La sociedad tiende a menospreciar a las personas que parecen débiles ante sus desgracias. Cuando alguien que lo ha pasado mal demuestra que persevera contra viento y marea, se le elogia por ser valiente.
Por otro lado, se desprecia a las personas que se autocompadecen. Dejar de sentir lástima" es sinónimo de decirle a alguien: "Deja de ser débil y haz algo al respecto".
Algunas personas no son tan fuertes como otras, pero aun así merecen comprensión y amabilidad. Las personas que acaban revolcándose en la autocompasión se hacen daño a sí mismas porque no saben cómo seguir adelante o porque obtienen algo que no pueden conseguir en otra parte.
Si sientes que te has quedado atascado en una rutina de autodesprecio y te preguntas por qué te pasa todo esto, hay una forma de seguir adelante, y todo empieza con un poco de autocompasión.
Deja de compadecerte de ti mismo mediante la autocompasión
Es difícil salir del interminable ciclo de revolcarse en la autocompasión y caer más profundamente en la vergüenza. Cuanto más tiempo estás atrapado en ella, más te acostumbras a sentir lástima de ti mismo, y seguir adelante parece imposible.
A veces sólo necesitas un respiro: basta con que te ocurra una cosa buena para que las cosas cambien. Pero cuando sientes que el mundo está en tu contra, rara vez se presenta la oportunidad de dejar de sentirte roto, así que solo puedes hacer una cosa: crea tus propias oportunidades.
Fingir que tus sentimientos no existen no es señal de fortaleza. Para seguir adelante, tienes que enfrentarte a ellos. Es el trabajo más duro que tendrás, pero hacerlo iniciará tu transformación.
1. Empieza con compasión hacia ti mismo
Sentir lástima por uno mismo es una forma de autodesprecio. Piensas que, hagas lo que hagas, no puedes conseguir lo que quieres y que sólo te ocurren cosas malas. Esto te hace envidiar a los que parecen tener la vida resuelta y avergonzarte porque sientes no eres lo suficientemente bueno.
Te odias porque no tienes autocompasión y no puedes aceptar estos sentimientos. En cuanto decidas decirte a ti mismo: "No pasa nada", las cosas empezarán a ir mejor.
2. Trátate como tratarías a un amigo
¿Cómo desarrollar la compasión por ti mismo cuando crees que eres lo peor, por lo que el mundo es lo peor para ti? Debe decidir cambiar el odio a uno mismo por el amor propio.
Este amor debe ser incondicional - debes amarte a ti mismo pase lo que pase. Tienes que quererte a pesar de tus defectos y de las cosas que no te gustan de ti. Sólo cuando lo consigas podrás empezar a tratarte como a un ser querido.
Trátate como tratarías a un amigo querido si estuviera en la misma situación que tú ahora.
3. Hablar con un terapeuta
Lo que parece autocompasión a veces puede ser depresión clínica.
Visitar a un psicoterapeuta puede ser justo el descanso que necesita, si este es el caso o no. Si está deprimido, le darán medicación que puede ser profundamente útil en poco tiempo y le remitirán a asesoramiento, que es absolutamente necesario cuando estás deprimido.
Si no es tu caso, hablar con un profesional sigue siendo de gran ayuda para tu salud mental y te ayudará a alejarte de la autocompasión,
4. Afronta tus sentimientos
A todo el mundo le pasan cosas malas, pero cuando sientes que no tienen fin, caer en un pozo de desesperación es fácil. Te preguntas: "¿Por qué a mí? ¿Por qué te pasa todo a ti? ¿Por qué no puedes ser más feliz, más sano, más alto, más listo, diferente?".
Estos sentimientos de que no mereces ser feliz - la duda, la envidia, la lástima, la vergüenza... siguen siendo tus sentimientos y no puedes ignorarlos. Siéntelos plenamente y compréndelos, y entonces podrás afrontarlos.
5. Fomentar la autoestima
La baja autoestima puede ser tanto la causa como el efecto de la autocompasión, provocando un círculo vicioso del que parece no haber escapatoria. Puedes romper el ciclo eligiendo dejar de centrarte en lo negativo: las cosas malas que te han pasado y las malas opiniones que tienes de ti mismo.
Aceptándote a ti mismo es como empiezas fomentar la confianza en uno mismo. Es un proceso largo, día a día, pero cambiará por completo tu perspectiva y tu forma de vivir la vida.
6. Toma las riendas de tu vida
Sentir que la mala suerte te persigue es lo que te hace creer que tu vida no está bajo tu control. Aun así, debes decidir que sigues teniendo opciones. Siempre hay una opción, no importa lo mal que se pongan las cosas.
Puedes elegir cómo reaccionar: ¿te detienes o sigues adelante? En lugar de dejar que los sentimientos de autocompasión te detengan, trabaja para convertir tu lástima en compasión y motivación.
7. Deja de victimizarte
Cuando pasa algo malo, ¿lo aceptas sin más? Está bien no tener fuerzas para defenderse como uno quisiera, pero una cosa que nunca debes hacer es aceptar que las cosas te pasan porque sí. Esto es mentalidad de víctima y no hace más que hacerte sentir impotente y perdido.
Puede que tus circunstancias sean distintas de lo que te gustaría, pero tu vida es tuya y tienes el control sobre ella.
8. Asumir la responsabilidad
Cuando decides que ya está bien de que te pasen cosas, asumes responsabilidad personal por tu vida. Las cosas que pasan no determinan quién eres ni cómo debes vivir: tú eres el único que lo hace.
Asumir la responsabilidad significa dejar de culpar, esperar y aguantar. Significa empezar a hacer, cambiar y moverse. Es liberador, y una vez que elijas tomar tus propias decisiones y las respaldes, no volverás a revolcarte en la autocompasión.
9. Haz cosas que te den una sensación de logro
Para sentirse feliz, la gente necesita una sensación de alegría y de logro en su vida. Cuando no te sientes bien, ambas cosas pueden parecer un sueño lejano, pero puedes conseguirlo.
Empieza poco a poco y haz hoy algo bueno para ti que no hayas hecho ayer. Termina cualquier tarea, por fácil que sea, y por ahora, con eso basta. Hazlo todos los días hasta que sientas que puedes lograr más, y pronto, esas cosas buenas se convertirán en un hábito. Sigue adelante y avanza.
10. Haz cosas que te den alegría
Cómo levantar el ánimo cuando nada te da alegría? Cuando parezca que nada puede hacerte feliz, busca la chispa más pequeña. Encuentra la forma de sentir algún tipo de bienestar y hazlo con regularidad.
Puede que mimarte no te haga feliz, pero te hace sentir bien. Jugar con una mascota o un niño puede hacerte sonreír. Hablar con un ser querido, escuchar tu canción favorita, dar un paseo o cualquier cosa que parezca que debería hacerte feliz puede que no lo haga ahora mismo, pero sigue haciéndolas.
Aunque creas que estas pequeñas cosas no hacen nada, lo hacen: sólo tienes que permitirte sentirlo.
11. Ayudar a otras personas
Llamar a alguien menos afortunado no ayuda, porque para cada uno, su propia lucha es la más dura. Aún así, Ayudar a otras personas con sus problemas desplaza tu perspectiva de tus propios problemas.
Cuando haces cosas por los demás, sientes que formas parte de algo más grande que tú mismo. Hacer la vida de alguien un poco más fácil es una recompensa en sí misma, pero también te ayuda a sentirte conectado con los demás y a dejar de centrarte en ti mismo.
12. Afronta tus problemas de uno en uno
No puedes solucionar todo lo que te molesta de golpe y convertirte por arte de magia en una nueva versión de ti mismo. Las cosas, por desgracia, no funcionan así. Sin embargo, debes empezar por algún sitio.
Un problema menos significa más de lo que crees. Si te ocupas de lo que te molesta de uno en uno, la lista se acorta. Piénsalo así: dentro de un año, ¿quieres que las cosas estén igual o mejor?
13. Aprende a aceptar lo que no puedes cambiar
Ya sabes que debes desprenderte de las cosas, pero ¿cómo puedes hacerlo cuando aún sientes los efectos? Te dejas llevar haciendo todo lo posible por mejorar las cosas, entonces aceptar que hay cosas que no se pueden cambiar.
Esto no significa que debas ser complaciente y aceptarlo todo, sino que debes hacer lo mejor que puedas con lo que tienes y trabajar en las cosas que pueden ser diferentes.
14. Practicar la fortaleza
Reprimir tus sentimientos no es ser fuerte. Siente tu dolor, tu decepción, tu sensación de incapacidad, pero luego elige ser positivo: esto es qué significa ser fuerte.
Estar en contacto con tu mente y tus sentimientos, y luego hacer todo lo posible con lo que tienes es duro. Rendirse y sucumbir a la autocompasión es más fácil, pero duele más. Elige hoy hacer algo bueno con tu vida y mañana serás mejor. Cuanto más practiques, más fácil te resultará.
15. Entender qué es realmente la fuerza de voluntad
Las personas que consiguen algo que parece inalcanzable son elogiadas por su fuerza de voluntad, pero ¿sabes realmente lo que eso significa? La fuerza de voluntad no es ir en contra de lo que quieres, sino todo lo contrario: es encontrar la fuerza para hacer algo difícil porque lo deseas tanto.
Una vez que decidas que quieres dejar de revolcarte en la autocompasión y cambiar tu vida, podrás hacerlo. Cuando realmente quieres algo, hacer lo que sea para conseguirlo es fácil.
16. Reconocer el pensamiento negativo
Cuando tienes pensamientos negativos con regularidad, se convierten en parte de ti, y no te das cuenta de que eso es lo que son. Aprende a identificar los pensamientos negativos para poder frenarlos en seco.
Los pensamientos negativos aparecen en tu mente por sí solos e influyen en tu comportamiento. No son útiles y te frenan. Aprende a reconocerlos y a desafiarlos.
17. Encontrar un sentido de gratitud
La autocompasión puede ser autoindulgente. Hay un consuelo en la impotencia y en culpar al mundo que puede darte una sensación de validación, pero sólo te hace daño.
En lugar de centrarte en todo lo que ha ido mal, elige sentirte agradecido por las cosas buenas. Siempre hay algo que tienes que das por sentado.... Cuenta tus bendiciones y sé agradecido. Esta perspectiva positiva puede cambiar tu vida a mejor.
18. Aprender a adaptarse
¿Qué pasa con las cosas que no te gustan y no puedes cambiar? Una vez que las aceptas, debes aprender a trabajar con lo que tienes. Adaptarse a las circunstancias es la única forma de crecer.
Aferrarse a las cosas que te hacen infeliz sólo trae más infelicidad. Cuando eliges cómo reaccionar ante las cosas que te ocurren, las decepciones pueden convertirse en oportunidades.
19. Vivir el presente
Quedarse atascado en el pasado y darle vueltas a las cosas que pasaron sólo te frena. Elegir vivir el aquí y el ahora es lo que necesitas para seguir adelante. No dejes que el pasado te robe tu presente y tu futuro.
Practicar la atención plena para centrarse en el momento presente. Céntrate en las cosas que son, no en las que solían ser y en las que podrían ser.
20. Elegir avanzar
Si has repasado todos los consejos, habrás aprendido una cosa: tú haces tu propio camino. La vida no te sucede a ti, eres tú quien toma tus propias decisiones. Así que elige seguir adelante.
Acepta el cambio y date cuenta de que tienes el control. Sé amable y paciente contigo mismo, pero demuéstrate amor haciendo lo que es mejor para ti, y eso es decidir dejar de revolcarte en la autocompasión.
En resumen
Para dejar de revolcarte en la autocompasión y encontrar la validación que necesitas en otra parte, tienes que aprender a quererte a ti mismo y demostrar ese amor de todas las formas necesarias. Cuando amas a alguien, harás cosas que sean buenas para él, por difíciles y desagradables que sean.
Cuando sientas amor y compasión por ti mismo, comprenderás por qué la autocompasión sólo te hace daño y harás todo lo posible por seguir adelante.