El sentido común de todos les dice que no deben tolerar que les hagan daño.
Si tu amiga tuviera una mala relación en la que un chico la tratara mal, tú serías el primero en decirle que lo dejara.
Por mucho que quisiera al tipo, sabrías que su lugar no está junto a él.
Entonces, ¿por qué es tan difícil darse cuenta de que la persona a la que quieres te trata mal, y por qué es aún más difícil dejar de permitir que eso ocurra?
El amor puede hacernos ciegos, eso es cierto. Amar a alguien puede hacernos idealizar todo lo bueno que hace. Y entonces, cuando hacen algo mal, acabamos poniendo excusas por ellos.
No has nacido en este mundo para malgastar tu energía, tu buen corazón y tu amor en alguien que no te aprecia.
Empieza a quererte y a cuidar de tu propio bienestar, y las cosas empezarán a desarrollarse para ti.
Quitémonos la venda que el amor nos ha puesto en los ojos e intentemos ver las cosas claras de una vez.
Si no contestan cuando les llamas y ni siquiera se disculpan, eso no está bien.
Si esperas horas antes de que contesten a un simple mensaje, eso no está bien.
Si nunca están ahí para ti, no importa la razón por la que los necesites, eso no está bien.
Si no encuentran tiempo o energía para participar en tu vida, eso no está bien.
Si la persona con la que estás no parece respetarte, apoyarte y quererte como se supone que debe hacerlo, eso seguro que no está bien.
No queremos pensar mal de la persona a la que hemos dado tanto. Los queremos buenos, puros y perfectos en nuestra mente.
Por eso nunca nos permitimos confesar que en realidad nos tratan bastante mal.
Darse cuenta y confesar que alguien te está haciendo daño con su comportamiento es el primer paso para resolver este enorme problema.
Por mucho que quieras a alguien, no puedes dejar que te separe.
El amor no puede ser unilateral. Si los amas, ellos deberían amarte también, ¿verdad? Si te quisieran, ¿te harían daño? Por supuesto que no.
La persona que te quiere de verdad siempre velará por tus intereses. La persona que te quiere nunca te hará daño intencionadamente.
Si alguien te sigue tratando como tú nunca lo harías y tú le sigues perdonando, ahora es el momento de romper ese círculo vicioso.
Nadie puede hacerte daño, por mucho que signifique para ti.
¿Le harías alguna vez algo malo a alguien a quien quieres? Seguro que no. Entonces, ¿por qué dejas que alguien te haga eso?
Sé que encuentras muchas razones para explicar que te hagan daño de forma que parezca menos importante y como si ni siquiera fuera culpa suya.
No sólo son importantes esas acciones maliciosas, sino que también son cruciales para tu autoestima y para tu felicidad futura.
Te quitan la confianza y la sinceridad y lo tiran todo por la borda, haciendo que parezca que eres la persona menos importante de la relación.
¡¿Me pregunto cómo se sentirían si tú les hicieras lo mismo?! ¿Te perdonarían? Estoy bastante seguro de que no.
Seguro que te piden perdón constantemente. Bueno, déjame decirte algo: Una disculpa que no va acompañada de un cambio de comportamiento es sólo palabrería.
También supongo que si por casualidad decides mantenerte firme y demostrarles que no vas a seguir aguantando su mierda, te harán sentir mal por estar enfadado con ellos.
Este es el tipo de persona tóxica que no quieres en tu vida. Puede que te hagan creer que van a cambiar, ¡pero no lo harán!
Puede que estés pensando en darles una segunda oportunidad, pero puedo decirte ahora mismo que cualquier oportunidad que les des será desperdiciada.
Alguien que dice amarte y decide tratarte mal no merece una segunda oportunidad.
Sí, el perdón es un hermoso camino a elegir, y seguro que puedes elegir perdonarlos por cada forma en que te han hecho daño.
He dicho perdonar, no olvidar.
No dejes que te traten como si fueras indigno de amor, y no dejes que vuelvan a hacerte daño.