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"¿Por qué no soy bueno en nada?" Lo eres, y he aquí por qué

"¿Por qué no soy bueno en nada?". Lo eres, y aquí tienes el porqué

Luchar contra la duda y sentirse inseguro sobre el lugar que uno ocupa en el mundo puede ser un círculo vicioso. Cuanto más lo haces, más se convierte en realidad. Esto ocurre porque los pensamientos negativos hacen que dejes de creer en ti mismo y de trabajar en tu superación personal.

Ideas como "¿Por qué no soy bueno en nada?" son una de esas profecías autocumplidas. Cuando crees algo así -que es innegablemente falso- con el tiempo, se convierte en verdad porque te rindes contigo mismo.

Por eso es importante cambiar de mentalidad lo antes posible. A veces la gente tiene una idea equivocada de lo que significa ser bueno en algo, lo que puede resultar confuso y desalentador.

A continuación te explicamos por qué estos pensamientos son tan comunes y qué puedes hacer para deshacerte de ellos y, de paso, mejorar mucho.

"¿Por qué no soy bueno en nada?" Porque Tú Lo Crees

Afirmar cosas como "no sirvo para nada" puede desanimarte rápidamente. Por suerte, puedes desacreditar fácilmente esta forma de pensar haciéndote algunas preguntas.

- ¿Lo has probado todo? Claro que no. Nadie lo ha hecho y nunca lo hará. Empezar con una pregunta tan obvia como ésta puede parecer una tontería, pero puede darte algo de optimismo y esperanza. Quizá haya algo esperando a la vuelta de la esquina. Siga leyendo para descubrir qué.

- ¿Cómo puedes estar seguro de que no eres bueno en nada? Quizá la escala con la que te calificas es más estricta de lo que debería y te lo estás poniendo difícil. A lo mejor ni siquiera lo has intentado. ¿De verdad puedes ser objetivo y decir esto con 100% de confianza?

- ¿Qué significa ser bueno? Por ejemplo, ser bueno cocinando puede significar que eres capaz de alimentarte todos los días o que eres un chef profesional. ¿Cuál de estas opciones es para ti?

Razones por las que crees que no eres bueno en nada

Hay muchas razones por las que tienes estas creencias. Sus rasgos de personalidad pueden hacerle propenso a ser excesivamente autocrítico, o puede derivarse de su educación y experiencias vitales.

Suele ser una combinación de los tres lo que te hace sentir que no eres suficiente.

Reconocer de dónde procede esta forma de pensar puede ayudar a afrontarla más fácilmente. Tenga en cuenta que todas estas causas están interrelacionadas y que no hay una única razón.

1. 1. Baja autoestima

Dos de los principales culpables de estos pensamientos son la baja autoestima y el perfeccionismo. Suelen trabajar en tándem para hacerte sentir que, hagas lo que hagas, nunca serás suficiente.

La autoestima es la forma en que uno se percibe a sí mismo y juzga su propio valor. Se trata de reconocer tu valor personal, tu importancia y tu autoestima, así como de respetarte a ti mismo.

Un nivel saludable de autoestima te permite apreciarte independientemente de lo que puedas hacer. Cuando tu autoestima es baja, dudas de ti mismo y de tu valía. Provoca creencias limitadoras de lo que es posible conseguir.

A menos que reconozcas la baja autoestima y te esfuerces por combatirla, puede provocar una espiral descendente de ansiedad y depresión. Si no se controla, puede llevar a alejarse de los retos y de la vida social, lo que reduce aún más la autoestima.

2. Perfeccionismo

Perfeccionismo significa buscar la perfección en todo lo que se hace y ser crítico con uno mismo. Lleva a pensar en todo o nada: a menos que algo sea perfecto, carece de valor.

Esto nos lleva a rehuir cosas en las que suponemos que no seremos buenos de inmediato, porque no vemos el sentido de hacer algo si no es perfecto. El concepto de "suficientemente bueno" no existe para ti.

A menudo, esta presión autoimpuesta se traduce en procrastinación, parálisis e incapacidad para pasar a la acción. Cuando eres perfeccionista, te sientes abrumado e intimidado por todo aquello de lo que no estás seguro.

Como te exiges a ti mismo un nivel de perfección tan alto para las cosas que te gusta hacer, poco a poco empiezas a perder la alegría que sentías. Probablemente nunca juzgarías a tus compañeros de trabajo o a los miembros de tu familia tan duramente como te juzgas a ti mismo.

3. Educación

El acoso y el abuso conducen a una baja autoestima. Que te menosprecien por cómo eras y con qué disfrutabas de pequeño te lleva a dudar de ti mismo y a rechazar tu propia personalidad e intereses.

Las primeras experiencias negativas te enseñan a avergonzarte de ti mismo y de tus sentimientos y a restar importancia a tus logros y habilidades. Si alguien que no haya pasado por estas experiencias tuviera tus habilidades, se consideraría un "gato de todos los oficios".

Si de niño estaba sobreprotegido y sus seres queridos lo hacían todo por usted, es posible que esto le haya provocado sentimientos de inadecuación y dudas sobre sus capacidades.

Las razones psicológicas por las que actuamos de determinada manera son complejas. A veces los problemas de salud mental nos impiden avanzar, y A veces nuestras creencias están tan arraigadas que ni siquiera las consideramos un problema.

4. Experiencia

Tu experiencia vital hasta el momento afecta en gran medida a tu confianza en ti mismo. Si recuerdas con más facilidad tus fracasos en tu trayectoria profesional que tus éxitos pasados, eso te va a frenar.

Lo que a menudo no tenemos en cuenta es que desde la primera vez que fracasamos en algo, empezamos a aprender. Un fallo te enseña más rápido que un acierto instantáneo, pero nuestro deseo de éxito inmediato nos desanima.

El miedo a los fracasos del pasado puede hacer que te rindas incluso antes de empezar. Te lleva a perder la motivación cuando no estás contento con los resultados en lugar de perseverar y mejorar.

Provoca el pensamiento erróneo de que si fracasaste una vez, volverás a fracasar. En lugar de preguntarte: "¿Cómo puedo aprovechar mis errores para aprender?", te preguntas: "¿Por qué no soy bueno en nada?".

5. Autoconversación negativa

- "No tengo ningún talento".

- "No tiene sentido intentar algo si voy a fracasar de todos modos".

- "Nadie se preocupa por mí".

- "No soy interesante".

- "Todos menos yo tienen éxito".

¿Te suenan algunas de ellas? Esto es sólo una pequeña muestra de las cosas que nos decimos a nosotros mismos y que nos desaniman. Pensamientos como estos pueden ocuparte y permanecer en tu mente durante mucho tiempo.

La autoconversación negativa no es la realidad, pero cuanto más la dices, más empiezas a creértela. Y una vez que crees algo, actúas como si fuera verdad. Así que si crees que no eres bueno en algo, ¿por qué hacerlo?

La única forma de combatirlo es cambiar los pensamientos negativos por otros más positivos. Cada vez que pienses en algo que te desanime, busca un contraargumento y repítelo.

Cuando pienses: "No soy interesante", hazte a la idea de tres cosas interesantes sobre ti. Si no se le ocurren tres, empiece con una, pero asegúrese de luchar contra los pensamientos negativos .

¿Está bien no ser bueno?

Se te dan bien las cosas, y hablaremos de ello más adelante, pero es importante que sepas que no hace falta ser bueno para llevar una vida feliz y llena de sentido.

Propósito de vida

Nos enseñan que encontrar tu propósito o reconocer tu sueño es necesario si quieres llevar una vida plena. Esto pretende inspirarte para que superes la mediocridad, dejes de ser ordinario y te conviertas en alguien excepcional.

Algunas personas miden su felicidad en función de sus logros, están convencidas de su propósito y dedican toda su energía a cumplirlo.. Tienen una idea clara de lo que quieren conseguir y de cómo lograrlo.

Si significa ser alguien rico, alguien con su propia página en Wikipedia o alguien que tiene un profundo impacto en el mundo depende de la persona, pero significa que tienen un objetivo y se esfuerzan por alcanzarlo.

Sin embargo, no todo el mundo quiere vivir así, y no pasa nada.

La vida ordinaria

Por otro lado, algunas personas encuentran su felicidad en las pequeñas cosas y en los momentos cotidianos. No todo el mundo tiene que tener un propósito o un sueño, pero su vida sigue teniendo sentido. Puedes ser feliz siendo simplemente un ser humano.

Tal vez intentaste buscar el propósito de tu vida pero no encontraste nada a lo que estuvieras dispuesto a dedicarte. Probar algo que no es para ti y seguir adelante no significa rendirse.

Si los logros te dan felicidad, puedes vivir para perseguirlos, pero si sólo te presionan, no tienes por qué hacerlo. Nos han hecho creer que hay que tener un cierto nivel de habilidad en todo lo que hacemos, y eso no es cierto.

Las actividades humanas normales, como el arte, el canto, la escritura y otras formas de expresarnos, son naturales y necesarias. Y, sin embargo, en la infancia se nos dice que debemos ser excepcionalmente buenos para hacerlas.

No tener un nivel experto en saber hacer algo no significa que no puedas tener intereses, habilidades y disfrutar de las cosas que haces durante toda tu vida.

¿Qué cosas se le dan bien?

Ser bueno en algo hace pensar en tener talento en algo obvio y saber hacerlo. Cuando se busca trabajo, se aprende que estas capacidades mensurables se llaman habilidades duras.

Son cosas como saber hablar un idioma extranjero, conducir, utilizar determinados programas informáticos o tener aptitudes específicas para una carrera. Son enseñables y pueden aprenderse con esfuerzo.

Por otro lado, están las habilidades blandas. Cuando no estás escribiendo un currículum, se llaman rasgos de personalidad.

Los coaches de vida o de carrera pueden ayudar a desarrollar estas habilidades, pero sobre todo son algo con lo que se nace o que se adquiere a través de la experiencia durante un largo periodo de tiempo. Son complicados, si no imposibles, de enseñar.

Las competencias interpersonales implican inteligencia emocional. Tienen un gran impacto en nuestra vida cotidiana, y algunos están muy solicitados en el mercado laboral. Pensar en las cualidades de la personalidad como habilidades puede cambiar la vida.

Estas son las cosas en las que puedes ser bueno sin ser consciente de ello. Rara vez pensamos en ellas como habilidades en la vida cotidiana, pero eso es lo que son.

No es una lista completa, pero puedes hacerte una idea. La próxima vez que solicites un empleo, menciona algunas de estas habilidades si las tienes:

- Comunicación

- Creatividad

- Persuasión

- Pensamiento crítico

- Colaboración

- Adaptabilidad

- Inteligencia emocional

- Empatía

- Organización

¿Qué puedes hacer para mejorar?

En una sola frase, se podría decir que la manera de ser mejor en las cosas es invertir tiempo y esfuerzo en algo que te apasione.

Dicho así, este proceso suena abstracto e imposible. Sin embargo, cuando lo dividamos en pasos y veamos lo que significa todo esto, pondremos las cosas en perspectiva: verá que es manejable y algo que esperar.

1. Tener confianza

Puede parecer sorprendente que la confianza encabece la lista. Al fin y al cabo, esperas ganar confianza al llegar a ser bueno en algo, no es que la necesites ni siquiera para empezar. La confianza es la clave del éxito en lo que quieres conseguir.

La razón es que la falta de confianza es lo que te impide tomar medidas para mejorar. No necesitas creer en ti mismo 100% para empezar a trabajar en ti mismo, pero necesitas tener al menos la suficiente fe en ti mismo para creer que es posible.

Dejar de hablar negativamente de uno mismo

Ya hemos mencionado cómo la autoconversación negativa -los insultos que te dices a ti mismo- te impide creer en ti mismo y trabajar en tu desarrollo personal.

Esto mejora lentamente a medida que consigues cosas que demuestran que tus creencias negativas son erróneas, pero tienes que aprender a callarlas en cuanto aparecen. Con suficiente práctica en ignorar estos pensamientos, empezarás a creer en tu autoestima.

Tu percepción de ti mismo y de la realidad son diferentes. Tu crítico interior puede estar inspirado en alguien de nuestro pasado que nos juzgaba en exceso, o puede ser la voz de tu ansiedad.

En cualquier caso, superar estas creencias autolimitantes es posible cuando decides que no quieres seguir escuchándolas. Simplemente niégate a creerles, y cada vez será un poco más fácil.

Deja de compararte con los demás

La presión social puede ser la causa de la ansiedad. Mucha gente vive de acuerdo con algunos hitos prescritos de cómo se supone que debe transcurrir la vidavan a la universidad después del bachillerato, consiguen inmediatamente una carrera, se casan y tienen hijos.

Cuando esto no funciona, aparecen las dudas y la preocupación por no alcanzar todo el potencial. Cuando te comparas con los demás, sientes que te pasa algo.

Tener algunas dudas es normal, pero recuerda que el fracaso y el éxito sirven para aprender. La vida es algo más que el éxito.

Las cosas que la gente te cuenta sobre su vida nunca son la historia completa. No ves la lucha que hay detrás. La gente no quiere admitir sus fracasos y sólo habla de sus logros.

Esto es especialmente frecuente en las redes sociales. Las fotos perfectas no muestran todos los intentos fallidos, e incluso las que se publican están filtradas.

2. Estar interesado

Es absolutamente necesario cierto interés inicial para empezar a trabajar en algo. Ni siquiera el progreso es suficiente si no te gustan tus habilidades. Sin embargo, no utilices la falta de interés como excusa. Es más fácil rendirse que intentarlo.

Falta de interés

¿Alguna vez te has esforzado mucho en algo, pero nunca has podido mejorarlo? Si le ha ocurrido esto, seguro que es algo que te obligaron a hacer o que tuviste que hacer por alguna razón, como que tus padres te obliguen a aprender a tocar el piano.

Mi primer consejo es que si lo odias, no lo hagas, sea lo que sea. Odiar algo que haces te llevará a rendirte y a autodesprecio.

Busca otra cosa, o si es algo necesario por alguna razón, encuentra la forma de que te guste de alguna manera. Por ejemplo, puedes interesarte por una habilidad si es algo que puede ser muy útil.

Fomentar el interés

Piensa en algo que te guste hacer, no importa si se te da bien o no, y piensa qué es lo que te gusta de él. Por ejemplo, si le gustan los videojuegos, ¿por qué los elige en lugar de otro tipo de entretenimiento?

Las posibles razones pueden ser que te guste el descanso activo, que disfrutes resolviendo problemas, que te guste avanzar al siguiente nivel, etc. ¿Qué otras actividades tienen esas cualidades?

Examinando lo que ya le gusta hacer, puede averiguar qué otras cosas podrían interesarle y, lo que es más importante, qué nuevas habilidades y nuevas aficiones para las que puedas tener aptitudes.

3. Actuar

Ahora que ya sabes lo que te interesa, es hora de empezar. Sólo hay un paso: la acción. Hazlo. Eso es todo. No analizar en exceso y tratar de hacerlo perfectamente. Simplemente preséntate y sigue adelante. No tienes que disfrutar de cada momento.

¿Cómo encuentras la motivación? No la encuentras. La motivación viene después, no antes de la acción. Los resultados te hacen seguir adelante, no un deseo abstracto de conseguir algo.

A medida que lo hagas, mejorarás y querrás seguir haciéndolo, y es imposible no mejorar. Lo mejor es que veamos un ejemplo.

Decisión

Digamos que has decidido que quieres empezar a hacer ejercicio. Es algo a lo que la gente suele renunciar. Los que no llegan a amarla. ¿Cómo te conviertes en el segundo tipo de persona?

En primer lugar, tienes que elegir un tipo de actividad física que al menos no odies. Lo mejor, por supuesto, es que te guste, pero basta con que no te pases todo el tiempo haciendo ejercicio esperando a que termine.

Coherencia

Ahora que sabes lo que haces, sólo tienes que aparecer. Ser constante lo es todo. Ten un plan y cúmplelo.

Si has decidido ir al gimnasio tres veces por semana, eso es lo que debes hacer. Una excusa se convierte en otra, y así es como la gente abandona. Es mejor presentarse y tener un entrenamiento de segunda categoría que no presentarse.

La coherencia crea hábitos. Cuando ir al gimnasio se convierta en algo que haces y no en algo que tienes que obligarte a hacer, sabrás que vas por el buen camino.

Esfuerzo

Tienes que esforzarte en algo en lo que quieres mejorar. Esto significa que debes hacer todo lo posible. Tal vez lo que puedes hacer cuando sólo empiezas a hacer algo parece nada, pero en ese momento, es lo mejor que puedes hacer.

Ya hemos dicho que compararse con los demás sólo provoca ansiedad. Los resultados de los demás pueden inspirarte, pero si notas que sientes envidia y desánimo, debes dejar de pensar en los demás.

Basta con esforzarse al máximo y, a medida que se avanza, lo que parecía inalcanzable en un momento dado se convierte en demasiado fácil. Habrá días en los que lo mejor de ti no será tan bueno y días en los que te sorprenderás a ti mismo.

Ahora viene la parte divertida.

4. Tener pasión

A menudo pensamos que la única pasión es algo con lo que nacemos. El sueño de la infancia que encontraste a los cinco años y los deseos de toda la vida que siempre llevas contigo.

Este tipo de pasión es algo que te inspira y te hace perderte en tu propio mundo. Te ayuda a identificar pronto tus intereses y aptitudes y a elegir la dirección de tu propia vida.

Sin embargo, no es el único tipo de pasión.

Pasión por el esfuerzo

La pasión también puede desarrollarse haciendo algo constantemente y viendo los resultados de tu trabajo. De este modo, tus propios actos son los que te inspiran.

Como hemos dicho, actuar con regularidad hasta que se convierta en un hábito siempre da resultados. No mejorar es imposible si dedicas regularmente todo tu esfuerzo a algo en lo que quieres ser bueno.

Volviendo al ejemplo del entrenamiento, si corres tres veces por semana durante varios meses y das lo mejor de ti mismo, tu velocidad, resistencia y salud mejorarán. No hay otra posibilidad.

Durante ese tiempo, desarrollarás una pasión por correr. La práctica te dará entusiasmo. Los resultados te darán pasión. Serás una de esas personas a las que todo el mundo mira y dice: "Oh, para ti es fácil porque realmente te gusta correr".

5. Comprometerse

La habilidad es 99% de trabajo y 1% de talento. El talento puede hacer que sea algo más fácil mejorar, pero nadie mejora sin trabajo. El mejor cantante o atleta no es el que tiene más talento, sino el que mejor practica.

La impaciencia por ser inmediatamente bueno en algo es perjudicial para mejorar. Llegar a ser experto en algo requiere tiempo, persistencia y paciencia.

Si realmente quieres ser bueno en algo, tienes que comprometerte a hacerlo con regularidad y lo mejor que puedas. Hay que perseverar y no rendirse cuando se pone difícil o cuando deja de ser nuevo y emocionante.

Sigue adelante aunque fracases al principio. Aprenderás mucho sobre ti mismo y descubrirás dónde reside realmente tu talento. Algo que te gusta hacer puede convertirse en algo que no te gusta o en algo que te encanta. Algo que tú puedes hacer puede convertirse en algo que sólo tú puedes hacer.

6. Escuchar

El último paso es hacer de tu entorno un buen lugar para tu nuevo progreso y motivación.

Trabajaste tu confianza antes de empezar, y sólo mejoraste en ella a medida que mejorabas en tus habilidades. Pero también es importante rodearse de gente que te apoye, te anime y celebre tus éxitos.

Evita a las personas que te menosprecian y te hacen sentir inútil y sin talento. Son incluso más tóxicas que tu crítico interior. Tendemos a creer más fácilmente las malas opiniones de la gente sobre nosotros que las buenas.

Aprender a aceptar cumplidosy no escuches a la gente envidiosa, antipática y maleducada.

No rechazar los cumplidos te parecerá falso al principio porque no crees que la otra persona lo diga en serio. Si sigues así, empezarás a creértelos y a pensar en ti de la misma forma que te perciben los demás.

La práctica hace al maestro

Preguntaste: "¿Por qué no soy bueno en nada?". La verdad es que tienes muchas cosas que se te dan bien, pero son tan normales para ti que ni siquiera te das cuenta de que son tus puntos fuertes.

Aunque no fueras bueno en nada, no pasa nada. La vida de las personas no se valora por las cosas que pueden hacer, sino por el tipo de personas que son.

Si quieres mejorar en una habilidad concreta, hay pasos que puedes dar para conseguirlo. Requiere esfuerzo, tiempo y compromiso, pero es más que posible tener éxito.