Todos somos seres sociales, lo que significa que, por mucho que intentemos luchar contra ello, tenemos la necesidad innata de convivir con otras personas.
Sin embargo, a pesar de ello, la soledad es más común en los tiempos modernos de lo que podría pensarse.
De hecho, según algunas investigaciones, la mayoría de las personas se sienten solas en cierto modo, pero hacen frente a su condición y se niegan a demostrarlo.
1. Soledad situacional
La buena noticia de la soledad situacional es que es temporal. No es una condición que dure mucho tiempo.
De hecho, el nombre lo dice todo: es un tipo de soledad que nace de una determinada situación en la que te encuentras.
Hay diferentes escenarios en tu vida que pueden causar este tipo de soledad.
Por ejemplo, cuando romper una relación duraderaPuedes estar rodeada de mucha gente todo el tiempo, pero echas de menos a tu ex y su ausencia te hace sentir completamente sola.
También puede ocurrir cuando te mudas a otra ciudad, empiezas a vivir solo o cambias de trabajo.
Cada uno de estos tipos de soledad se cura en el momento en que te acostumbras a las nuevas oportunidades en las que te encuentras.
Entonces, ¿cuál es la mejor manera de ayudarse a sí mismo durante este periodo de transición?
Pues es dejar de aferrarse a su historia y esforzarse por abrirse a estas nuevas oportunidades para adaptarse lo antes posible.
Tienes que aceptar el hecho de que el pasado no va a volver, así que no tiene sentido que lo contemples. En lugar de eso, ten el valor suficiente para dar un salto hacia tu nuevo futuro.
2. Soledad emocional
Por otro lado, la soledad emocional no depende de las circunstancias.
Nada tiene que cambiar significativamente en tu vida, pero puedes sentirte solo por dentro.
Cuando alguien te mira, puede llegar a pensar que lo estás pasando lo mejor posible y que todo está en perfecto orden. Sin embargo, la verdad es otra y te sientes más solo que nunca.
Si este es el caso, es una clara señal de que carece de conexión emocional con otras personas o con un individuo determinado.
Puedes tener un montón de gente con la que pasar el tiempo y hablar de cosas al azar, pero no tienes a nadie que realmente te entienda y con quien te sientas cómodo abriéndote por completo.
En pocas palabras, si experimentas soledad emocional, a primera vista tienes numerosos contactos sociales, pero lo que te molesta es la calidad de esos contactos.
Esto es lo que ocurre cuando te encuentras en cualquier tipo de relación, especialmente una romántica, en la que no te sientes realizado.
Usted es emocionalmente distante con tu pareja y te sientes solo cerca de ella, aunque esté físicamente presente a tu lado.
Cuando estás pasando por algo así, lo primero que hay que hacer es intentar trabajar en la relación dada, si crees que merece la pena salvarla.
Por otra parte, si notas que todos tus intentos son en vano, es hora de alejarte y buscar otra relación que no te deje sintiéndote así.
3. 3. Soledad social
La soledad social suele estar causada por el aislamiento social y la falta de contacto con otras personas.
Es un tipo de soledad que afecta a las personas tímidas, introvertidas y con inseguridades muy arraigadas.
Por mucho que lo intentes, simplemente no sabes cómo hacer amigos.
Tienes muchos conocidos y todo el mundo parece considerarte una persona agradable, pero nunca has tenido la capacidad de establecer una conexión más profunda con otro ser humano.
Desde que tienes memoria, fuiste una especie de marginado.
No tiene por qué significar necesariamente que tus compañeros te acosaran, pero tampoco has tenido nunca amigos de verdad.
Bueno, si esto es algo con lo que te sientes identificado, siento decírtelo, pero el problema lo tienes tú, no los demás.
Ante todo, tienes que trabajar tu autoestima.
Eres lo bastante bueno y tienes numerosas cualidades, sólo tienes que tener la confianza suficiente para que la gente las vea. Además, quizá sea hora de bajar el listón.
Para empezar, no hace falta que encuentres amigos que encajen perfectamente contigo y tus intereses; dale una oportunidad a alguien diferente y a ver adónde te lleva.
4. 4. Soledad crónica
Cuando experimentas una soledad crónica, este modo de vida se convierte en tu zona de confort.
Por fuera, la gente piensa que eres independiente y que tienes lo que hay que tener para ir solo por la vida. Aunque esto es cierto, tiene un cierto precio.
Sí, eres autosuficiente y técnicamente no necesitas que nadie te ayude, pero estaría bien poder contar con otro ser humano para variar.
Lo malo de la soledad crónica es que puede durar siglos antes de que te la diagnostiques.
De hecho, la mayoría de las personas que lo experimentan se niegan a aceptarlo como algo real.
Sin embargo, si padeces soledad crónica, lo que debes hacer es salir de tu zona de confort.
Relájate y empieza a romper tus hábitos y rutinas; te prometo que abrirá tu vida a nuevas experiencias y personas.