Sé que tienes miedo. En realidad, te aterroriza conocer gente nueva y dejar entrar a cualquiera.
No es sólo que tengas miedo de derribar tus muros y acercarte a gente nueva; tu corazón tiembla ante la mera idea de permitir que alguien lo rompa de nuevo.
Y lo entiendo porque yo fui tú. Todo lo que sientes ahora tiene un trasfondo profundo y muy buenas razones. Y yo sentí todo lo mismo.
La verdad es que te han hecho daño más veces de las que puedes contar. Tu alma se ha hecho pedazos, te han traicionado, humillado y decepcionado.
Entregaste tu corazón y tu energía a algunas personas equivocadas y todo lo que hicieron fue usarte de todas las maneras posibles.
Y después de un tiempo, llegaste al punto de ruptura. Viste que no podías seguir viviendo así.
Tras el último desengaño, te hartaste y viste que necesitabas salvarte si querías sobrevivir.
Y en ese momento, pensaste que la única forma de hacerlo era poniéndote en guardia.
Sólo querías que todo el dolor desapareciera y pensabas que tenías que construir un chaleco antibalas alrededor de tu alma llena de cicatrices para mantener alejados a todos los que tuvieran la intención de hacerte daño. Pensaste que la única manera de protege tu corazón era empezar a actuar sin corazón.
Todo por lo que has pasado dejó enormes secuelas en ti. Cambió la esencia de lo que eras como persona y te hizo volverte amargado y sarcástico cuando se trata del amor.
Te hizo perder la fe en el amor y te hizo dejar de creer en la gente.
Después de todo lo que has pasado, ahora te quedas convencida de que todo el mundo te va a tratar igual y que no existe un hombre que merezca que te abras a él y que le quieras.
Con el tiempo, abrazaste tu vida de soltero. Tus muros se convirtieron en tu zona de confort y la armadura alrededor de tu corazón se convirtió en algo sin lo que no podías imaginar vivir.
Con el tiempo, has dominado el arte de ponerte una máscara de chica valiente. Enjaulaste tu corazón vulnerable porque pensabas que era la única forma de protegerte de sufrir otro colapso emocional.
Aunque comprendo perfectamente todo lo que estás sintiendo en estos momentos, tengo que decirte que te equivocas. Porque esto, lo que estás haciendo, no te traerá nada bueno.
Ser reservado y cerrado sólo te causará daño. No afectarás a las personas que te han hecho daño y no sanarás tu corazón roto.
Lo que harás será privarte de la posibilidad de encontrar el amor. Lo que harás será perder la oportunidad de conocer a alguien que merezca tu tiempo, tu energía y tus esfuerzos. Lo que harás será perderte a ti mismo.
Y cuando eso ocurra, todos los que te han traído hasta aquí ganarán. Significará que te has vuelto igual que ellos y esa será su mayor victoria.
No me malinterpretes.-No espero que cambies tu forma de ser de la noche a la mañana porque eso sería imposible.
Sé que abrir tu corazón a alguien nuevo parece aterrador después de todo lo que has pasado.
Pero, por favor, al menos inténtalo. Da pequeños pasos e intenta volver a ser la persona que eras antes de sufrir todos esos desengaños.
Después de todo, ahora eres mucho más inteligente. Todo lo que te ha ocurrido puede y debe servirte de experiencia y de valiosas pero duras lecciones.
Todas tus relaciones fallidas estaban ahí para enseñarte a ser más fuerte.
Ahora lo sabes mejor y tu instinto no te permitirá repetir los mismos errores. Has tenido gente tóxica en tu vida y créeme...-no volverás a dejar entrar a nadie parecido a ellos.
No te pido que empieces a creer en el amor en este momento. Sólo te pido que tengas fe en ti mismo y todo lo demás vendrá por añadidura.
Te pido que creas en tu capacidad de juicio y en tu intuición. Que tengas fe en que el destino te enviará a alguien que no será como aquellos que te han hecho daño.
Porque ese hombre llegará cuando menos te lo esperes. Él curará todas tus heridas y te devolverá la fe en el amor.
Y cuando aparezca, te alegrarás de no habértelo perdido por miedo a exponerte.