Sé que estás sufriendo. Sé que es duro.
Sé que piensas que Dios te ha abandonado.
Y probablemente estés dando lo mejor de ti para luchar, pero estás cansado hasta los huesos.
Necesitas Su ayuda.
Y no importa cuántas veces le pidas que te ayude, no obtienes respuesta.
Y se hace aún más difícil.
Se hace duro tanto mental como físicamente.
Sientes que no puedes más.
Simplemente quieres rendirte.
Pero, ¡espera!
Lo que no sabes es que durante todo este tiempo de tu lucha, Él está ahí para verte luchar.
Está ahí para ver cómo te transformas en una persona completamente nueva.
No te ayuda porque quiere que dirijas esta batalla.
Sabe que eres lo suficientemente fuerte como para luchar contra todo lo que la vida te depare.
Él sabe que confías en Él y que no te rendirás.
Sólo quiere callarse y dejar que hagas las cosas a tu manera.
Como durante un examen en la escuela.
¿No sabes que el profesor siempre permanece en silencio durante el examen?
Lo que estás viviendo ahora es sólo una prueba más.
Dios está comprobando si eres lo suficientemente fuerte para las cosas que le pediste.
Y no, no necesitas tener que decirle nada a Él.
Él ya sabe lo que hay en tu corazón, aunque guardes silencio.
Sabe lo que necesitas.
Simplemente no puede dártelo ahora porque no es el momento adecuado.
Dios siempre tiene el momento perfecto.
Por favor, no lo dude.
Él te dará ciertas cosas no cuando tú las quieras, sino cuando Él vea que las necesitas.
Ni antes, ni después.
Pero una vez que consigas lo que tanto deseabas, te darás cuenta de que antes no estabas preparado.
Sentirás que Él, una vez más, tenía razón.
Y lo que es más importante, te darás cuenta de que Él estuvo allí todo el tiempo.
Verás que Él nunca se fue de tu lado. Y nunca lo hará.
Así que, cuando la vida vuelva a ponerse dura, no tengas miedo de quedarte solo.
Dios está siempre a tu lado y nadie puede hacerte daño.
No digo que todo vaya a ser perfecto en tu vida, porque no será así.
Habrá tentaciones y momentos difíciles.
Habrá momentos en los que te preguntarás cuál es tu propósito.
Habrá momentos difíciles, momentos en los que desearás no haber nacido y, en esos momentos, le necesitarás más.
Pero en todos esos días malos, intenta mantenerte fuerte porque Dios te hizo así.
Quiere que lleves una vida de la que te sientas orgulloso.
No quiere que tu vida te supere. Tú eres más grande que eso.
Estás hecho para grandes cosas y eso es algo que debes recordar.
Todo ese dolor que sientes ahora mismo está hecho para un propósito superior.
Forma parte de tu vida para hacerte más fuerte.
Está ahí para transformar una oruga en mariposa.
Está ahí para liberarte.
Y cuando eso ocurra, alcanzarás un nivel de libertad extremadamente peligroso.
Un nivel que nadie podrá arrebatarte.
Así que, la próxima vez que ocurra algo malo en tu vida, no desesperes.
Considéralo una bendición disfrazada.
Piensa que es el plan de Dios para hacerte mejor.
Piensa en ello como un proceso por el que tienes que pasar para llegar a donde quieres.
Y por favor, ten en cuenta que a lo largo de todo el camino, Dios nunca se apartará de tu lado.