El Gaslighting es una tipo de abuso emocional que ocurre sobre todo en las relaciones románticas.
Con ello, el agresor quiere convencer a su víctima de que no es mentalmente estable.
Utiliza diferentes tácticas para demostrar que tiene razón.
En muchas relaciones románticas, uno de los miembros de la pareja, normalmente el dominante, convencía a su víctima de que no veía u oía algo correctamente.
Le decía que exageraba o que era demasiado pegajosa.
Le haría tantas cosas desagradables a la mujer de la que juró estar enamorado.
Los hombres así son en su mayoría buenos actores porque siempre hacen que las cosas les salgan bien.
Serán las víctimas a los ojos de sus amigos y familiares.
Nadie pensará nunca que son malvados o que son capaces de hacer cosas malas.
Pero sus víctimas saben demasiado bien que están preparados para todo.
El problema es que es muy difícil demostrarlo.
Es extremadamente duro luchar solo e intentar que otro sepa que estás pasando por un infierno.
Pero, por si te sirve de algo, hay diferentes maneras de apagar a un gaslighter en tu relación.
¿Se pregunta cómo? Siga leyendo.
No dejes que te laven el cerebro
Lo primero que tienes que recordar es que debes ser fuerte y no dejar que hagan contigo lo que quieran.
Intentarán lavarte el cerebro y hacerte pensar de una forma que les convenga.
Pero tu obligación es no dejar que eso ocurra.
Una buena forma de hacerlo es recordar lo que realmente ocurrió.
Si estás segura al cien por cien de que ha ocurrido algo, no dejes que tu agresor te convenza de lo contrario.
Si dejas que te laven el cerebro la primera vez, lo harán una y otra vez, y acabarás perdiéndote totalmente por alguien a quien no podrías importarle menos.
Pero tener buena memoria te salvará la vida en situaciones como ésta, así que asegúrate de saber siempre lo que ha pasado.
Sé lo bastante fuerte para luchar por ti mismo
Tu abusador quiere que seas la sumisa.
Quiere que escuches todo lo que dice.
Quiere que obedezcas sus reglas.
Está bien hablar con tu pareja y decidir sobre ciertas cosas relativas a una relación.
Pero dejar que alguien tome todo el control en una relación no es sano en absoluto.
Eso es algo que nunca deberías permitir a ningún hombre.
Si intenta pelearse contigo, convenciéndote de que tú eres la loca, no dejes que se salga con la suya.
En lugar de eso, sé fuerte y lucha por ti mismo.
Respétate a ti misma porque sólo así te respetará, aunque sea un poquito.
Al menos, sabrá que no eres un felpudo y que no puede comportarse como quiera.
Aléjate de una conversación en la que no te sientas cómodo
Si no te sientes bien manteniendo una conversación con tu pareja, deberías alejarte.
Si es grosero contigo o si no quiere escuchar lo que tienes que decir, está bien que te vayas.
No deberías formar parte de algo que no te gusta.
No debes dejar que nadie te empuje a hacer cosas que no te sientes bien haciendo.
Si le demuestras que no aguantarás ninguna de sus mierdas y que te alejarás, cambiará su forma de tratarte.
Se dará cuenta de que no eres tan fácil de manejar y de que eres una auténtica luchadora que sabe lo mucho que aportas.
Sé que se necesita mucho tiempo y valor para esto, pero una vez que lo pruebes, estarás muy orgullosa de ti misma.
Presta atención a su patrón de comportamiento
Muchas mujeres se enfrentan al gaslighting porque no vieron todas las señales de alarma.
No han visto que su pareja las ha estado utilizando todo el tiempo mientras les juraba que las quería.
Simplemente le creyeron y no pensaron que nada malo pudiera ocurrir.
Pero en la mayoría de los casos, cuando te relajas demasiado, pueden ocurrir cosas malas.
Por eso hay que prestar atención a su patrón de comportamiento.
¿Qué hace cada vez que le acusas de algo?
¿Está siendo agresivo o te habla en un tono normal?
Cosas así pueden decir mucho sobre la verdad de la situación.
La mayoría de la gente empieza a pelear cuando se le acusa de algo que ha hecho.
Un ataque es la mejor defensa, ¿recuerdas?
Si tu pareja actúa de forma agresiva cuando le dices que ha hecho algo malo, lo más probable es que sea culpable.
Cuanto antes lo reconozca, más fácil le resultará entrar en su cabeza.
Una vez que lo hagas, sabrás que ha llegado el momento de cerrarle el grifo y alejarte.
No dejes que cambie de tema
Cuando el agresor vea que tienes ventaja, intentará cambiar la conversación.
Intentará calmarte, diciéndote que tienes razón.
Es entonces cuando debes apagarlo.
Ese es el momento adecuado para ganarle en su juego.
No dejes que se salga con la suya con toda la mierda que ha estado sirviendo delante de ti durante tantos años.
Dile que no quieres hablar de otras cosas, sino del tema por el que estáis discutiendo ahora mismo.
Sigue con tu plan de decirle todo lo que quieras para demostrar que tienes razón.
Cuando vea que no eres fácil de manejar, cambiará de opinión.
Se dará cuenta de que no puede comportarse como pensaba.
Cuando le demuestres que eres más fuerte de lo que cree, ya no actuará así contigo.
No discutas con él, pero habla con normalidad.
Si le demuestras a tu maltratador que estás agobiada por la situación, lo utilizará en tu contra.
Si ve que estás enfadado o frustrado, te llamará loco.
Te dirá que todo está en tu cabeza y que nunca ocurrió.
Así que, cuando intente pelearse contigo, mantén la calma e intenta hablarle en un tono de voz normal.
No dejes que te transforme en un monstruo que no eres.
Si no os lleváis bien por algo, puedes aconsejarle que lo habléis, pero no que os peleéis.
Si se niega a hablar contigo con calma, deberías marcharte.
Sabe que no puede cabrearte, así que intentará utilizar todas las tácticas posibles para escapar de esa conversación.
Esa es sólo una razón más para dejar de confiar en él y alejarse de él.