Durante mucho tiempo estuve convencida de que yo era la culpable de todo lo malo que me ocurría.
No estaba segura de cómo ni por qué, pero sabía que yo era la responsable del mal que me había golpeado.
Pensaba que de alguna manera me merecía todos los insultos que recibía, todas las humillaciones por las que pasaba y todos los golpes emocionales y físicos que recibía.
Al menos, eso era de lo que mi maltratador se esforzaba por convencerme.
Al fin y al cabo, todo nuestro mundo se basa en la justicia, ¿no? Tenía que haber algún karma, y obviamente yo estaba pagando por los pecados que había cometido.
Tal vez fue algo que hice en mi vida anterior, tal vez herí a alguien involuntariamente o simplemente fui culpable por elegir mal y no saber hacerlo mejor.
Quizá era demasiado sensible, demasiado emocional, demasiado débil o demasiado vulnerable.
Quizá exageraba. Tal vez mi pareja no era tan mala en comparación con otras; quién sabe lo que ocurre en las relaciones de otras personas, simplemente no hablan de ello.
Tal vez todo esto era en realidad normal.
Suena a tontería, lo sé. Desde este punto de vista, yo mismo me escandalizo de los pensamientos que pasaban por mi mente.
Sin embargo, pasara lo que pasara, acababa encontrando excusas para todo lo que mi ex me hacía.
Durante años, siempre encontraba la manera de justificar su violencia intentando echarme toda la culpa a mí.
Obviamente le había provocado, y definitivamente no debería haber dicho eso.
Si hubiera escuchado lo que me decía, no me habría levantado la mano.
Pensé cosas como: "No es tan malo, sólo tiene mal genio".
Tiene un problema de control de la ira y yo debería ayudarle a combatirlo".
Después de todo, él sólo quería lo mejor para mí, ¿no? Incluso cuando me maltrataba, no era más que una reacción a mi mal comportamiento.
Incluso cuando intentaba controlarmeLo hacía porque tenía miedo de perderme.
Me quería tanto que no soportaba la sola idea de vivir sin mí.
Además, cada vez que me pegaba, se sentía muy mal después.
Se pasaba horas y días disculpándose y prometiéndome que nunca volvería a hacer algo así.
Y yo, tonta de mí, le creí. Me estaba creyendo todas sus patrañas, convencida de que lo hacía todo por el enorme amor que sentía por mí.
Sin embargo, ahora, Después de todo este tiempo, sé la verdad: yo fui la víctima aquí. Y la víctima nunca tiene la culpa.
Después de todos estos años de terapia y autointrospección, ya no me avergüenza admitirlo ni decirlo en voz alta.
Ahora sé que no soy yo quien debe avergonzarse por haber sufrido abusos.
Porque nada de esto fue nunca culpa mía. Mi ex es un maltratador, y es él quien debe asumir toda la responsabilidad de sus actos.
No, No podía saberlo mejor porque me habían lavado el cerebro haciéndome creer que era el mejor hombre que jamás podría tener....
Puso mucho empeño en convencerme de que sus formas distorsionadas de demostrar amor eran las auténticas, que nadie se preocuparía nunca por mí como él lo hacía y que nunca encontraría la felicidad al lado de otra persona.
No, No podría haberle abandonado porque se aseguró de que yo estuviera financiera y emocionalmente dependiente sobre él.
No tenía a nadie a quien recurrir porque él ahuyentó a todos mis amigos y familiares a tiempo, sólo para que yo acabara sin nadie más que él a mi lado.
No, No podría haberlo dejado antes porque me chantajeaba emocionalmente y me manipulaba para que volviera con él después de cada episodio violento-porque me pasé años, esperando que volviera ese chico perfecto del principio de nuestra relación y que reapareciera ese chico cariñoso y atento que era entre tanto maltrato.
No, no debería haber cambiado mi forma de ser porque si él me quisiera, me habría aceptado tal y como era.
Por otro lado, si veía que yo no estaba hecha para él, tenía la opción de alejarse en cualquier momento.
Sin embargo, optó por quedarse.
Eligió conscientemente hacer de mi vida un infierno, matarme espiritualmente y seguir abusando de mí mental, emocional, verbal y físicamente.
¿Por qué? Porque era y probablemente sigue siendo un sociópata tóxico que disfruta torturando a los demás.
Porque me vio como una víctima adecuada-y simplemente porque podía.
Sí, fui yo quien dejó que me tratara como lo hizo.
Yo era la que le daba luz verde para continuar con sus abusos cada vez que le daba otra oportunidad.
Sin embargo, no fue culpa mía que abusaran de mí. No soy estúpida, unlovable ni merecía pasar por algo así.
Y tú tampoco. Por lo tanto, si usted está experimentando algo similar a lo que he estado through, por favor, abre los ojos.
Ssuperior escuchando a este narcisista manipulador que no para de decirte que tú le provocaste para que te dijera todas esas cosas horribles, que no te habría gritado si tu falda no fuera tan corta o que no te habría pegado si sólo hubieras tenido la paciencia de quedarte callada cuando te insultaba.
Puede que ahora no lo veas, pero créeme: tienes lo que hace falta para dejar su lamentable culo.
No estás solo, y siempre hay alguien a tu alrededor que con gusto te echará una mano y te ayudará a salir de esta pesadilla.
No obstante, eres tú quien tiene que tomar esa decisión, igual que hice yo.
Tú eres la que tiene que liberarse de este círculo interminable y ver por fin a este hombre como lo que realmente es: un maltratador que nunca te ha querido y que nunca cambiará su forma de ser.
Créeme cuando te digo que lo lograrás sin él.
No voy a mentir: no te recuperarás de la noche a la mañana, y tu pasado traumas probablemente te perseguirá durante mucho tiempo, pero al final del día, serás mejor.
Aprende de mis errores y de mi ejemplo y no dejes que tu agonía continúe por más tiempo.