Si alguna vez te has preguntado por qué siempre te decantas por el mismo tipo de persona y haces las mismas cosas en las relaciones, puede que tenga algo que ver con tu estilo de apego.
Los estilos de apego son una teoría psicológica que describe cómo sienten y actúan las personas en las relaciones. Desarrollado originalmente para examinar las relaciones de los niños con sus padres, su ámbito de aplicación se amplió para describir los patrones de apego en las relaciones románticas.
Hay cuatro tipos de fijación. El apego seguro es capaz de mantener relaciones emocionalmente sanas, mientras que las personas con uno de los tres estilos inseguros experimentan problemas.
Nos centraremos en el estilo de apego displicente y examinaremos los rasgos displicentes-evitativos y su efecto en las relaciones.
¿Qué son los rasgos de rechazo-evitación?
Las personas evasivas temen la intimidad y la afrontan de un modo que puede resumirse en una frase: "No necesito a nadie". En realidad, temen que les hagan daño.
Afirman que consideran las emociones una debilidad y valoran la independencia, pero, en realidad, es un mecanismo de supervivencia desarrollado como respuesta a su baja autoestima.
Hay una serie de rasgos despectivos-evitativos que se basan en estas creencias.
- Autosuficiencia.
Sienten que son capaces de cubrir sus propias necesidades y, por tanto, no necesitan que nadie cuide de ellos. En los momentos difíciles, se aíslan y afrontan los problemas por su cuenta. No son conscientes de que temen que a sus seres queridos no les importe.
- Independencia.
Prefieren actuar por su cuenta sin la intervención de otras personas y hacer lo que eligen. Se centran en sus propias necesidades. Debido a su miedo al fracaso, consideran que ser dependiente es una debilidad. Sabotean sus relaciones para mantener su independencia.
- Problemas de intimidad.
Son emocionalmente distantes y no quieren conectar con los demás. Evitan mostrar vulnerabilidad y no buscan afecto. Prefieren las relaciones casuales y no prestan atención a las necesidades de su pareja. No saben cómo superar su miedo a la intimidad, así que lo gestionan evitándola.
- Distancia.
Se retiran cuando otros intentan acercarse. Si su pareja les muestra afecto, sienten que la otra persona está necesitada. Cuando alguien se acerca a ellos, y sienten que el apego es posible, se alejan ya que aún temen el rechazo.
- Evitar las emociones.
A veces experimentan emociones muy profundas, que les incomodan, por lo que tienden a ocultarlas. Prefieren lamentarse a solas que quejarse de sus problemas. Los sentimientos de los demás les incomodan.
- Indiferencia hacia las relaciones.
Las personas evasivas no buscan relaciones afectivas estrechas. Les atrae personas que no están disponibles de alguna manera. No les gusta que las relaciones románticas sean importantes en sus vidas y tienden a dar prioridad a cualquier otra cosa.
- Miedo al compromiso.
Una persona evitativa puede parecer que no quiere comprometerse, pero en realidad el compromiso supone una responsabilidad tan grande que se siente abrumada. No son conscientes de la necesidad emocional de apego y, cuando la sienten, la niegan o la interpretan como otra cosa.
- Aversión a las relaciones íntimas.
En una relación, no aprecian a su pareja porque no creen que sea posible una relación satisfactoria. Buscan cualquier defecto en su pareja como un excusa para romper cuando empiezan a acercarse.
- Problemas de comunicación.
Cuando se enfrentan a un tema desencadenante, les resulta casi imposible hablar de sus sentimientos. Se apartan o ignoran los temas desagradables.
- Suprimir los recuerdos negativos.
A las personas evasivas no les gusta recordar el pasado porque tienen miedo de lo que se van a encontrar. Quieren mantenerse a salvo tras el muro de autosuficiencia que construyeron para protegerse.
¿Qué es la teoría del apego?
Antes de profundizar en los rasgos displicentes-evitativos, veamos qué estilos de fijación en primer lugar.
La teoría del apego es una teoría psicológica sobre las relaciones humanas. Fue desarrollado por el psiquiatra John Bowlby para examinar el apego de los bebés a sus cuidadores.
Los niños pequeños que sienten que los adultos que se ocupan de ellos están disponibles si los necesitan interactúan con los demás libremente. Los niños que no sienten que pueden confiar en sus padres hacen todo lo posible por llamar su atención.
La psicóloga del desarrollo Mary Ainsworth observó el comportamiento de los niños pequeños cuando se separaban de sus cuidadores y lo clasificó en distintos patrones de apego: seguro, evitativo y estilo de apego ansiosoque se clasificarán más adelante.
Actualmente, la siguiente es la clasificación aceptada de los patrones de apego:
- FIJACIÓN SEGURA. Los niños adquieren un apego seguro si desarrollan una relación estrecha con un cuidador. Confían en que satisfarán sus necesidades y responderán a los comportamientos de apego que manifiesten.
- APEGO ANSIOSO-AMBIVALENTE. Este patrón relacional se desarrolla cuando el niño no está seguro de si su cuidador responderá a sus necesidades. Reaccionan con ira o pasividad como forma de influir en la interacción.
- APEGO ANSIOSO-EVITATIVO/DISMISIVO-EVITATIVO. El niño evita o ignora a su cuidador, pero en realidad está disimulando su angustia. El estilo de apego despectivo se desarrolla cuando el niño experimenta un rechazo constante y sus cuidadores no satisfacen sus necesidades.
- APEGO DESORGANIZADO/DESORIENTADO. Los padres que son simultáneamente una fuente de miedo y de consuelo confunden al niño, y se desarrolla un apego desorganizado. Los niños no muestran ningún comportamiento de apego específico, sino una combinación de comportamientos.
Estilos de apego adulto
Cindy Hazan y Phillip Shaver ampliaron la investigación a las relaciones románticas adultas y concluyeron que los adultos también presentan diferencias en sus relaciones. El apego a la pareja romántica se exhibe como uno de los cuatro estilos de apego adulto.
Los adultos que desarrollan el tipo de apego seguro tienden a tener una actitud más sana hacia las relaciones que los que tienen uno de los estilos de apego inseguro.
Los estilos de apego afectan tanto a la elección de pareja de una persona como a su comportamiento cuando está en una relación.
Las personas con estilos de apego inseguros tienden a elegir parejas cuyo estilo de apego se ajuste a sus creencias sobre las relaciones y, cuando están en una relación, buscan pruebas que refuercen esas creencias.
En general, se ha observado que las personas que creen que el amor romántico es duradero suelen tener un apego seguro, mientras que otros estilos parecen tener dudas.
1. Estilo de fijación seguro
Las personas con un estilo de apego seguro manejan sus sentimientos adecuadamente. Se sienten cómodas expresándolos y establecen fácilmente vínculos con sus parejas. Son capaces de expresar sus necesidades y establecer relaciones sanas.
2. Estilos de apego inseguro
- Ansioso-preocupado
Adultos con estilo de apego ansioso-preocupado tienen baja autoestima y buscan validación en las relaciones. Les preocupa no ser lo suficientemente buenos para sus parejas y experimentan miedo al abandono.. Pueden volverse pegajosos y dependientes.
- Despectivo-evitativo
Un estilo de apego desdeñoso-evasivo en adultos les hace parecer emocionalmente autosuficientes. Enmascaran una baja autoestima con una visión positiva de sí mismos. Evitan la intimidad emocional y la cercanía y no quieren depender de los demás.
- Temeroso-evasivo
Las personas con estilo de apego temeroso-evasivo son inestables en sus relaciones con los demás. Desean intimidad, pero les cuesta desarrollar vínculos afectivos fuertes por miedo a salir heridos.
¿Cuáles son las raíces del estilo de apego despectivo-evitativo?
A primera vista, los adultos evasivos parecen independientes y tienen una autoestima alta. Tienen dificultades para establecer relaciones afectivas estrechas y son críticos con sus parejas. En el fondo, hay miedo.
Causas
Una de las causas subyacentes del estilo de apego despectivo-evitativo es haber sido criado por padres poco fiables que le enseñaron a no confiar en nadie y a no mostrar sus sentimientos.
Los patrones de apego desarrollados en la primera infancia afectan a las relaciones en la edad adultaPero antes de culpar de todo a tus padres, es importante tener en cuenta que hay algo más.
Los cuidadores poco fiables son sólo una de las posibles causas del estilo displicente-evasivo. Otras experiencias, además de la relación con los padres de pequeño, pueden influir en los estilos de apego de los adultos.
Por ejemplo, una relación fallida en una etapa temprana de la vida podría ser una de las razones por las que una persona evitativa no tiene fe en las relaciones. Se sentían heridos y traicionados, lo que les provocaba inseguridad y baja autoestima.
Efectos
Detrás de todos los rasgos despectivos-evitativos, en el núcleo de este estilo de apego está la baja autoestima. El evitativo se siente indigno de amor hasta tal punto que cree que le es imposible.
Para hacer frente a esos sentimientos, el evitador desarrolla un miedo a la intimidad y una necesidad excesiva de independencia. Incluso cuando entran en una relación, no se encariñan.
La intimidad les hace sentirse atrapados, por lo que ante cualquier signo de apego, se distancian de su pareja haciendo deliberadamente cosas que podrían herirles y separarles. Sabotean la relación para evitar la cercanía emocional.
No son conscientes de que la causa de que eviten las relaciones significativas es su miedo a la intimidad.
¿Cuáles son los signos del apego evitativo?
Los signos del estilo de apego evitativo-despectivo pueden observarse en muchos aspectos de la vida de una persona, no sólo en las relaciones románticas. Si sospechas que tú o un ser querido podríais ser una persona evitativa, la siguiente lista podría ayudarte a asegurarte.
1. Lo hacen todo solos
Su extrema independencia significa que no necesitan ayuda en la mayoría de las situaciones. Su rechazo no tiene tanto que ver con la confianza en sus propias capacidades como con la falta de confianza en las personas, especialmente cuando se trata de apoyo emocional.
2. Insisten en la libertad
Les gusta que les dejen solos para tomar sus propias decisiones y cuidar de sí mismos porque no creen que nadie vaya a hacerlo, aunque se lo ofrezcan. Por este motivo, se centran en sí mismos y dan prioridad a la libertad frente a las relaciones.
3. No confían en los demás
Desprecian a las personas que muestran sus emociones porque creen que es una debilidad. No confían en otras personas y no permiten que nadie confíe en ellos. Debido a su miedo a que la cercanía les haga daño, no confían en que otra persona no lo haga.
4. Evitan hablar de asuntos emocionales
Prefieren las conversaciones triviales a las significativas porque son más seguras. Temen la posibilidad de preguntas difíciles o consejos no solicitados. Aunque quisieran, son incapaces de encontrar el lenguaje para hablar de lo que sienten. Por ejemplo, si echan de menos a alguienno hablarán de esa persona.
5. Siempre están ocupados
La razón por la que siempre están ocupados es porque se obligan a estarlo. No saben cómo manejar sus sentimientos, así que inventan situaciones que pueden utilizar como excusas para evitar a su pareja.. Sobre todo si se sienten especialmente vulnerables e incapaces de manejarlo.
6. No soportan las críticas
Debido a que su crítico interior es tan ruidoso, un individuo evitativo es frágil cuando se trata de críticas externas. Se enfadan si reciben cualquier tipo de crítica y reaccionan de forma exagerada porque la crítica no es más que la confirmación de cosas que ya creen en el fondo.
7. No hacen amigos fácilmente
Las personas que muestran rasgos de rechazo-evitación tienen problemas para entablar todo tipo de relaciones, no sólo románticas. La amistad requiere abrirse y compartirse y, para ellos, esto supone un riesgo igual de grande que conectar con una pareja.
8. No les gusta la proximidad física
Del mismo modo que evitan la cercanía emocional, las personas con un estilo de apego evitativo-despectivo prefieren que no las toquen. Significa cercanía y les incomoda, por lo que una persona evitativa busca cualquier forma de estar separada de otras personas.
9. Su pareja parece demasiado apegada
Consideran a su pareja demasiado pegajosa si muestra emociones o expresa sus necesidades. Como no se permiten hacer lo mismo, son críticos y creen que la más mínima muestra de emociones es demasiado.
10. Nunca han estado enamorados
A los adultos evitativos les cuesta confiar en nadie porque temen ser juzgados. No muestran sus sentimientos por miedo al compromiso emocional.. Evitar la vulnerabilidad y la conexión y su falta de confianza hacen que enamorarse sea casi imposible.
¿Cuáles son las diferencias entre un evasivo negligente y un narcisista?
En estilo de apego despectivo-evitativo es común en los narcisistas, no son la misma cosa.
El narcisismo es un trastorno de la personalidad caracterizado por una imagen exagerada de sí mismo y una falta de empatía. Los narcisistas tienden a ser arrogantes, tienen un sentido de la grandiosidad y buscan constantemente la admiración.
Las personas con un estilo de apego despectivo-evitativo viven con miedo a que les hagan daño. Evitan a la gente para, en última instancia, evitar el rechazo. Narcisistas necesitan admiración, y su miedo es no conseguirla.
Ambos tienen baja autoestima. Las personas evasivas se sienten inadecuadas, mientras que los narcisistas se sienten decepcionados por no ser la persona perfecta que imaginan ser.
¿Cómo se puede ayudar a una persona evasiva?
Una persona que muestra rasgos despectivos-evitativos en primer lugar necesita querer ayuda. El primer paso es la terapia, y para que funcione, la persona que necesita ayuda tiene que estar dispuesta a someterse a ella.
La terapia es dura incluso para las personas que están mucho mejor adaptadas, y para alguien que se siente inadecuado, evita sus sentimientos y huye de hablar de ellos, puede ser muy difícil. No obstante, un terapeuta experimentado puede ayudar.
Si hay voluntad de cambio y disposición para trabajar en tu salud mental, es posible influir conscientemente en cómo reaccionas ante tus sentimientos y los de los demás. Puedes aprender a aceptarte como alguien digno de amor.