Si crees que sigo llorando por ti, no tienes ni idea de lo equivocada que estás. Sí, te quería, pero a veces querer a alguien no es suficiente. Me he dado cuenta de que no eres digno de ser mi prioridad.
Si te digo que me sentí genial cuando te fuiste, me estaré mintiendo a mí mismo. ¡No más mentiras! La verdad es que no hay palabras para describir lo que sentí. Lloré. Grité. Grité.
Quería desaparecer de la faz de la tierra. No podía mantenerme en pie. Me dolía el cuerpo. Mi corazón estaba roto en pedacitos y mi alma pedía ayuda.
Me decían: El tiempo lo cura todo, cariño... Nunca les creí. Pero ahora tiene sentido para mí.
Cuando sólo te queda el tiempo, el tiempo se convierte en tu amigo en la miseria. No tienes voluntad de salir; no tienes voluntad de sonreír, pero existes. Existes en el tiempo, y el tiempo te trae comprensión y aceptación.
Si no comprendes o no aceptas la situación en la que te encuentras, no podrás seguir adelante.
Por fin he tenido tiempo de reflexionar y aceptar la situación en la que me encuentro. Así que todo lo que voy a decir no será más que la verdad.
Si crees que te necesito para sentirme mejor conmigo misma, ¡te equivocas!
La verdad es que nunca te necesité, y no me importa lo que vayas a pensar de ello. No tengo miedo de mis emociones hacia ti. No tengo miedo de la persona que solía ser.
Me he dado cuenta de que fuiste tú quien me cambió. Me atrajiste a tu mundo tóxico que me cambió.
Ya no era la persona que solía ser. Me convertiste en tu esclava que obedece todas tus órdenes, que sólo te beneficia a ti. Estaba perdida.
Me perdí obedeciéndote. Ni siquiera era consciente de que lo estaba haciendo. Pensé que así era como debía ser.
Pues no lo es.
Si crees que sigo siendo la misma persona en la que me convertiste, ¡te equivocas!
Algunas partículas del antiguo yo todavía existen, pero me aseguré de borrar todas las venenosas. Ahora el nuevo yo te manda a la mierda y no vuelvas nunca más. El antiguo yo era una versión perfecta de mí según tus estándares.
Creaste una persona dispuesta a todo, una persona compasiva y una persona que confiaba en que sabías lo que hacías. Yo era tu muñeca perfectamente diseñada que utilizabas para manipular.
Ya no soy la misma persona, y nunca lo seré. La muñeca perfectamente diseñada ya no existe.
Si crees que aún te quiero, ¡te equivocas!
Nunca te he amado. Me encantaba la idea de estar enamorada de ti. Estar en tu mundo me parecía un lugar mágico.
Estaba tan engañado que ni siquiera me di cuenta de todos esos aspectos malos de tu ser. Parecías una estatua perfecta que te hará sentir bien si la adoras.
No eres una estatua. Ni siquiera eres un hombre, y yo no estaba enamorada de ti. Me di cuenta de que estar enamorado sólo sucede a aquellos cuyos corazones son recíprocos.
Todo lo demás no es más que una ilusión, y una vez que abres los ojos, te das cuenta de lo mucho que tiene sentido.
Si crees que no puedo seguir adelante sin ti, ¡te equivocas!
Si pensabas que te iba a llamar mil veces sólo para decirte que te echo de menos, te equivocas. He puesto mi lista de prioridades donde tú ya no existes. Te equivocas si crees que no soy capaz de vivir sola.
Te equivocas si crees que otra persona no me apreciará y me tratará como merezco. Lo harán.
Y entonces te darás cuenta del error de dejarme ir.