más respeto.
6. Es imposible tomar decisiones en solitario
¿Ni siquiera puedes decidir qué comestibles comprar sin él? Chica, ¡necesitas controlarte!
Las personas codependientes suelen buscar la confirmación de su pareja para todo lo que quieren hacer. Ya sea qué película ver, qué especialidad elegir o dónde trabajar, no pueden tomar decisiones por sí mismos.
Esto es obviamente erróneo por muchas razones. Tienes que confiar en tus instintos y darte cuenta de que sabes lo que es mejor para ti. Con el tiempo, te sentirás más seguro y feliz con las decisiones que has tomado.
7. La atención constante se hizo esencial como respirar aire
¡Ohh, entiendo esto un poco demasiado bien! No podía pasar un día sin que me mandara mensajes o me llamara. Si no se ponía en contacto conmigo durante un rato, me sentía muy ansiosa el resto del día.
Quería ser el centro de su mundo en todo momento. Cuando aprendí a sentirme feliz sin su validación y a estar contenta sin ansiar atención, descubrí que nuestra relación también mejoraba. Pero también fui más feliz en general.
Sinceramente, se trata de tener equilibrio. Antes de involucrarse en cualquier romance, necesitamos construir una relación con nosotros mismos. Si dedicamos toda nuestra mente, energía y alma a otra persona, no podemos esperar otra cosa que la sensación de vacío en nuestro interior.
Todo es posible dando pequeños pasos y realizando ligeros cambios, así que cuanto antes empieces, antes te independizarás y te convertirás en la mejor versión de ti mismo.