Piensa en la persona más amable, simpática e interesante que conozcas, y puedes estar seguro de que todavía hay alguien ahí fuera que la odia. Siempre que te preguntes: "¿Por qué no caigo bien a la gente?", recuerda que no hay nadie que no tenga su propia cuota de desaprobación.
Sentir que caes peor que los demás puede ser sólo eso, una sensación, y la realidad es que caes tan bien y tan mal como los demás.
Los que no te quieren pueden sentirse así por razones ajenas a ti. No hay nada que puedas hacer al respecto, excepto aceptarlo, dejarlo ir y encontrar nuevos amigos.
Por otro lado, a veces eres tú. La forma en que actúas y cómo te perciben los demás puede hacer que no les gustes. La buena noticia es que, si estás dispuesto a trabajar en ello, es algo que se puede cambiar.
¿Por qué no le gusto a la gente? ¿Soy yo o son ellos?
Es humano querer gustar a la gente. Anhelas aceptación y pertenencia y, sin ellas, tu bienestar se resiente. Sentirse poco querido significa que una de tus necesidades humanas básicas no está satisfecha.
Creer que no le gustas a nadie es perjudicial para tu salud mental y causa baja autoestima. Si a menudo tienes pensamientos como "¿Por qué no le gusto a la gente?", podría significar que ya estás sintiendo las consecuencias de esto.
¿Qué puedes hacer? En primer lugar, necesitas ser consciente de ti mismo. Sé sincero contigo mismo sobre por qué puedes no gustar a la gente.. Si no lo sabes, presta más atención a tu comportamiento y a cómo son los demás a tu alrededor.
Hay dos razones por las que puedes caerle mal a la gente: por sus propios problemas y por cómo la tratas.
Cuando no le gustas a la gente por sus propios problemas
Cuando le caes mal a la gente por algo que no tiene nada que ver contigo, ese es realmente su problema. En ese caso, lo único que puedes hacer es seguir adelante.
Aceptar que no se puede caer bien a todo el mundo viene con el tiempo y la experiencia. Al final aprendes qué opiniones son importantes y te centras en mejorar tus relaciones con ellas. La gente a la que no le gustas por motivos personales no importa.
Estas son algunas de las razones personales por las que no le caes bien a la gente.
- Vienen de entornos diferentes.
Algunas personas simplemente no pueden encontrar cosas que les gusten de alguien que es demasiado diferente a ellos. Puede que tengan prejuicios o simplemente les falte experiencia con personas que no son como ellos. No te ven como una persona, sino como alguien que es 'otro'.
Pueden cambiar, pero realmente no es tu trabajo hacerles ver la luz a menos que seas muy paciente y quieras allanar el camino a otros que entren en contacto con ellos después de ti.
Estas situaciones se dan con miembros de la familia, compañeros de colegio, compañeros de trabajo y personas con las que tienes que relacionarte en general y con las que quizá no lo harías si pudieras elegir.
- Algo en ti los desencadena.
Cuando algo de ti le recuerda a una persona cosas de sí misma que no le gustan o cosas que quiere ser y no es, puede desencadenar una reacción negativa. Les molestas a un nivel profundo, y probablemente ni siquiera saben por qué.
Puede que tengas rasgos de personalidad que ellos odian o quieren para sí mismos, así que cada vez que te ven, se lo recuerdan. Puede ser algo grande o algo completamente insignificante.
Alguien así puede cambiar si aprende a quererse a sí mismo.
- Quieren algo de ti que no pueden conseguir.
Cuando alguien te envidia, suele expresarlo como odio. Alguien que quiere tener tu éxito, tu aspecto o tu personalidad puede sentir un profundo resentimiento hacia ti aunque no le hayas hecho nada directamente.
Esto también ocurre cuando quieren que actúes de una determinada manera y tú no lo haces. Por ejemplo, a una persona excesivamente controladora le puedes caer mal si no actúas como ella quiere en las situaciones sociales en las que ambos os encontráis.
Cuando no caes bien a la gente por tu comportamiento
Puede ser duro admitir que a veces puedes caerle mal a la gente por tu forma de ser. Juzgar a los demás es mucho más fácil que juzgarnos a nosotros mismos. Por eso, si quieres que cambie la opinión que la gente tiene de ti, tienes que ser consciente de ti mismo.
Sólo cuando te des cuenta de tus tendencias y comportamientos podrás cambiarlos. Cuando te conviertas en alguien con quien la gente se sienta cómoda, les gustarás más.
Sea sincero consigo mismo mientras repasas esta lista de posibles razones que pueden hacer que le caigas mal a la gente. Si reconoces algunos de tus comportamientos, no te pongas inmediatamente a la defensiva.
Piensa en esto como una oportunidad para cambiar a mejor y conseguir lo que quieres, y eso es convertirte en alguien a quien la gente aprecia y quiere de verdad.
1. No te gustas a ti mismo, y se nota.
El amor propio es siempre el primer paso para unas relaciones sanas. Dar amor a los demás y que ellos te devuelvan el amor es muy difícil si no te aprecias a ti mismo en primer lugar.
Si no te gusta quién eres como persona o no te gusta tu vida, ¿cómo puedes esperar gustar a los demás? Si desea deja de pensar que nadie te querrá nuncaEl primer paso es quererse incondicionalmente.
Acéptate a ti mismo, lo bueno y lo malo. Practica el autocuidado apreciándote no sólo como eres, sino también trabajando para ser mejor persona. El hecho de que aún no estés ahí no significa que no merezcas compasión.
2. Hablas y hablas y hablas.
A la gente no le gustarás si hablas tanto que nadie puede decir una palabra, o si sólo hablas de ti mismo. La forma de cambiar esto es centrarse en saber escuchar.
Si no escuchas a los demás mientras hablan para oír lo que dicen, sino sólo porque estás esperando tu turno, se darán cuenta y no querrán hablar contigo. Peor aún si les interrumpes mientras hablan para cambiar de tema y hablar de ti.
Escuchándoles, tienes la oportunidad de conocerles mejor. Cuando muestras verdadero interés por los demás, ellos también se sentirán interesados por ti.
3. Pones nerviosa a la gente.
Hay muchas razones por las que puedes hacer que la gente se sienta incómoda a tu alrededor. Si eres el tipo de persona cuyo comportamiento pone nerviosa a la gente, es lógico que no les guste pasar tiempo contigo.
Puedes poner nerviosa a la gente y preocuparte por tus reacciones por motivos como:
- Ser intimidante y tener problemas de iralo que puede hacer que la gente te tenga miedo.
- Ser implacable, obsesivo y rencoroso en lugar de seguir adelante puede hacer que la gente se ponga nerviosa por cometer errores a tu alrededor.
- Ser mandón y controladorPor ejemplo, decir a menudo a los demás lo que tienen que hacer hace que no quieran estar en su empresa.
- Ser frío, distante y distanciadoLa gente puede sentirse desconectada de ti y preguntarse si quieres estar allí.
La solución es tener en cuenta los sentimientos de los demás. No esperes nada de los demás y muéstrales respeto. Piensa antes de actuar y ten en cuenta cómo afecta tu comportamiento a los demás.
4. Eres un sabelotodo.
Hablarle a la gente y explicarle las cosas en lugar de mantener una conversación hace que la gente sienta que les estás sermoneando en lugar de hablar con ellos. A nadie le gusta estar cerca de alguien que sermonea y le hace sentirse pequeño.
Si siempre estás ofreciendo consejos no solicitados, puedes hacer que los demás piensen que no respetas sus opiniones y que dudas de su capacidad para tomar sus propias decisiones.
Esta es otra forma de desviar el tema de los demás hacia uno mismo y apoderarse de la conversación. Es una clara señal de que no te importa de qué ha hablado la otra persona y que lo único que quieres es demostrar lo listo que eres.
En lugar de tener una opinión sobre todo, hay que dar a todos la oportunidad de hablar y pensar por sí mismos.
5. Juzgas y criticas.
Juzgar con rapidez, tener algo negativo que decir sobre todo y regañar son formas de menospreciar a los demás.
La gente que hace esto hace que los demás no quieran estar cerca de ellos porque es una forma de acoso. Nadie quiere ponerse voluntariamente en esa situación.
Antes de que te tomes las cosas a mal y empieces a machacarte por ser una mala persona, debes saber que esto es algo que la gente suele hacer inconscientemente. Casi siempre es señal de estar descontento con uno mismo.
Dedica tiempo a profundizar y examinar por qué haces cosas así. Qué hay en tu vida que te hace tan infeliz como para alejar a la gente? Afrontar esto y tomar la decisión consciente de respetar a los demás puede ayudarte a dejar de ser excesivamente crítico.
6. Cambias la culpa.
Si las cosas nunca son culpa tuya, pareces el tipo de persona que no asuma la responsabilidad de sus actos. La gente se siente reacia a salir contigo porque luego podrías culparles.
¿Culpas a otras personas, a las circunstancias, a los accidentes y a lo que surja de las cosas que haces en lugar de asumir la responsabilidad de tu propia vida? Si lo haces, los demás no podrán confiar en que admitas tus errores o hagas cosas que deberías hacer.
Si tienes una excusa para todo, parece que no te importa tomar medidas para cambiar las cosas que no te gustan y que no vas a dejar de hacer cosas que molestan a los demás.
7. Eres egoísta.
Si realmente sólo te preocupas de ti mismo, la gente se da cuenta. Se refleja en la forma en que haces que todo en tus relaciones gire en torno a ti.
Por ejemplo, cuando haces planes con alguien, siempre buscas satisfacer tus propias necesidades y se supone que los demás deben ceder. Si siempre llegas tarde y no le das importancia, demuestras que no respetas el tiempo de los demás y que no lo consideras tan valioso como el tuyo.
Si eres todo palabrería y poco fiable, la gente deja de contar contigo. Uno a uno, perderás a los amigos que tienes. Probablemente no tengas intención de ser egoísta, pero las personas egocéntricas nunca lo son.
La solución es intentar ponerse en el lugar de los demás. Trabaja tus habilidades sociales e intenta encontrar formas de ser más complaciente con los demás.. No hagas cosas que no te gustaría que te hicieran a ti.
8. No eres amable/ Eres demasiado amable.
Ser malo y ser un bonachón pueden parecer dos caras de la misma moneda, y ninguna es buena.
¿Por qué querría alguien estar cerca de alguien que es grosero con la gente, la insulta o la ofende? Si eres desconsiderado y mezquino, la gente te apartará, y con razón.. Es aún peor si no ves nada malo en tu comportamiento.
Por otro lado, las personas demasiado amables pueden parecer falsas y con intenciones, o fáciles de convencer para quien quiera intimidarlas.
Si eres siempre cuidando de los demás sin pensar en ti mismo, mucha gente pensará que eres un desconfiado o un cobarde.
Ambos tipos de comportamiento se derivan de la creencia de que no eres igual a los demás. Si crees que están por debajo de ti, no ves motivo para tratarlos con amabilidad. Si crees que están por encima de ti, sientes que debes humillarte.
Trabaja la confianza en ti mismo y busca el equilibrio si crees que es algo que te plantea problemas.
9. Intentas impresionar.
Cuando no crees que la gente te aprecie tal y como eres, intentas conseguir validación de formas que a menudo resultan justo en lo contrario.
Hay muchas formas de intentar impresionar a los demás.
- Presumes y alardeas usando cualquier cosa que creas que puede darte ventaja. Esto es desalentador y tendrá el efecto contrario de lo que intentas conseguir. Deja que la gente te reconozca por sí misma en lugar de demasiado fuerte.
- Finges ser alguien que no eres. Cuando realmente no te gustas a ti mismo, no crees que le gustes a la gente tal y como eres, así que te pones máscaras ante los demás. Puedes fingir ser alguien seguro de sí mismo, guay, feliz o intentar ser alguien totalmente distinto.
Mostrar su verdadero yo y dejarse llevar por la vulnerabilidad es la única forma de conectar con la gente. No puedes esconderte si quieres crear relaciones felices y encontrar buenos amigos y parejas románticas.
- Eres demasiado competitivo. Si siempre tienes que superar a los demás, no pensarán que eres increíble, sino que no eres alguien con quien sea divertido estar. Un poco de competencia está muy bien, pero tener que ganar a toda costa alejará a la gente y hará que tengas que competir contigo mismo.
- Te gusta complacer a la gente. No intentes decir siempre lo que crees que los demás quieren que pienses. No estés disponible siempre que alguien te necesite. No tengas que adaptarte siempre a todo el mundo.
La primera vez que digas que no, la gente mostrará su verdadera cara y se enfadará porque te dan por sentado.
10. Eres negativo.
Si estar cerca de ti deprime a los demás, encontrarán formas de evitar socializar contigo. Probablemente no tengas intención de ser negativo, pero si te centras demasiado en las cosas malas, dejas de sentir energía positiva.
Quejarse o cotillear mucho son algunos de las señales de que eres una persona negativa. La gente tiene sus propios problemas y, a veces, si han tenido un mal día, tu negatividad puede hacerles sentir peor.
Hablar con alguien que se queja constantemente de todo es agotador. Además, cotillear en exceso hace que la gente piense que también hablas de ellos a sus espaldas.
En lugar de hacer que la gente te evite porque no eres buena compañía, intenta encontrar cosas buenas de las que hablar. Esto no significa que no puedas quejarte nunca, pero no caerás bien a la gente si sólo hablas de eso.
11. Eres cerrado de mente.
Mantener la mente abierta y ser tolerante hace que la gente quiera abrirse y compartir contigo, lo que conduce a estrechar las relaciones personales.
Respetar a las personas y sus decisiones es clave para hacer amigos. Si eres un snob que desprecia las elecciones de la gente o hace comentarios sobre su estilo de vida, pareces arrogante, prejuicioso y, en general, no es divertido estar cerca de ti.
Por ejemplo, si tienes un comentario sobre la gente que usa demasiado las redes sociales cada vez que alguien envía un mensaje de texto o abre Instagram, la gente no querrá estar contigo. Es aún peor si demuestras que desapruebas cosas que la gente considera importantes.
12. Eres deshonesto.
La gente que miente cree que puede ocultarlo, pero incluso cuando la otra persona no tiene ni idea, tu lenguaje corporal, la falta de contacto visual o las incoherencias le darán la impresión de que algo va mal.
No importa por qué mientas; es malo para tus relaciones. Aunque la otra persona se lo crea a corto plazo, perderá la fe en ti a largo plazo. Incluso las pequeñas mentiras piadosas para parecer mejor hacen que la gente deje de confiar en ti.
Si adornas o incluso inventas historias para que parezca que lo que te ocurre es más interesante y emocionante de lo que realmente es, en realidad no estás consiguiendo nada. Tarde o temprano, la gente se dará cuenta y no servirá de nada.
13. Creas drama.
A veces, las personas que siempre generan drama son divertidas y entretenidas, pero envejecen muy pronto. Tener algo emocional y lleno de adrenalina todo el tiempo puede ser emocionante, pero también hace que la gente se distancie de ti.
Estas son algunas formas puede que seas un desastre:
- No tienes filtro.
- Reaccionas demasiado rápido.
- No te enfrentas a tus problemas.
- Buscas el drama cuando las cosas están en calma.
- Evitas la confrontación, sólo para escalar las cosas más tarde.
- Eres un entrometido.
- Dejas que tu temperamento saque lo mejor de ti.
- Compartes temas personales rápidamente.
- Siempre estás pidiendo favores.
14. Eres aburrido.
La forma de hacer que la gente se interese por ti es ser interesante tú mismo. Algunas personas hacen cosas y les gustan cosas que a los demás les parecen interesantes, mientras que para otras puede ser una tarea pesada.
Si la gente suele coger el móvil mientras está contigo, es posible que piensen que eres aburrido. El comportamiento que no le gusta a la gente puede ser causada por la ansiedad socialo simplemente se trata de tener aficiones e intereses que los demás no aprecian.
La forma de superarlo es volverse espontáneo y estar abierto a probar cosas nuevas y a ir a sitios nuevos.
Y lo que es más importante, deberías dejar de vivir dentro de tu propia cabeza y empezar a incluir a otras personas en tu vida. Esto cambiará tu forma de pensar y te convertirá en una persona más interesante.
¿Cómo consigo gustar a la gente?
La sensación de aislamiento derivada de sentir que no le gustas a nadie puede conducir a un sentimiento de desesperación y depresión. Sentirse solo te hace cuestionar tu valía y tu valor como persona, te hace preguntarte qué te pasa.
Sentirse solo e ignorado durante demasiado tiempo puede hacerte olvidar cómo actuar con la gente, lo que a su vez puede alejarla, y salir de este círculo vicioso puede ser difícil.
Por suerte, esto es algo que se puede cambiar si estás dispuesto a ser sincero contigo mismo y ponerte manos a la obra. Cuando dejes de pensar en que te sientes solo y empieces a actuar, llegarán los resultados.
1. Sé tú mismo.
Permita que la gente le conozca. Hazte interesante abriéndote. No tengas miedo de ser vulnerable.
2. Piensa en los sentimientos de la gente.
No les hagas sentirse mal por lo que son y por lo que hacen. Deja atrás los rencores y haz que la gente pueda mostrar sus sentimientos a tu alrededor.
3. No juzgues ni critiques.
En lugar de eso, anime y apoye. Sé amable y no seas un matón.
4. Interésate de verdad por la gente.
Escucha, presta atención y haz preguntas. Aprende a comunicarte. Acepta que no lo sabes todo.
5. Respeta a los demás y sus opiniones.
Aprecie las ideas de la otra persona y reconozca su importancia.
6. Haz que la otra persona se sienta cómoda.
No te quejes, admite tus errores y sé amable. Sé humilde y abierto.
Nada de esto hará que le gustes a la gente si no es real. Sea sincero y honesto. Date cuenta de que todo el mundo es humano, con sentimientos frágiles y egos que se resienten con facilidad.
El aprecio genuino hace que las personas se sientan bien consigo mismas, lo que a su vez hace que les gusten las personas que les han hecho sentirse así.
Empieza por quererte a ti mismo
Hay una diferencia entre sentirse infeliz porque no gustas a algunas personas y sentir que no gustas a nadie.
Preguntarse: "¿Por qué no le gusto a la gente?" es el primer paso para convertirse en alguien que le guste a la gente y con quien quiera estar. Es importante no caer en una mentalidad de víctima y empezar a culpar a todos y a todo en lugar de mirar dentro de uno mismo.
A menos que le caigas mal a la gente por sus propios problemas, algo en tu comportamiento suele alejarlos. La buena noticia es que ser consciente de los propios defectos permite solucionarlos.