Todos nos hemos visto en una situación en algún momento de nuestras vidas en la que hemos perseguido a alguien a quien no le importamos o no nos quiere lo suficiente.
Aunque no hay nada malo en tomar la iniciativa cuando se trata del hombre que te gusta, siempre hay que mantener cierta dignidad.
Lo que tienes que recordar es que hay una gran diferencia entre luchar por alguien y perseguirlo, entre mostrar interés y humillarte.
Sé sincera, ¿cuánto tiempo llevas persiguiendo a este hombre? ¿Cuánto tiempo llevas dando todo de ti a alguien que nunca te lo ha agradecido, sin recibir nada a cambio?
¿Cuántos años has desperdiciado esperando a que se ponga las pilas y te devuelva el esfuerzo que ha estado recibiendo de ti? ¿Para que empiece a tratarte bien y te dé el lugar que mereces en su vida?
¿Y cuánto tiempo más piensas perder? ¿Hasta qué punto estás dispuesta a perseguir al hombre que obviamente no quiere ser atrapado?
No importa si estamos hablando de un chico que se niega a comprometerse, un chico que no quiere darte una oportunidad en primer lugar, o un chico que no quiere cambiar su forma de ser.
En cualquier caso, la cuestión sigue siendo la misma: no deberías correr detrás de alguien que claramente está haciendo todo lo posible por escapar de ti.
No te lo digo porque seas mujer. No te lo digo porque debas ser una princesa que espera pacientemente a que el príncipe azul venga a rescatarla.
Te lo aconsejo porque eres un ser humano cuyos sentimientos se verán heridos en el proceso si sigues haciendo esto.
Sobre todo, te cuento todo esto porque no tiene sentido: nunca obtendrás los resultados que esperas, por mucho que lo intentes.
Cuanto más lo persigues, más te pierdes. Sin ni siquiera ser consciente de ello, te esfuerzas cada vez más por convertirte en una versión diferente de ti misma: una mujer por la que él se sentiría más atraído, una mujer a la que amaría más.
Cuanto más persigas a este hombre, más le demuestras que no requieres ningún esfuerzo. Que no tiene que hacer nada para conquistarte porque tú harás todo el trabajo por él.
Cuanto más le persigues, más dejas que te dé por sentado. Le estás diciendo que siempre estarás a su lado, a pesar de que él no haga nada para mantenerte ahí.
Cuanto más persigas a este tipo, más te conformarse con menos. Tu visión del amor se verá trastocada e incluso cuando conozcas a un chico nuevo, pensarás que este tipo de comportamiento es aceptable.
Cuanto más lo persigas, más celosa y amargada estarás cada día. Verás a todas esas chicas cuyos novios se esfuerzan a su alrededor y te preguntarás qué tienen ellas que no tengas tú.
¿Por qué son mejores que tú? ¿Por qué sus novios pueden quererlas como es debido y el tuyo no puede darte ni las migajas de su cariño?
Y lo que es más importante, cuanto más le persigas, menos pensarás en ti misma.
Puede que ahora no lo veas, pero con el tiempo empezarás a cuestionarte tu valía.
Empezarás a preguntarte por qué no puedes ser suficiente y por qué el hombre al que amas huye de ti todo el tiempo. ¿Serás tú? ¿Has hecho algo mal?
¿No eres lo suficientemente guapa, inteligente o interesante? ¿Por qué no puede elegirte de una vez por todas sin jugar a todos estos juegos?
Cuanto más le persigas, menos te querrás, respetarás y apreciarás a ti misma.
Sin ser consciente de ello, la falta de su amor y respeto repercutirá en tu autoestima y, con el tiempo, empezarás a pensar que no mereces más.
Cuanto más perseguirlomás seguirás rompiéndote el corazón.
Así que, piénsalo de nuevo y dime si este chico realmente vale la pena. ¿Vale la pena que pierdas tu orgullo, que te menosprecies, que te devalúes? Deja de perseguirlo y verás lo que pasa.