La verdad es que tú y yo pasamos momentos preciosos y compartimos recuerdos increíbles.
Pero cuando miro nuestra relación pasada desde este punto de vista, veo que esos momentos eran en realidad una auténtica rareza, aunque yo intentara aferrarme a ellos.
Cuando miro las cosas desde esta perspectiva, Veo que la mayor parte de nuestra relación estuvo marcada en realidad por sentirme mal conmigo misma, por llorar hasta quedarme dormida, por preguntarme qué era lo que había hecho mal y por esperar a que entraras en razón.
Al mismo tiempo, vivías tu vida como si las cosas que pasaban en nuestra relación nunca te afectaran, como si no formaras parte de ella. Vivías tu vida como si tus acciones no hicieran daño a nadie y como si no me causaran dolor.
Y eso fue exactamente lo que seguiste haciendo después de alejarte de mí.
Seguiste con tu vida como si nunca hubiera pasado nada entre nosotros. Como si nunca me rompió el corazón en pedazos y como si no hubieras cambiado la esencia de lo que yo era.
Como si nunca me hubieras mentido, como si nunca me hubieras engañado y como si nunca hubieras abusado emocionalmente de mí.
Seguiste viviendo tu vida como si no me hubieras arruinado. Como si no me hubieras decepcionado y convertido en una persona amargada y negativa con profundos problemas de confianza.
Como si no hubieras destruido mi autoestima, intentando echarme toda la culpa de todo lo malo de nuestra relación.
Como si nunca me hubieras hecho cuestionar mi cordura y cada uno de mis movimientos y preguntarme si yo era la tóxica.
Seguiste adelante como si nunca me hubieras hecho cuestionar mi valía o me pregunto por qué nunca fui suficiente por ti. Como si nunca hubieras intentado hacerme sentir culpable por todas las cosas que en realidad estabas haciendo.
Y lo peor es que me he pasado años intentando averiguar qué me pasaba y cuáles eran mis errores. He pasado años repitiendo cada momento de nuestra relación en mi cabeza, intentando encontrar las respuestas a mis preguntas.
Imaginé todos los escenarios posibles en los que intenté encontrar formas de justificar tus palabras y acciones.
Pero a medida que me adentraba más y más, Me di cuenta de que nunca podría existir una excusa para todas las cosas que me estuviste haciendo durante años.
Me he dado cuenta de que, aunque cometí mis errores, tú fuiste la verdadera causa y razón de toda mi desgracia.
Y que no podría hacer nada para justificarte por esto, por mucho que me gustaría.
Y te odié durante mucho tiempo. Te odié por todo lo que me hiciste y te odié por dejarme en un sitio mientras tú seguías adelante hace tiempo.
Pero después de un tiempo, conseguí perdonarte por todo lo que me hiciste. Aunque pensé que eso nunca sucedería, encontré la fuerza para perdonarte por causarme un dolor inimaginable y por destruirme y devastarme.
Y junto con el perdón, de alguna manera también he dejado de odiarte por todo lo que me hiciste pasar.
Para ser honesto, no lo hice por ti. Lo hice por mi propio bien-porque no podía vivir con esta negatividad que me carcomía por dentro.
Pero hay algo que nunca podría perdonarte. Aunque no es algo de lo que esté orgulloso, existe una parte de mí que todavía te odia a muerte.
Y la razón por la que me siento así no es todo el daño que me has hecho-es el hecho de que nunca asumiste ninguna responsabilidad por tus palabras y acciones.
Es el hecho de que siempre te comportaste como si mi devastación no tuviera nada que ver contigo y como si ni siquiera hubieras participado en dañarme y romperme.
Y tristemente, esto dice más de ti que el hecho de que hayas hecho todas esas cosas.
Esto demuestra que eres un narcisista tóxico y egoísta, sin ningún rastro de conciencia. Y me demuestra que nunca has amado a nadie más que a ti mismo.